Dos caras, una moneda
Ricardo Anaya y Alejandra Barrales están donde querían estar cuando lanzaron la idea de crear un Frente Opositor.
Anaya será candidato presidencial de la alianza PAN, PRD, MC, mismos partidos que respaldarán a Alejandra Barrales en la campaña para jefa de Gobierno de la Ciudad de México.
Los dos están en la etapa de sumar respaldos. Anaya consiguió que la delegada en Miguel Hidalgo, Xóchitl Gálvez, aceptara ser parte de su campaña como asesora en materia de pueblos indígenas.
El pretexto es lo de menos, lo relevante es que en los últimos tiempos Xóchitl pasó demasiado tiempo reunida con delegados de Morena, al grado de que muchos esperaban que cambiara de camiseta, pero no.
Que apoye a Anaya, no quiere decir en automático que respalde a Barrales, pero se trata de un paquete, pues Ricardo y Alejandra son dos caras de la misma moneda.
Opción institucional
El gobierno federal mueve sus piezas.
Para mantener el caso Chihuahua dentro del ámbito institucional ha decidido emprender los trámites de extradición del exgobernador César Duarte.
No solo eso. La Fepade emprenderá en breve una investigación formal sobre las denuncias de supuesta triangulación de recursos federales.
En la acera de enfrente, el gobernador Corral quiere brincarse las trancas institucionales y multiplicar las movilizaciones con evidentes propósitos electorales.
De hecho no se ha desistido de emprender una caminata desde Chihuahua al centro del país, con el objetivo de mantener viva su protesta en los medios.
Inconsistencias y competencia
El INE tiene la responsabilidad de cuidar la autenticidad del apoyo ciudadano a los aspirantes a candidatos independientes. Eso ni se discute.
Es necesario evitar que la detección de inconsistencias desvirtúe el esfuerzo titánico de los aspirantes y de un amplio sector de la sociedad por ser parte de la elección 2018.
En los últimos meses, con recursos raquíticos, los aspirantes han podido captar el respaldo de millones de ciudadanos que los quieren ver competir.
Los que se han equivocado son pocos y no afectan el balance general positivo.
Las inconsistencias deben ser sancionadas sin hacer una tormenta en un vaso de agua.
Chiapas, no hay arreglo
A pesar de que Chiapas fue el primer estado visitado por José Antonio Meade como precandidato presidencial, en la entidad no ha logrado cerrar la brecha que separa al PRI del Verde Ecologista.
No hace mucho el estado era bastión tricolor, pero su antiguo aliado, el Verde, es por ahora fuerza dominante y está decidido a imponer condiciones, entre ellas candidato a gobernador.
El tiempo apremia y los jaloneos entre PRI y Verde continúan. Si la alianza no se concreta, se augura que perderán la plaza.
Por cierto, la alianza que encabeza Morena ya tiene candidato, Rutilo Escandón, extitular del Poder Judicial en el Estado, que por ahora va solo.