La boleta está casi lista
Siempre sí, PAN, PRD y MC lograron lo impensable y sacaron adelante el frente opositor para el 2018. Lo hicieron además sin rupturas importantes, eliminando desde ahora el mote ciudadano que nunca tuvo razón de ser, el frente es de partidos políticos y ahora se llama México al frente, nombre aspiracional.
Con esa definición en lo general, la boleta presidencial del 2018 está casi completa, y en orden de liderazgo en preferencias electorales Andrés Manuel López Obrador marcha con 15/18 puntos de ventaja sobre el segundo lugar que mantiene el PAN/PRD y que habrá que esperar si crece o se caen ahora que ya está claro que Ricardo Anaya será el candidato del bloque opositor. El PRI con toda y la liturgia del tapado y la pasarela de funcionarios que se han ido sumando a la campaña de José Antonio Meade sigue estancado en un fangoso tercer lugar cuando faltan poco menos de 6 meses para la gran elección.
Los arquitectos electorales, es decir, los partidos a través de los legisladores hicieron una labor efectiva al plasmar en la llamada “Ley anti bronco” todos los candados necesarios para evitar que los aspirantes independientes tuvieran una ruta fácil y equitativa. Jaime Rodríguez Calderón “El Bronco” y quizá Margarita Zavala alcancen a cubrir el tramite para aparecer en la boleta presidencial, con números que no superan el 5% de las preferencias y con una percepción de que se desinflan en lugar de crecer.
Aunque faltan las definiciones en lo particular, la contienda tiene mucha más forma y se mantiene la tendencia de que esta será una elección cerrada en sintonía con el ensayo de las elecciones intermedias de mitad de año en el Estado de México y Coahuila, la incógnita en la ecuación sigue siendo si será una final parejera o una de tercios.
A medida que se van cerrando los acuerdos, los partidos y sus dirigentes venden y celebran sus tratos como una ejemplar fiesta democrática y se empeñan en que los ciudadanos, les aplaudamos de pie, pero la realidad de la vida cotidiana no alcanza para estar tan festivos como ellos.
Estado por estado, sin importar las siglas del partido en el gobierno, los resultados de los mandatarios estatales están en zona de desastre, Morelos, Michoacán y la CDMX son gobernados por el PRD y las cuentas de Graco, Silvano y Mancera son terribles. Sinaloa, Oaxaca, Guerrero, los gobierna el PRI y las cosas están también patas arriba, lo mismo que en Guanajuato, Chihuahua o Veracruz donde manda el PAN, ni qué decir de Tláhuac, Xochimilco o Cuauhtémoc en la capital del país donde MORENA da muestra de que una cosa es prometer y otra muy diferente gobernar y cumplir.
En el año más violento de los últimos 25 años, con la amenaza del dólar a volar por encima de la barrera de los 20 pesos durante 2018, con una inflación tragándose los bolsillos de los más pobres, con el gas LP casi 50% más caro que en 2016, los aplausos parecen más bien cortes de manga y las porras mentadas de madre.
La boleta está casi lista y ¿Los electores también? ¿Qué definirá esta elección? ¿La conciencia y la información o la ignorancia y los spots? ¿El enojo y la desconfianza o la voluntad de participar para decidir?
Ya se irá viendo.
Las de correr…
En una semana la policía Morelos acumuló 8 muertos, el orgullo del gobierno de Graco Ramírez se metió formalmente a la carrera de las ejecuciones, solo que la tropa de Alberto Capella tiene permiso para matar.
Desde las primeras horas de la masacre de Temixco hasta el viernes de la semana pasada había al menos cuatro versiones de policías y agredidos sobre lo que realmente pasó la madrugada del jueves 30 de noviembre.
En palabras de los presuntos policías, porque nadie sabe quiénes son realmente, ellos llegaron de la forma más correcta y decente posible, sin gritar, sin malas palabras, intentaron hacer una detención al estilo La Ley y el Orden, bajo los más estrictos protocolos de actuación policiaca del FBI, lanzaron comandos de voz, dispararon a ciegas con una puntería increíble que acabó con la vida de seis personas en un baño.
Los testimonios de vecinos y testigos dan cuenta de una balacera que se prolongó por horas en la que los policías hicieron gala de su capacidad de fuego, son resultados por demás extraños, pues el principal sospechoso salió ileso, ningún policía recibió siquiera un rozón, solo mujeres y niños perdieron la vida.
Difundir las voces de los policías, estremecidos y aterrorizados porque sus nombres aparecieron en una narcomanta en la que se les amenaza de muerte fue la estrategia de comunicación para intentar sacudirse del más reciente escándalo a cargo del comandante Capella.
En esas estaban, cuando dos de sus muchachos detuvieron, robaron y después asesinaron a dos comerciantes de Xochitepec que tuvieron la mala fortuna de cruzarse en el camino de la policía de Morelos en Zacatepec.
En Cuernavaca un grupo de empresarios publicó un desplegado a nombre de “toda la sociedad civil organizada de Morelos” para pedir que se detengan las críticas en contra en la actuación de la ejemplar policía de Graco y Capella y se entiende por qué lo hicieron, nadie quiere discutir ni con el gobernador ni con el comisionado de Seguridad los métodos que tienen al estado en un baño de sangre e impunidad sin precedentes.
De esto, aunque resulte difícil de creer, hay cosas positivas. La permanencia de Alberto Capella al frente de la policía en Morelos tiene como objetivo apretar a críticos y detractores, sembrar terror, de eso no hay duda, pero eso tiene costos y alguien los tendrá que pagar.
En el PRD sus candidatos se frotan las manos por los millones que Rodrigo Gayosso ya prometió habrá en la campaña para ganar a como dé lugar, pero igual pasan saliva cada que aparece en escena el policía de Tijuana, ordenando toques de queda, robando tráileres de despensas, criticando el turismo sísmico (voluntarios que vinieron ayudar), negando masacres como la de Temixco, tratando de ocultar los asesinatos como los de Zacatepec. Es un campeón del escándalo; ojalá lo mantengan para que nadie olvide que significaron seis años de terror con Graco Ramírez y el PRD en el gobierno.
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