A las cero horas del día de hoy comenzaron las ‘precampañas’ para la elección presidencial de 2018.

 

Desde el día de hoy, los precandidatos podrán pedir el voto a los simpatizantes de sus partidos o coaliciones. Y, desde luego, tendremos una cascada de spots.



Sin embargo, creo que ni el volumen ni los contenidos de los spots van a incidir de manera relevante en la intención de voto de la gente.



En todo caso, servirán para afianzar la presencia de AMLO y para ampliar el porcentaje de personas que identifican a José Antonio Meade y a Ricardo Anaya.



Lo relevante serán los aspectos cualitativos que se procesen en las precampañas y campañas.



Eso será lo determinante.



Esta semana, el precandidato (lo de pre, es un decir, en los tres casos) que más oportunidad tiene de dar un impacto es Andrés Manuel López Obrador, pues en teoría presentará hoy su gabinete.



La composición del equipo que acompañaría a López Obrador, por lo menos en el arranque de su administración, es una apuesta muy alta.



Puede haber personajes que den tranquilidad a los electores por la sensatez con la que operarían las diversas áreas de gobierno, pero también podría ocurrir que la presencia de otros prendiera luces amarillas.



Es una apuesta alta, pero es el estilo de operar por parte de López Obrador.



En el caso del precandidato del PRI, José Antonio Meade, es simbólico el hecho de que su precampaña haya arrancado en San Juan Chamula, en Chiapas.



Aunque Meade no hará una precampaña que lo lleve a visitar hasta los más remotos pueblos, seguramente sí tendrá una presencia nacional, que buscará posicionarlo en el conocimiento de un mayor número de electores.



Ricardo Anaya optó por comenzar en su estado natal, Querétaro, en una de las áreas más pobres de la entidad: la Sierra Gorda. Veremos qué alcance tiene la movilización que desarrolle el Frente.



Aunque en términos legales se supone que sólo son precampañas, en la práctica se trata del arranque virtual de las campañas electorales, pues ninguno de los precandidatos tiene competencia interna.



En realidad, las reformas a la ley electoral que pretendieron recortar la duración de las campañas electorales a 90 días, fracasaron.



En la práctica, lo que está sucediendo desde la cero horas del día de hoy es el comienzo de las campañas electorales para la elección de 2018, con lo que virtualmente habrá seis meses de competencia.



Las campañas son también guerras de estrategias.



El único mariscal de campo que ha sido nombrado en los equipos que contienden es el de la alianza PRI-Verde-Panal: Aurelio Nuño.



Está pendiente la definición en el caso de López Obrador, aunque se percibe un papel protagónico por parte de Andrés Manuel López Beltrán; y en el caso de Ricardo Anaya, el responsable de estrategia electoral en su equipo ha sido Santiago Creel, así que no es improbable que él pueda coordinar la campaña del candidato del Frente.



Las campañas exigen una narrativa. Los candidatos deben contar una historia clara y fácil de transmitir a sus electores potenciales.



Veremos, a partir del día de hoy, cuál es la historia que cada uno cuenta y quién puede transmitirla mejor.



Y así seguiremos durante los siguientes seis meses y poco más, lapso en el que se definirá el rumbo del país.

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