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SERPIENTES Y ESCALERAS

 

 

Eolo Pacheco |
2017-11-24

El tiempo transcurre y aún no hay acuerdo entre el PRD y el PAN; la incertidumbre es la constante en los tres partidos. La razón para que los panistas no quiera una alianza es Graco Ramírez.

 

Las dirigencias del PRD y MC están haciendo un último esfuerzo por concretar un frente electoral en Morelos. Los panistas en cambio, son reacios a replicar el acuerdo nacional luego de que su consejo ya determinó que no competirían de la mano del PRD. El tiempo transcurre y en menos de tres semanas se vence el plazo para que se registren las alianzas y coaliciones. ¿Qué sucederá si no se replica el acuerdo nacional en la tierra de Zapata?

La incertidumbre persiste entre los integrantes de los partidos que conforman el Frente; en el perredismo sigue viva la esperanza de que el pacto federal se replique en tanto que los panistas aguantan la presión nacional de quienes intentan dar marcha atrás al acuerdo tomado en su consejo estatal. Todos saben que una alianza de tres partidos tendría un efecto directo en el escenario local; para algunos representa competitividad y para otros la traición y el hundimiento de un proyecto.

El interés de la dirigencia estatal perredista en el Frente tiene motivos perfectamente fundados; para el solaztequismo el pacto es esencial porque los mete a la pelea por la gubernatura y los ayuda a matizar el desgaste del gobierno estatal. Junto con el PAN y MC el PRD tiene posibilidades de refrendar la gubernatura, aunque sea en un gobierno de coalición; solos el escenario se complica porque el PRD se convertiría en el foco de ataques de todos los partidos y no habría manera de obtener impunidad.

Rodrigo Gayosso es el aspirante más fuerte del PRD y hasta hace poco la figura que parecía iba a encabezar la candidatura de los tres partidos. El dirigente comenzó a construir su proyecto desde hace tres años, recorrió varias veces todo el estado, tejió una amplia red operativa en los municipios y se colocó como el perredista mejor posicionado entre la militancia. Lo que no le ayudó fue el desgaste del gobierno estatal y el vínculo inevitable que le une al gobernador.

Estos dos últimos elementos, el desgaste del régimen y la relación familiar con Graco Ramírez son los factores que complicaron la aspiración de Rodrigo Gayosso. La reacción del dirigente perredista a la oposición al Frente es interesante: renuncia a su aspiración personal para facilitar los acuerdos y dar viabilidad a la consolidación de una alianza en Morelos. No fue una decisión fácil, pero Rodrigo Gayosso prefirió privilegiar un proyecto institucional.

El problema es que el acto individual del dirigente perredista puede no ser suficiente para que se concrete el Frente por Morelos. El desgaste del gobierno estatal y los desencuentros que ha tenido el gobernador con muchos personajes de la vida pública y de la sociedad representan un muro infranqueable que impide que la alianza se consolide. En castellano: Gayosso ha modificado su postura, pero Graco no cambia de actitud.

Los panistas de Morelos, la dirigencia, la militancia, los consejeros y los aspirantes no quieren aliarse con un gobierno que los ha perseguido durante cinco años y los sigue lastimando en el congreso; en las filas de Acción Nacional hay un rechazo casi unánime a esa posibilidad porque el gobernador no ha cambiado su actitud ni modificado su forma de hacer política. Graco Ramírez quiere que se replique el Frente nacional, pero no hace nada para convencer a los panistas locales. Los únicos aliados de Graco en el PAN son Marco Adame y su hijo Juan Pablo.

Un dato más: en las dirigencias nacionales del Frente Ciudadano por México Graco Ramírez ya no es bien visto, ni tiene canales de comunicación; el mandatario no es capaz de generar presión en esa mesa porque nadie le toma la llamada y por el contrario, en el Frente se le considera un personaje socialmente repudiado que ahora se presta para ser el bombardero oficial de la alianza.

Digámoslo claro: si el Frente Ciudadano por Morelos no se concreta es porque el PAN en Morelos no acepta  tener ninguna relación con el gobierno de Graco Ramírez. Sumar fuerzas electorales con el PRD obligaría a los candidatos de Acción Nacional a defender al gobierno de Nueva Visión y ofrecer al gobernador y a sus funcionarios un salvoconducto para no ser procesados después del sexenio.

La carga más grande que tiene el PRD en Morelos no es el partido, sino el gobierno estatal y su titular. Como institución el Sol Azteca tiene más estructura que cualquier otro partido, incluyendo al PRI, posee más recursos económicos para ir a campaña, goza del respaldo del gobierno y tiene el control de muchas áreas que les ayudarían a ganar más fácilmente. Todo lo bueno del PRD, empero, se viene abajo cuando se pone aparece Graco; superar la mala imagen y el odio que ha despertado el tabasqueño es algo que no se logrará con dinero ni con apoyos institucionales.

La incertidumbre sobre el Frente en Morelos es algo que impide a los perredistas definir posiciones y delinear una buena estrategia. La esperanza de que el PAN cambie de postura los tiene en el limbo, sin tomar decisiones y dejando correr tiempo valioso que podría ser utilizado en labores más productivas.

La dirigencia estatal perredista ya aceptó abrir la candidatura del Frente a un ciudadano apartidista o a quien este mejor posicionado en las encuestas, se conforma con negociar el resto de las posiciones y buscar un acuerdo de cogobierno en el próximo sexenio. El PAN no cede, mantiene el discurso duro en contra del gobernador y latente la promesa de llevar a juicio al mandatario y a varios de sus funcionarios estatales.

El gran impedimento del Frente Ciudadano por Morelos es Graco Ramírez. Los panistas podrían acceder a ir de la mano con un partido que representa el polo opuesto a su ideología, pero nunca aceptarán perdonar al tabasqueño por todo el daño que ha causado a Morelos.

  • posdata

A lo largo de los últimos meses la oferta que han hecho varios aspirantes al gobierno estatal es coincidente:

Cuauhtémoc Blanco ha prometido en diversas ocasiones que de ganar las elecciones meterá a la cárcel al gobernador Graco Ramírez. “No se la voy a perdonar” ha dicho el futbolista en todos los tonos, al tiempo de señalar que no habrá impunidad para los que han robado al estado. Me los voy a chingar, dice el alcalde.

Javier Bolaños utiliza un discurso más elaborado que el futbolista, pero también ha sido muy claro al advertir que se llevará a juicio a quienes han saqueado al estado y provocaron los más altos niveles de corrupción e inseguridad de que se tenga memoria en Morelos. Ni perdón ni olvido, promete el panista.

Rabín Salazar ha ido elevando paulatinamente el tono de su mensaje; montado en la misma línea discursiva de López Obrador el precandidato de Morena promete cárcel a los ladrones, juicio a Graco Ramírez y devolución de lo mucho que se han robado desde el gobierno de Nueva Visión. No más ladrones, asegura el senador.

El panorama para los neovisionistas será muy complicado después del 2018; no hay condiciones para que su partido refrende el triunfo, ni ánimo de defender a quienes desde los mandos medios (léase Sergio Beltrán Toto o Andrik Ruíz de Chávez) representan el eslabón más delgado de la cadena de corrupción.

En Morena, el PAN y el PES tienen clara la rentabilidad del discurso anti corrupción e identifican a los personajes hacia los que se deben enfocar las baterías; pero sobre todo, como políticos y como ciudadanos reconocen lo urgente de poner un alto a la impunidad, dar un golpe en la mesa y sentar un precedente que impida que se vuelvan a repetir los excesos de hoy. No es seguro que el brazo de la justicia alcance al gobernador, pero es evidente que sí tocará a varios de sus funcionarios.

Si no se pone un alto a la impunidad castigando a los culpables del desastre que hay en Morelos, los pecados se volverán a repetir.

  • nota

Los diputados del congreso local apuestan fuerte. Casi desde el inicio de la legislatura definieron cual iba a ser su línea de actuación y tras lo aprobado en la última sesión es evidente que seguirán en la misma sintonía.

Entre las dos legislaturas que han acompañado al gobernador Graco Ramírez durante su gestión se han autorizado créditos para el estado por más de nueve mil millones de pesos de pesos, lo que porcentualmente coloca a nuestra entidad como la más endeudada de México. En lo que va del presente régimen la deuda pública del estado pasó de mil 200 millones de pesos a poco más de nueve mil millones. La pregunta clave sobre los pasivos que se han adquirido durante el régimen es simple ¿Dónde está el dinero?

Pero volvamos al congreso.

La legislatura actual ha acumulado un enorme pasivo social, sus integrantes han estado sujetos constantemente a la crítica pública y sus acciones los han convertido en los personajes más señalados de la política. Algunos de los diputados intentan marcar diferencia, tratan de contrastar su actuación, pero al final se hunden en la misma dinámica de la legislatura.

El problema del congreso tiene que ver con muchas cosas, empezando por sus evidentes fallas al comunicar y su cada vez más marcado distanciamiento institucional con la gente. Los diputados afirman que lo aprobado es bueno para el estado, que representa avances en diferentes rubros, pero hasta el momento han sido incapaces de informarlo de manera adecuada.

El desgaste social del parlamento morelense es enorme y ello pegará a cada uno de sus integrantes en el próximo proceso electoral. La línea política e informativa del congreso es muy dañina para las aspiraciones políticas de sus integrantes.

  • post it

Siguen los incidentes delictivos en Morelos, de manera muy marcada en Cuernavaca. Hechos de violencia que cobran vidas inocentes, exhiben la incapacidad de reacción del gobierno y lo ineficiente del modelo de seguridad.

Las autoridades, empero, insisten en lo mismo: estamos bien, mucho mejor que antes.

Sólo hay algo peor que la inseguridad en Morelos: la insensibilidad de nuestras autoridades.

  • redes sociales

Las redes sociales se han convertido en el cielo o el infierno de muchas figuras de la vida pública. En estos espacios encuentran el camino a la fama, pero también el salvoconducto a la perdición.

Los usuarios de estos espacios son implacables: observan, enjuician y juzgan; señalan, acusan y multiplican la información que les interesa, sin importarles nada más que su opinión.

Tontos son aquellos que piensan que pueden manipular a esa comunidad. ¿Influir? Tal vez, pero eso depende del mensaje y del emisor, de que la gente lo identifique, lo reconozca y le crea. La publicidad en redes sociales puede hacer llegar un mensaje a mucha gente, pero eso no garantiza que se modificará una opinión o se cambiará una imagen.

El periodismo digital es mucho más que tuitear o postear. Comprar seguidores o falsifica estadísticas es una tontería. Es como pagar por sexo y exigir amor.

  • es viernes

La mayoría de las mujeres aspiran a sobrevivir a sus hombres amados u odiados (o las dos cosas) y normalmente lo logran. Esto no es un reclamo, es la comprobación de la enorme capacidad de resistencia y de sobrevivencia que tienen las damas. Pero no sólo tienen resistencia, además de ello poseen una inmensa reserva de ternura y de compasión, de belleza y de humanidad; pueden ser un ángel caído del cielo o el mismísimo demonio en tacones.

¿Cómo se puede ser al mismo tiempo tan fuerte y tan frágil? ¿Cómo pueden resistirlo todo, menos la ternura? Yo no sé.

Conclusión: No trates de entenderlas, sólo ámalas.

A propósito: Hoy toca.

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