Empezaron a realizarse encuestas sobre los precandidatos del PRD a la jefatura del gobierno capitalino y Crónica encontró encuestadores rellenando cuestionarios en los que aparecen los rostros de quienes buscan ser el candidato de Por México al Frente (la coalición de perredistas, panistas y Movimiento Ciudadano). El personal encuestador, que se identificó como empleados de Alejandra Barrales, indicó que lo que estaban haciendo era completar respuestas que los encuestados se habían negado a terminar.
Es viernes 30 de diciembre en un café de la Zona Rosa. Dos personas llenan las encuestas en las que las fotos de los precandidatos destacan. Hay otras hojas en las que aparece Sheinbaum, la candidata morenista y rival a vencer.
Llaman la atención de una señora, clienta del lugar, que les pregunta qué hacen. Es evidente que la mujer no ve normal que estén llenando algo que parece una encuesta en un café. ¿Para quién trabajan?, les inquiere; ambos contestan al unísono que para Alejandra Barrales.
Crónica constata el diálogo y recibe la misma respuesta cuando aborda a los presuntos encuestadores. Han sido detectados por mera casualidad, pero luego, alrededor de las 14:45 horas, se les observa con cuidado para atestiguar qué hacen con las hojas. Los involucrados son una mujer y un joven (aparentemente su subordinado) que están sentados en una mesa. Trabajan rodeados de papeles alusivos a los partidos políticos y con las imágenes de los diferentes contendientes que buscan gobernar la capital este 2018.
Ambos encuestadores parecen cansados e incluso fastidiados tras trabajar un par de horas en el establecimiento. Cada uno consume dos cafés y uno de ellos una soda fría.
En la mesa un sacapuntas y las virutas que ha sacado al lápiz también señalan que el trabajo se ha prolongado largo tiempo.
También hay plumas, gomas y más encuestas en blanco, apiladas; las otras, ya contestadas, están en un montón a un lado del más joven de los presuntos empleados de Barrales.
La referencia sobre un trabajo al interior del PRD, partido que lleva mano en la designación del candidato, lo reiteran la mujer y el muchacho, pero las hojas también muestran el rostro de los precandidatos del PRI y Morena.
Las dos personas se apresuraban a contestar encuestas que, al menos, dan la impresión de estar en blanco. Coordinan las preguntas con las imágenes de Claudia Sheinbaum, Lorena Osornio Elizondo, Xavier González Zirión (contendiente por la vía independiente), Mikel Arriola y Salomón Chertorivski que aparecen enmarcados en un círculo dividido.
Del otro lado de la hoja sólo se podían apreciar a Alejandra Barrales, Salomón Chertorivski y Armando Ahued (precandidatos del PRD), que al ser observados por los encuestadores de inmediato colocaban algún signo o escribían en las respuestas de cada pregunta.
“¡Ya me cansé! a ti, ¿cuánto te falta?”, pregunta Fermín, el joven que acompañaba a la mujer y del cual se lee el nombre en su vaso de café.
“Ya llevo 25 y llené como 14, me falta todavía pero voy rápido”, responde la mujer con fastidio.
Por el cansancio, Fermín deja a un lado las hojas, plumas y lápices de vez en vez para observar su celular y distraerse unos minutos; una vez que ha tomado aire, regresa a la labor.
Al cabo de 40 minutos, ambos deciden dar un descanso y arreglar algunas cosas que tenían desacomodadas a su alrededor.
EVIDENCIA. El trabajo que hacían era evidente. No callaban, ni disimulaban su labor.
Tras una hora una mujer de unos 40 años, de cabello rubio, se acerca a ellos para preguntarles lo que hacían; su curiosidad pudo más que la pena.
“¿Ustedes son los que están en las calles haciendo las encuestas?”, preguntó la mujer mientras toma las encuestas apiladas y las hojas con las caras de los precandidatos.
Ante la pregunta Fermín no sabe qué contestar y voltea a ver a su compañera con expresión de asombro y nerviosismo. El sudor recorría su frente, pero la mujer tampoco sabe qué hacer entonces. Tras hacer aparentar que no entendían los cuestionamientos de la mujer, luego de preguntar “¿cómo?”, “¿a qué se refiere?”, “es que no entiendo…”, por fin responde la encuestadora: “es que estamos llenando las encuestas que no nos quisieron responder”.
La mujer de cabello rubio vuelve a preguntar seria:
—¿Ustedes las están llenando todas?
—Sólo las que los ciudadanos no quisieron contestar y que incluso nos cerraron las puertas. La mayoría sí las hicimos y tuvimos que ir de casa en casa; pero, cuando la gente escucha que se trata de temas políticos no quieren saber nada y dicen que no, agrega rápidamente la encuestadora, con cierto con nerviosismo en su voz.
Luego de este diálogo, los encuestadores comienzan a amontonar todas las hojas que se encontraban a su alrededor.
Aún intentan decirle a la ciudadana que sólo están llenando “puntajes para obtener los porcentajes respectivos”, pero es evidente que no están logrando convencer a la mujer.
La rubia medita y tras unos segundos les dice: “yo soy de Morena y entiendo qué están haciendo”. Agrega que ella se encargaba de realizar la logística de los eventos en provincia, les dice que entiende lo que era hacer encuestas a la ciudadanía y no recibir respuestas.
“Nosotros estamos en el equipo de Alejandra Barrales y nos mandaron a este sector pero la gente a veces sólo no quiere responder; pero la mayoría de las encuestas sí fueron contestadas por la gente”, explica la que parece ser jefa de la pareja de encuestadores mientras mueve con ansiedad su lápiz en las manos.
Al final, las dos mujeres y el joven se despiden y los encuestadores presuntamente perteneciente al equipo de Barrales retoman la escritura en las hojas de cuestionarios.
Al cabo de unos minutos la mujer deja las plumas y el lápiz y preocupada comenta a Fermín mientras se toma la cabeza entre las manos: “ya me preocupó que nos vean haciendo esto; no nos vaya a ver alguien más”.