* UN RECTOR DESBOCADO
El rector de la UAEM, Alejandro Vera Jiménez, se colocó ya a la cabeza de un grupo opositor al gobernador Graco Ramírez, desde luego utilizando como plataforma a la máxima casa de estudios y los malogrados recursos de la institución. El personaje proyecta apasionamiento por consolidar su proyecto político hacia las elecciones de 2018 y se avizora sentado en la silla gubernamental a partir del 1 de octubre del mismo año. Está metido en la arena pública, presionando de variadas formas a instituciones y a quienes jefaturan algunas de las más destacadas fuerzas políticas morelenses. Sin embargo, la estrategia secunda el odio que su cancerbero Javier Sicilia ha externado desde 2011 (cuando le asesinaron a un hijo) hacia la clase política nacional. Vera Jiménez amenaza, despotrica, chantajea, busca consolidar una estructura de gobierno paralela en Morelos y hasta se divierte, olvidando el viejo dicho mexicano de que “quien se lleva, se aguanta”. Así las cosas, es obvio que volverá a recibir un trato político en el Congreso local ante su nueva embestida.
Este rector ya no va a cambiar. Lo observamos desbocado asumiendo compromisos con grupos sociales, difíciles de cumplir sin apoyo y respuesta de las instituciones que tanto critica, mientras la UAEM no ha aclarado ni resarcido manejos financieros irregulares. El gobernador Graco Ramírez, con quien se ha reunido tras bambalinas a pesar de los frecuentes movimientos de presión del belicoso y voluble rector, le envió el viernes de la semana pasada un mensaje, tras difundirse el proyecto de la nueva Ciudad Judicial de Morelos elaborado por la Facultad de Arquitectura de la UAEM. Expresó el gobernador: “Este es un reconocimiento al valor de la educación pública; esta es la Universidad que construye y se hace partícipe con la sociedad; una Universidad que propone y sus propuestas son recibidas (…) lo otro es ir al pleito, convocar al conflicto y eso no contribuye a la solución de los problemas, solamente hace ruido”. Más claro, ni el agua. Muy mal asesorado, Vera Jiménez está dispuesto hasta a quebrantar la ley, como lo hizo violentando la zona de seguridad en las fosas de Tetelcingo.
La instalación del Consejo de Participación Ciudadana le servirá a los universitarios para salir próximamente a las calles. La petición, que ya dio pie a un plantón de directivos de la UAEM en la plaza de armas a principios de año, ha llevado a la medición de fuerzas políticas y argumentos entre la Rectoría y el Congreso. La primera inició el viernes mediante una ofensiva que incluye, además de la instalación del Consejo, una petición de juicio político para quienes integran la Comisión de Participación Ciudadana y Reforma Política: los diputados Edwin Brito del Partido del Trabajo, quien la preside; Jaime Álvarez Cisneros de Movimientos Ciudadano, quien es secretario; y los vocales Julio Espín Navarrete de Nueva Alianza y Hortencia Figueroa Peralta del PRD. El grupo de legisladores incluye a tres de los principales personajes de esta legislatura, lo cual podría garantizar que los recursos del Congreso estarían “volcados” en atender este tema. Empero, quienes lo conocen vislumbran más ruido que nueces en torno al “enjuiciamiento”. A ver.