Las especulaciones en torno al nombre del candidato presidencial despertaron en militantes un afán de rebelarse contra la imposición de un aspirante que no figure en las filas del PRI. Foto: Archivo
CIUDAD DE MÉXICO.
En medio de la zozobra que se generara por rumores y versiones sobre movimientos en el gabinete presidencial, el PRI registró ayer domingo un activismo interno propiciado en redes sociales, donde hubo un afán por mostrar una rebelión contra la imposición de un aspirante presidencial que no milite en el partido.
Mediante un video que fue difundido originalmente entre centenares de militantes priistas vía WhatsApp desde la noche del sábado y que después se conoció en redes sociales junto con una esquela, se da por un hecho que el aspirante presidencial no representará a los priistas y de forma velada llama a expresar la exigencia de que no se debe permitir ese avasallamiento.
La difusión de estos mensajes provocó que durante largas horas de ayer domingo las especulaciones en torno al nombre del candidato presidencial priista aumentaran en diferentes círculos, principalmente en las cúpulas del partido, tanto a nivel nacional como en algunos estados, de acuerdo con la información que Excélsior pudo recabar entre algunos liderazgos del partido, a quienes les llegó tanto el video como la esquela.
La dinámica de actividad en mensaje de WhatsApp y algunas cuentas de Twitter llegó a niveles de guerra sucia, en un esfuerzo por mostrar que si la decisión presidencial es por una persona que no milite en el PRI habrá una rebelión, pero esas posiciones fueron respondidas con mensajes constantes en el sentido de que la decisión está tomada en favor de un candidato externo.
Esta semana será definitiva para el proceso interno del PRI, pues de acuerdo con la Convocatoria emitida el 23 de noviembre, los interesados en inscribirse como candidatos tienen 10 días para recabar las firmas que requiere, y eso implica que al menos uno de los secretarios de Estado mencionados en las últimas semanas como posibles candidatos deberá comenzar con esa suma de firmas y, por tanto, necesita renunciar a su actual posición para cumplir con ese requisito.
Sin embargo, en la dinámica tradicional de este proceso interno del PRI, cuando se conoce el nombre de quien representa las voluntades de la mayoría del partido y el respaldo del Presidente de la República emanado del tricolor, las firmas de apoyo llegan de manera automática y se considera como un candidato de unidad.