CUAUHTÉMOC BLANCO, UN VERDADERO PELIGRO PARA ÉL MISMO….
Hace dos años, al iniciar su administración como presidente municipal de Cuernavaca, Cuauhtémoc Blanco Bravo, asumió que su principal papel era de partirse el alma por la ciudad; al momento. los habitantes de la capital morelense continúan con la espera de resultados.
Ya el ex futbolista gastó todos los discursos para evitar tener un plan de gobierno municipal a favor de la sociedad, porque al momento solamente ha visto para su beneficio y el de su apoderado legal hoy envestido en secretario Técnico, José Manuel Sanz.
Cierto es que al inicio de su trienio, Cuauhtémoc Blanco Bravo tuvo más labor que su antecesor, Jorge Morales Barud, pero después pareciera que apagó la vela y determinó echar culpas hasta al primer edil que tuvo la Ciudad de la Eterna Primavera, del por qué no tiene recursos.
Es verdad que Cuernavaca tenía una deuda por 600 millones de pesos en el año 2012, misma que por irresponsabilidad, omisión y hasta valemadrismo Jorge Morales Barud dejó crecer, al dejar de pagar a los bancos cerca de 60 millones de pesos mensuales y evitar mantuviera un crecimiento.
Según Jorge Morales Barud, esa deuda de mil 200 millones de pesos que heredó, de la que no presentó ningún documento, pudo –con refinanciamiento- disminuirla en 800 millones de pesos.
El asunto es que el crecimiento del endeudamiento es porque desde el año 2012 al momento hay moratorias con la banca, como lo hay desde entonces con las empresas encargadas de recolectar la basura, la Comisión Federal de Electricidad, el Instituto de Crédito para los Trabajadores del Estado, el Fondo Nacional de Crédito para los Trabajadores, el ISSSTE y hasta el Infonavit.
Cuernavaca tiene seis años que dejó de cumplir con sus obligaciones fiscales, por intereses políticos y personales de quienes la han intentado gobernar del 2012 a la fecha, porque priva más la irresponsabilidad.
Tanto Morales Barud como Blanco no tienen una sola obra pública por la que merezcan ser recordados en Cuernavaca, solamente han provocado problemas en el área de limpieza, en el alumbrado público y no se diga en materia de inseguridad pública, tanto así que caminar por el centro de la capital morelense es un asunto de ser asaltados por algún ladronzuelo.
Tan malo es Cuauhtémoc Blanco como alcalde de Cuernavaca que con mil 600 millones de pesos de presupuesto, sigue sin hacer obra pública a favor de la ciudad y la tiene abandona.
Sin duda alguna el Cuauh tiene 600 veces más presupuesto para la ciudad del que tuvo el inolvidable alcalde Alfonso Sandoval Camuñas, quien con 240 millones de pesos anuales realizó más de tres mil obras.
En su trienio no hubo ningún problema por la recolección de la basura, la limpieza de la ciudad, en la que personalmente con escoba en mano participó en barrer las calles, avenidas de toda la ciudad.
No Cuauhtémoc Blanco ni sus dos gachupines saben quién fue Alfonso Sandoval Camuñas, pero si salieran a las calles la sociedad les contaría que ha sido el mejor presidente municipal de Cuernavaca.
Alfonso Sandoval caminaba las calles del primer cuadro de la ciudad, de las colonias populares, de los fraccionamientos y de las entonces zonas más peligrosas sin un solo guarura porque no tenía ni lo necesitó, solamente con su siempre solidario secretario personal y chofer Arturo Galán.
Fueron los mejores tiempos de Cuernavaca como ciudad, porque a pesar de que ya iniciaba la mala fama de Morelos en materia de inseguridad todavía las escuelas para el aprendizaje del español estaban llenas de jóvenes estadunidenses.
Lo anterior tenía un sustento, los elementos de la entonces policía municipal eran profesionales, personas que fueron conocidos por los vecinos al dar los servicios que requerían y había un verdadero programa de prevención del delito y seguridad, que hoy a pesar de los miles de millones de pesos para ese rubro la Comisión Estatal de Seguridad Pública es un error y un ente infuncional para la sociedad morelense.
Sin duda alguna que la figura de Cuauhtémoc Blanco, es solamente de propaganda, de publicidad y de un personaje hecho de papel que dio su palabra de hombre a una sociedad, para que al final incumpliera.
No cabe duda que hoy Cuauhtémoc Blanco es un peligro para la sociedad de Morelos, en su legítima aspiración de ser gobernador de Morelos porque tampoco tiene un proyecto de trabajo a favor de un estado en crisis en todos sus sentidos.
Pero encima de todo, este ajeno personaje a Cuernavaca y los cuernavacos, enfrenta una serie de impedimentos legales que le permitan registrarse como aspirante a la gubernatura de Morelos.
A lo anterior, se sumará, y a lo mejor con mucho acierto, la guerra “sucia” que sus contrincantes le tienen preparada, por cierto, muyyyyy bien “armada” en su contra.