-Desacuerdos entre ocho aspirantes a la gubernatura durante los últimos meses, la causa principal
-Tendrán interesados que aceptar y respetar la decisión, les guste o no les guste, luego de firmar un “pacto de civilidad”
La falta de acuerdos entre los ocho aspirantes a la candidatura a la gubernatura de Morelos durante los últimos meses, provocó que sea ahora la dirigencia nacional del Partido Revolucionario Institucional (PRI), que preside Enrique Ochoa, la que designe en los próximos días a su abanderado (a) político para ese puesto de elección popular, la cual tendrán que aceptar y respetar, les guste o no les guste, luego de que firmaron un “Pacto de civilidad” para acatar dicha decisión.
Como se sabe, hay dos mujeres que aspiran al cargo para la candidatura a la gubernatura: la senadora Lisbeth Hernández Lecona y la diputada federal Rosalina Mazari Espín; además del legislador federal, Matías Nazario Morales; en tanto hay dos delegados: Guillermo del Valle Reyes, del ISSSTE y Jorge Meade Ocaranza, de la SEDESOL; un dirigente cañero en la figura de Amado Orihuela Trejo; un diputado local: Francisco Moreno Merino y; Samuel Palma César, funcionario del gobierno federal.
La decisión se tomó después de que en los últimos días entre los propios aspirantes se estuvieron tomando fotos y selfies, en las que aparecían tres o cuatro de los ocho aspirantes, lo que evidenció la ruptura y por tanto, al no ponerse de acuerdo como fue la propuesta original de la dirigencia del CEN del PRI, al final se decidió que será en México cuando se decida quién será su candidato a gobernador para Morelos.
Al respecto, el presidente del Comité Directivo Estatal del tricolor, Alberto Martínez González, reconoció que con esta firma los aspirantes hicieron el compromiso público de respetar la decisión que se emita desde los órganos partidistas del Revolucionario Institucional en favor de quien será depositada su plena y absoluta confianza para representarlos en las elecciones constitucionales para la gubernatura.
Luego entonces, los ocho precandidatos se comprometieron con la firma de ese convenio a respetar la legalidad sin importar quién sea el abanderado, al tiempo de pronunciarse a favor de la unidad entre todos y cada uno de los priístas y ciudadanos morelenses, cuyo único objetivo es y será el ganar la presidencia de la República, la gubernatura del Estado, las senadurías, diputaciones federales y locales, así como las alcaldías y distritos.
Por lo tanto, en las próximas fechas los priístas conocerán a través de las instancias correspondientes en el PRI, quién será el candidato tanto del PRI como del PANAL para el gobierno del Estado, en razón de que estos dos institutos políticos firmaron la candidatura común ante el IMPEPAC.
Cabe señalar que el pacto de civilidad que se firmó entre los aspirantes se sustenta en un absoluto respeto y reconocimiento a los documentos básicos del PRI, así como en las leyes e instituciones electorales vigentes en el país y en el estado de Morelos, razón por la cual los priístas que aspiran al cargo, decidieron participar en la construcción de acuerdos, así como en las etapas y decisiones del proceso interno para la selección de la persona que encabece la candidatura, vigilando la aplicación de las normas estatutarias del partido.
Al final y como parte de los acuerdos, durante el pacto de civilidad se les obligó a los priístas a dejar de lado la denostación, la violencia política y cualquier otro medio o instrumento que vulnere la confianza en el instituto político, dirigentes, aspirantes y en su momento precandidato.