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Con 2 millones de nuevos afiliados, el IMSS busca finanzas saludables

El director del IMSS, Mikel Arriola Peñalosa, afirma que los principales retos de la institución que encabeza son mantener las finanzas sanas y mejorar el servicio con calidad y calidez. Señala que se debe hacer esto al tiempo que el número de derechohabientes crece como nunca: dos millones se incorporaron en el primer trienio del presidente Peña Nieto.

A invitación del Consejo Editorial de Crónica, formado por directivos y colaboradores de este diario, se llevó a cabo una conversación colectiva con el titular de la dependencia, que abordó algunas de las muchas aristas de su trabajo: el tema de las pensiones, que pega severamente en las finanzas de largo plazo del instituto; el del cambio en el tipo de enfermedades que se deben atacar, ligado al problema creciente de sobrepeso y obesidad, y el de la necesidad de disminuir trámites y hacer un servicio más eficiente, entre otros.

Arriola habla con velocidad y precisión –tan necesarias, por ejemplo, cuando se practica, como él, la pelota vasca–, con notable conocimiento de los temas y con un ágil manejo de los números.

Estos son los puntos centrales de la interesante conversación.

El director del IMSS hace una presentación inicial que nos da una idea del tamaño y la importancia de la institución que dirige.

Arriola empieza por señalar que el IMSS tiene 71 millones de derechohabientes; 12 millones de ellos están amparados por el programa IMSS-Prospera, destinado a comunidades con menos de 5 mil habitantes, sobre todo indígenas.

Hay 18.2 millones de asegurados. Explica que dos millones se incorporaron en el primer trienio del presidente Peña Nieto. “Es la mayor cantidad de personas que se hayan convertido en asegurados del IMSS en cualquier trienio de nuestra historia”, acota. Agrega que, de hecho, el número de trabajadores incorporados ha crecido al doble de velocidad que el producto.

Las tareas en el área de servicios médicos son titánicas. Cada día hay 490 mil consultas, 56 mil pacientes son atendidos de urgencias y 1244 niños nacen en clínicas y hospitales del Seguro Social.

Comenta que también ha habido un cambio en la inercia epidemiológica. Hoy la diabetes y los problemas cardiovasculares, que están estrechamente ligadas al problema del sobrepeso y la obesidad son la principal fuente de pacientes y gastos médicos. “Y hay que decir que sobrepeso y obesidad también facilitan la aparición del cáncer”.

Ha habido otros cambios, que pegan a las finanzas. Pone 1970 como referencia: en ese año, había 14 trabajadores en activo por cada pensionado del IMSS; hoy la relación es 5 a 1. En 1970 había 4 millones de adultos mayores en el Instituto; hoy hay 12 millones. Hay 440 mil plazas y 3.5 millones de pensionados. Es lo que más presiona la nómina. Las pensiones significan 2 billones de peso deuda hasta 2080.

En resumen, Arriola nos presenta una institución social muy grande, que atiende otro tipo de problemas de salud y que tiene una carga financiera pesada. Ante ese diagnóstico inicial la pregunta natural es cómo piensa el IMSS afrontar esos retos.

“El primer reto, mantener finanzas sanas: equilibrio financiero ingreso-gasto”, responde.

Abunda. “En 2012 el IMSS estaba quebrado, había gastado todas sus reservas. Cero reservas líquidas, y estamos hablando de una institución que gasta 1,200 millones de pesos diarios”.

Hace un reconocimiento a la administración de José Antonio González Anaya. Subraya que bajó el déficit en el uso de recursos en un 60% “con pura eficiencia de gasto”, al tiempo que aumentó su inversión en infraestructura.

Explica que se redujo el déficit con mayores compras vía licitaciones consolidadas, servicios subrogados (como en el caso de las hemodiálisis) y en general un uso más racional en todos los rubros.

–¿Es viable el Instituto con ese peso en pensiones?

“En pensiones, el IMSS será tan viable como inteligente sea su administración”, responde Arriola. Agrega que ha incrementado la recaudación. “Esperamos cerrar 2016 con 650 mil millones de pesos”.

“El propósito” –dice Arriola- “es continuar con la disciplina financiera” Pero también promover la afiliación, disminuyendo los costos de transacción por incorporación de nuevos trabajadores afiliados. Y también –hace énfasis en esto- más calidad y calidez.

De ahí coge el hilo para pasar a un tema que le interesa particularmente. El de la atención al derechohabiente.

Sobre este tema señala que se trata de un proceso con muchas aristas, y da ejemplos de los problemas que se deben atender: “Para la primera consulta la persona no era atendida el mismo día. Por eso se creó el programa Unifila, que opera bien en 70 de las 1500 unidades de medicina familiar. En éstas, a diferencia de las demás, el tiempo promedio de espera para la primera consulta es de 27 minutos. El programa se va a ampliar.

Otro problema de servicio: los trámites excesivos para “pasar a segundo nivel” (de unidad médico-familiar a hospital de zona). Antes era de 15 a 20 días; ahora se puede hacer por computadora.

Se han detectado otros problemas, como la lenta rotación de camas, que derivaba de un problema del contrato colectivo ya resuelto. Uno muy sentido, el rezago en cirugía, está siendo mejorado con el uso de  quirófanos los fines de semana, en especial para ortopedia y traumatología.

Recuerda que con González Anaya apareció la receta resurtible, que elimina consultas innecesarias y se han quitado trámites a la comprobación de derechohabiencia antes de llegar a valoración. En el caso de personas con ataques al corazón, se ha instaurado el Código Infarto, que consiste en tratar primero al paciente antes de cualquier otra cosa: ha reducido la mortalidad en 50 por ciento.

Comentamos que en todos estos problemas hay elementos de contrato con el sindicato, por lo que preguntamos el estado de la relación –así como que la Secretaría General del Instituto esté siempre en manos de un representante de la CTM.

El IMSS por ley es tripartito, nos recuerda Mikel Arriola: gobierno, trabajadores, empresarios. “Así está conformado también su Consejo Técnico. El Ejecutivo propone al Secretario General por acuerdo previo entre los sectores. Y el consenso se ha dirigido a que sea un representante de los trabajadores”.

Ya en el tema del sindicato del IMSS; Arriola confía que: “tenemos una dirigencia sindical proactiva; las medidas que ha tomado la institución han sido fruto de análisis y diagnóstico conjunto”.

Al mismo tiempo, dice: “Entendemos que las carencias en el servicio redundan en mala imagen del Instituto”. Y luego comenta que la mayor parte de las quejas de los usuarios no son por servicios médicos, sino por falta limpieza de baños o por un trato poco amable de algún miembro del personal. De ahí se instituyó la consigna SER, con la que ahora se trabaja: “Saludar, Escuchar, Responder”.

Se le preguntó al director del IMSS qué efectos tiene la incorporación de estudiantes universitarios. Puso el asunto en su dimensión.

“Los jóvenes universitarios de instituciones públicas están adscritos al IMSS desde 1988”, precisa. Señala que la idea es evitar que un gasto catastrófico les impida terminar sus carreras. “De hecho, en este caso funcionamos como aseguradora. Y es en realidad una inversión para el futuro de México”.

Dice que los universitarios generan sólo un millón de consultas al año: equivale a dos días, menos del uno por ciento del total y que el programa también tiene una intención preventiva. “Hay que virar hacia lo preventivo. Por eso vamos a crear unidades de medicina preventiva en cada estado”.

No pudimos prevenir el cambio en la morbilidad y las causas de mortalidad, comentamos. Arriola asiente y explica. 

El director del IMSS dice que efectivamente, en las décadas en que se gestó el problema no hubo la prevención suficiente. “La diabetes es un problema muy serio. Nos va a costar mucho en los próximos años”. Comenta que la situación deriva de que cambiaron los hábitos alimenticios, ahora con muchas grasas saturadas, azúcares y sodio, debido a la migración hacia las ciudades, la incorporación de mujeres al trabajo. A esto se aúnan el sedentarismo y la falta de espacios para hacer ejercicio en las ciudades.

Pero hay un problema con las instalaciones deportivas del Instituto, que cada vez son menos, se hizo notar. Mikel Arriola, que es conocido también por su talento deportivo, no le da vueltas al asunto.

“Se ha deteriorado la infraestructura de los espacios deportivos del IMSS. Hay algunos que están verdaderamente en malas condiciones. Donde ha pegado más la contracción de las finanzas ha sido en las prestaciones no médicas”. Recuerda que el Consejo Técnico del Instituto aprobó varios casos para auxiliarnos con la iniciativa privada para construir un modelo de deporte popular.

Luego de tantos días de contingencia ambiental en la capital, era de esperarse la pregunta acerca de los efectos de la contaminación sobre la salud. Arriola saca a relucir su paso al frente de la Cofepris.

“Es un tema que preocupa y ocupa”, dice, “el año pasado, la Cofepris reformó los niveles límite para declarar contingencia ambiental”. Al mismo tiempo, evita el alarmismo: “son exposiciones permanentes que requieren un seguimiento permanente. Estamos trabajando para detectar los efectos específicos”. Pasará algún tiempo para saber de las consecuencias, sobre todo con enfermedades respiratorias.

Finalmente, y recordando la experiencia en Cofepris, preguntamos su posición sobre la mariguana.

En su respuesta, Arriola subraya que ha habido poca prevalencia de las adicciones en un entorno prohibitivo. Espera que esta poca prevalencia no cambie con el cambio de la norma.

 

Pensiones

Pone 1970 como referencia: en ese año, había 14 trabajadores en activo por cada pensionado del IMSS; hoy la relación es 5 a 1. En 1970 había 4 millones de adultos mayores en el Instituto; hoy hay 12 millones. Hay 440 mil plazas y 3.5 millones de pensionados.
Las pensiones significan 2 billones de peso deuda hasta 2080

Amabilidad

Comenta que la mayor parte de las quejas de los usuarios no son por servicios médicos, sino por falta limpieza de baños o por un trato poco amable de algún miembro del personal. De ahí se instituyó la consigna SER, con la que ahora se trabaja: “Saludar, Escuchar, Responder”.

http://www.cronica.com.mx/notas/2016/961124.html

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