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SERPIENTES Y ESCALERAS

La peor pesadilla de Graco se volvió realidad. Todo se ha vuelto en su contra y el final de su sexenio será igual que el de Javier Duarte en Veracruz. No hay marcha atrás. Karma, le llaman algunos.

 

Todos los aspectos políticos, sociales y económicos se están conjugando en contra de Graco Ramírez al final de su sexenio. Problemas sociales derivados de un nuevo incremento en los niveles de violencia e inseguridad; malos manejos económicos expuestos e informes nacionales que refieren el enorme endeudamiento y corrupción estatal; y enroques políticos que complican la de por sí difícil búsqueda del refrendo en la gubernatura. Todo anuncia que el cierre de gobierno en Morelos tendrá las mismas características que el de Javier Duarte en Veracruz. La peor pesadilla del perredista se volvió realidad.

La firma del acuerdo nacional entre el PES y Morena y su reflejo en Morelos cayó como balde de agua helada al PRD y al gobernador Graco Ramírez. Por separado, Morena y Cuauhtémoc Blanco eran adversarios peligrosos, pero había manera de enfrentarlos: Rabín no garantizaba capitalizar la popularidad de López Obrador y Cuauhtémoc Blanco no tenía la estructura necesaria para ir a una contienda estatal. Juntos son dinamita.

Los amagues nacionales de alianza entre ambos partidos no eran tomados en serio porque el análisis partía del supuesto de que no habría coalición porque el Partido Encuentro Social era propiedad del secretario de gobernación. “Son fintas para presionar y para negociar, pero finalmente se alinearán con el PRI” decían sin preocupación algunos. Pero no fue así.

El diálogo entre las dirigencias nacionales llamó la atención: el Movimiento de Regeneración Nacional ofreció muchos espacios a un partido sin presencia, poco rentable electoralmente y sin la estructura necesaria, siquiera, para mantener el registro. El PES por su parte se cotizó muy alto y puso una condición inamovible: encabezar la coalición en Morelos con el alcalde Cuauhtémoc Blanco Bravo.

Lo que se discutió la madrugada del martes entre ambas dirigencias derivó en lo que por la mañana se hizo público: el PES se sumaba al proyecto de López Obrador. La consecuencia inmediata de ello se dejó sentir en Morelos cuando trascendió que los acuerdos firmados incluían el caso Morelos, lo que modificó totalmente el escenario definido por el comité estatal de Morena.

El acuerdo es concreto: la coalición Morena-PES-PT en Morelos llevará como candidato a quien mejor resulte calificado en una encuesta que se levantará en el mes de enero y en la que se medirán a quienes se registren para competir por ese cargo; el senador Rabín Salazar y el alcalde Cuauhtémoc Blanco son los personajes que más llaman la atención, aunque eventualmente participará el ex priísta Manuel Martínez Garrigós.

La confirmación de que en Morelos habrá coalición entre Morena y PES cambió el escenario de todos los políticos y encendió las luces de alerta en el gobierno estatal. La mezcla del aspirante más popular de todos y el partido con mayor intención de voto en el estado no es cosa menor, representa un potencial electoral que para algunos es imparable y es un peligro inminente para el tabasqueño, porque al menos dos de los tres personajes que serán medidos (Rabín y Cuau) han prometido meter a la cárcel a Graco Ramírez y a varios de sus colaboradores.

El refrendo de la gubernatura de Morelos para el PRD no es cosa sencilla, sobre todo cuando se tiene que cargar un gobierno tan desprestigiado como el del señor Ramírez. En el PRD apuestan a la estructura que han construido a lo largo de los últimos tres años, confían en los recursos que tendrán en campaña y esperaban que la polarización del voto los convirtiera en la propuesta más fuerte de la boleta. Nunca anticiparon que Morena y Cuauhtémoc pactarían.

Hace una semana, luego de la firma nacional de la coalición entre el PAN, el PRD y MC, el alma regresó al cuerpo de los perredistas morelenses. El gobierno estatal sostenía que el panismo local sería obligado a ir de la mano del PRD y hasta concedería la candidatura gubernamental a un perredista. Morelos es el único estado del país en donde por acuerdo se entregan todas senadurías al PRD y además se entregaron 3 de las 5 posiciones federales, presumía un perredista. “Los van a obligar a ir con el Frente” decía confiado.

Una semana más tarde el Frente en Morelos sigue sin dar señales de vida, en los pasillos de Acción Nacional se destaca la postura del dirigente estatal y ahora se habla de un nuevo acomodo de piezas en un escenario donde Acción Nacional competiría solo con Víctor Caballero a la gubernatura, Javier Bolaños en Cuernavaca, Beto Mojica en el primer distrito federal y Oscar Cano en un distrito local.

Lo evidente es que al PRD se le está complicando todo. La coalición en Morelos con el PAN no se va a dar a menos que se imponga desde México y en ese escenario sólo se llevarían el cascarón. Frente al PRD está la alianza entre el PES y Morena y esa luce muy peligrosa en todos los sentidos. Si el PRD va solo, será el partido al que todos los demás van a atacar y no habrá manera de defender un ataque tan amplio. Peor: si el futbolista compite bajo las siglas de Morena, el PAN va solo y el PRI concreta su alianza, todos los discursos hablarán de meter a la cárcel al gobernador.

Entendamos algo: la que viene no será una campaña de propuestas, sino de revancha. No me refiero solo al enrarecido ambiente político y la falta de canales de comunicación entre el gobierno estatal, el PRD y la oposición, sino el enojo social contra un gobierno que no ha podido detener la inseguridad, en donde ha crecido la violencia, se han disparado los casos de corrupción, prevalece la impunidad y se ha endeudado a Morelos como nunca antes en la historia.

Más aún: políticamente Graco ya está en el mismo escenario que tuvo hace un par de años Javier Duarte: enfrentado con el gobierno federal, distanciado de su partido, investigado en sus cuentas públicas, acusado públicamente de corrupto, mal calificado en todos los rubros y repudiado por la gente.

El problema de Graco Ramírez ya no es simplemente perder la elección, lo que en realidad le preocupa es que hay muchas señales que anticipan que será el siguiente gobernador procesado por actos de corrupción, malos manejos… y vínculos con la delincuencia organizada.

La peor pesadilla de Graco se cumplió.

  • posdata

Cuauhtémoc Blanco y Rabindranath Salazar serán medidos en una encuesta que se levantará el próximo mes de enero. No es sólo de popularidad, dicen en ambos partidos, también se medirá la intención de voto, el reconocimiento, los resultados y la capacidad de los posibles candidatos.

Las que vienen serán semanas intensas para los dos equipos, el de Rabín y el de Cuauhtémoc, porque en estos días, muchos de asueto, deberán dar el último impulso a su imagen antes de comience el levantamiento de las encuestas que definirán a quien encabezará la coalición en el 2018.

Si se tratara sólo de popularidad es evidente quién ganaría la carrera, pero si se añaden otros elementos de análisis, el resultado puede cambiar. Rabín es un hombre reconocido en Morena, se sabe que tiene el control del partido y se le ubica cerca de López Obrador. Su problema es que se ha alejado mucho del estado, dedicó mucho tiempo a la agenda internacional del senado y sigue sin regresar a la tierra que pretende gobernar.

Del lado de Cuauhtémoc hay aspectos que deben observarse: se le reconoce como un gran deportista, se recuerdan sus historias en el fútbol mexicano y algunos lo consideran el Pedro Infante del balompié. Frente a ello tiene un enorme desgaste como autoridad local, se le reclama la falta de resultados, el mal estado en el que se encuentra Cuernavaca y el doble discurso contra la corrupción, pues por un lado acusa a los políticos y no ha sido capaz de poner en orden a su equipo de gobierno.

En ambos casos hay un reconocimiento público por su postura frente a Graco Ramírez, cada uno desde su trinchera se ha enfrentado al gobernador, han denunciado los abusos que ha cometido su gobierno y señalan a su régimen como el arquetipo de corrupción, impunidad y delincuencia.

Cualquiera de los dos tiene elementos con los cuales ir a la contienda en el 2018, aunque uno de ellos destaca por su carisma y fama internacional. Si Cuauhtémoc Blanco gana la encuesta será el candidato más popular montado en el partido mejor posicionado; si pierde se acomodará en un escaño al senado, ayudará a campaña, pero su presencia no será tan explosiva como si encabezara la fórmula a la gubernatura. Pregunta: ¿Si va al senado lo hará en la primera o en la segunda posición?

En el caso de Rabín sólo hay un camino: la gubernatura. El senador no puede competir por el mismo espacio que hoy tiene, no se ve en otra posición y si pierde, su destino político será incorporarse a la campaña nacional con Andrés Manuel López Obrador. Más aún: si Rabín no es electo como candidato a gobernador el manejo de la campaña será compartido entre ambos partidos, pero llevará mano el equipo del alcalde.

Cualquiera de los dos, Rabín o Cuauhtémoc, representan un peligro inminente para el gobernador Graco Ramírez y su gente. Particularmente uno de ellos, el futbolista, ha dicho con todas sus letras que lo meterá a la cárcel, que no le temblará la mano para actuar contra los corruptos y que pondrá un alto a la impunidad de la nueva visión. Ítem más: entre Cuauhtémoc Blanco y Graco Ramírez hay una enemistad personal, existe un encono que rebasa lo profesional y que hace impensable una negociación política.

En castellano: Cuauhtémoc Blanco promete meter a la cárcel meter a Graco Ramírez y esa por si misma es la mejor oferta de campaña que podemos escuchar los morelenses. Elementos para hacerlo sobran.

  • nota

La alianza PRD-PAN-MC vive un momento clave. El jaloneo es muy fuerte porque en el Sol Azteca entienden que la única posibilidad de ser competitivos es ir unidos; más ahora que se concreto la coalición entre Morena y el PES.

En esta historia el gobernador está echando su resto: habla, cabildea, propone y busca lograr un acuerdo a cualquier costo. Hasta hoy nada se ha definido, pero es evidente que la presión local logró revivir una alianza que fue enterrada hace varias semanas por el comité estatal del PAN.

Pero no sólo Graco ha logrado mantener viva la esperanza de replicar en Morelos la coalición nacional; un hombre clave, quien abrió la puerta de su dirigencia nacional, regresó a Morelos a la mesa de negociación y es una figura importantísima en el momento más intenso de la negociación es Jaime Álvarez. Sin él la historia ya se habría escrito.

Nada hay definido aún en ningún sentido. Si la alianza prospera será en gran medida a los buenos oficios del legislador naranja.

  • post it

La presión del gobierno estatal hacia la UAEM fue enorme de parte del gobierno estatal. Fueron muchos los caminos los que siguió el gobernador para tratar de doblar al rector Alejandro Vera y ninguno funcionó, hasta que consiguió el apoyo de los sindicatos y el dirigente de la FEUM.

Los ataques a nuestra máxima casa de estudios fueron incesantes, se vieron en forma de acusaciones directas de Graco, golpes institucionales del congreso, grilla interna y expedientes de todo tipo en contra del rector. La clave para ganar la batalla fue retener el dinero de los universitarios y llevar a la quiebra a la UAEM; ahí perdió Alejandro Vera y perdieron los universitarios.

En varias mesas públicas y privadas el equipo de gobernador dijo que el problema no era con la universidad, sino con su rector. Alejandro Vera Jiménez es un corrupto, se robó el dinero de la universidad y afectó a su comunidad, dijo en cadena nacional el jefe del ejecutivo. Más aún: la renuncia de Alejandro Vera era condición para que el gobierno estatal apoyara a la UAEM. Y el rector renunció.

Hoy en la UAEM hay un nuevo rector, decente, preparado, mesurado, que moderó el discurso institucional y se metió de lleno a la atención de los problemas internos. Gustavo Urquiza es un hombre de academia, ajeno a la política y distante de los reflectores; conoce muy bien a nuestra máxima casa de estudios y entiende las razones del problema que agobia a su comunidad. Es el personaje ideal para el momento que se vive entre la universidad y el gobierno.

¿Entonces por qué el gobierno no ha dado el dinero a la UAEM?

  • redes sociales

Con un video que emula la propaganda de José Antonio Meade el diputado Francisco Moreno expresa su intención de ser candidato a gobernador de Morelos por el PRI. Recordemos quién es este personaje, a qué intereses ha servido y de qué es capaz. ¿Este sujeto representa la propuesta y los valores de José Antonio Meade?

Empecemos por algo: M de misógino

  • es viernes

De tacos y de mezcal. Hoy toca.

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