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QUEBRADERO

Nayarit: 33 restos humanos y 4 fosas

En la comunidad de Pantanal, municipio de Xalisco, Nayarit, se encontraron el pasado fin de semana 33 restos humanos en 4 fosas. Quizá hayamos perdido la capacidad de asombro, pero por donde se vea es un hallazgo brutal.

Muchas zonas se han convertido en cementerios clandestinos. Pueden aparecer restos humanos en cualquier parte, como sucedió en Xalisco.

De manera casual un campesino se encontró con una de las cuatro fosas. Se lo comunicó a las autoridades locales y a partir de ese momento la información se propagó por todo el estado y el país.

Lo que hemos visto en otras entidades es una copia fiel de lo que se encontró en Nayarit. Todo empieza, en la mayoría de los casos, con hechos de violencia de los que muchos ciudadanos no saben cómo defenderse porque están entre el crimen organizado y la autoridad.

Viven expuestos sin que nadie los defienda. Por un lado les exigen derecho de piso, los agreden, los secuestran y los integran por la fuerza a la delincuencia organizada. Por la otra parte está la autoridad que indistintamente juega el papel de policía y delincuente.
Todo esto lleva a que en un gran número de casos la gente igual la puedan desaparecer que tomar la decisión de dejar sus hogares y a sus familias, para quizá nunca más saber de ellos o ellas.

No hay acto más doloroso para las familias que buscar a los suyos. Si de por sí están en la incertidumbre, en medio de especulaciones propias de una sociedad cargada de muertos y desaparecidos, sumemos la desconsoladora búsqueda en la cual se encuentran solos y en muy pocos casos, con ayuda externa.

El Colectivo Solecito, en Veracruz, es la manifestación de lo que llegan a hacer las familias y cómo nunca se dan por vencidas. Han recorrido el estado en busca de los suyos en varias ocasiones con poco éxito, pero no bajan la guardia.

Su lucha ha sido reconocida a tal grado que su influencia fue identificada por los propios delincuentes. No se puede explicar de otra manera el hecho de que una persona de manera fugaz se le haya acercado a una de las dirigentes del colectivo para entregarle un papel en el que se daba cuenta de la existencia de una fosa clandestina, la cual estaba ubicada ni más ni menos que a 10 km del centro del puerto.

Este caso se repite por doquier. La única forma en que se puede saber algo es si alguien decide hablar, como en Veracruz, o si se presentan situaciones inesperadas o casuales, como todo parece indicar pasó en Nayarit.

Estamos ante una realidad inobjetable y lacerante. Lo primero que tiene que hacer el gobierno es asumir su responsabilidad reconociéndola. La desaparición de personas y las fosas clandestinas son dos de las muchas consecuencias que ha provocado la estrategia instrumentada en contra de la delincuencia organizada desde hace al menos 10 años.
No puede pasar de largo lo de Nayarit porque, entre otras cosas, no es la primera vez que sucede ni tampoco será la última que nos enfrentemos a estos macabros hallazgos.
Quiere decir que por lo que hemos visto y vivido en estos 10 años muchas comunidades pueden estar bajo la misma situación, lamentablemente nos falta mucho por ver, sentir y pensar; estamos rebasados. Con lo que hoy hacemos no vamos a encontrar la verdad y menos ayudaremos a que los familiares y amigos de los desaparecidos encuentren a los suyos.

Informativamente el hallazgo de las 4 fosas clandestinas se ha ido diluyendo. Se va perdiendo la capacidad de asombro ante hechos que como pocos nos afectan. Muchas pueden ser las razones por las cuales la gente desaparece en el país.

Las que se debieran atender en primer lugar son las que tienen relación con la delincuencia organizada.

Nayarit es nuevo foco rojo.

REQUICIOS.

Julián Andrade está de vuelta. Pocos trabajos tan complejos, intensos, desgastantes y agotadores como el de coordinador de Prensa del Gobierno de la CDMX. Julián hizo bien su chamba y ya está de regreso. Bienvenido.

Javier Solórzano Zinser
 

 

Ámbito: 
Nacional