De cara a la aprobación de la reforma fiscal en Estados Unidos que reducirá impuestos a compañías y personas a partir de 2018, México no responderá con una disminución de impuestos corporativos a costa de la contratación de más deuda, asegura un documento de la Secretaría de Hacienda al que El Financiero tuvo acceso.
“En ningún caso se contempla aumentar el déficit público para modificar la estructura tributaria de México”, señala.
“Cualquier modificación en el nivel de la tasa de ISR corporativa deberá ser compensada con otras modificaciones tributarias que dejen la recaudación sin cambios”.
Luis Foncerrada, director general del Centro de Estudios Económicos del Sector Privado, dijo que lo más importante ante cualquier cambio en el marco tributario es no elevar el déficit, pues reaccionar precipitadamente con una reducción de ingresos al plan fiscal de Trump podría implicar más deuda.
“Es una barbaridad cuando se habla de una estrategia o respuesta espejo, no podemos porque nosotros no tenemos espacio fiscal, no nos vamos a endeudar más, no podemos y no debemos, cualquier nueva deuda incrementa más el tipo de cambio y la inflación y es algo que por ningún motivo podemos aceptar”.
Añadió que se pueden hacer muchas cosas. “Hay que compensar con otros ingresos, por ejemplo, tenemos impuestos al consumo, aunque difícilmente se van a querer tocar en año electoral”, señaló.
La tasa corporativa en México, de 30 por ciento, es similar a la de EU, que será de 27 por ciento en promedio, tras agregar los impuestos estatales a la tasa federal de 21 por ciento, asegura el análisis de Hacienda.
Además, la tasa marginal máxima para personas físicas será de 45 por ciento en promedio, mayor a la de 35 por ciento de México. “La evidencia internacional, así como en los estados de EU demuestra que las diferencias en tasas de ISR corporativo no son los elementos más importantes para la atracción de inversión, ni para la competitividad de una economía”, indica el informe.
Héctor Villarreal, director general del Centro de Investigación en Económica y Presupuestaria, consideró ‘prudente’ la decisión de las autoridades de no subir el déficit y ver que la recaudación no caiga.
“En un momento dado, el gobierno podría apretar un poquito en aspectos administrativos, combatiendo la evasión y elusión de impuestos, y tratando de formalizar más a los que están fuera de la economía para mantener la recaudación; abrir la discusión de una reforma fiscal en año electoral sería peligroso”, expuso.
Para Carlos Serrano, economista en jefe de BBVA Bancomer, la postura del gobierno es buena porque México seguirá siendo más competitivo que EU, aún con la reforma. Añadió que la reducción del impuesto corporativo no revertiría la mayor competitividad manufacturera mexicana.
El gobierno destaca que seguirá evaluando si es necesario modificar el marco fiscal, pero reiteró que dado que no hay margen para aumentar la deuda, no propondrá fondear un menor ISR con déficit.
“Cualquier propuesta de reducción en la tasa de ISR corporativo en México tendrá que venir acompañada de medidas compensatorias como las implementadas en EU: limitar la deducibilidad de los intereses que pagan las empresas, topar la deducibilidad de los impuestos locales, limitar deducibilidad de pérdidas, retenciones a ingresos por regalías, entre otras”.
Piden igualar la cancha
Manuel Herrera, presidente de la Concamin, dijo en entrevista con El Financiero Bloomberg que en México se debe “igualar la cancha” en materia fiscal para las empresas, ya que sí habrá implicaciones importantes en la competitividad del país, sobre todo en las cadenas globales de valor.
“Tendremos que reaccionar para rápido emparejar la cancha con nuestro principal socio comercial, donde más de 80 por ciento de nuestras exportaciones se dirigen y muchas empresas de muchos países están instaladas en México para aprovechar la capacidad exportadora”, indicó.
*Con información de Zenyazen Flores, Jeanette Leyva y Víctor Piz