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OBSERVADOR POLÍTICO

 
Al cierre del año del sexenio perredista, el tema de la inseguridad está cerrando con broche de oro, lamentablemente para quienes vivimos aquí en Morelos por los altos índices delictivos pero sobre todo, por la grave y delicada situación de las mujeres, la mayoría jovencitas muchas de las cuáles son niñas están desapareciendo. El año pasado que fue el más violento se tiene registros de 253 desaparecidas, y hasta el momento no hay autoridad o gobierno resuelva estos delitos que son de los que más daño le provocan a la población.

 

PROGRAMAS ELECTOREROS.- Mientras la realidad de Morelos es triste, vergonzante y de alarma entre la población, los líderes de los partidos políticos, los disque representantes populares como son los diputados, ya no digamos las autoridades hacen caso omiso a este mal. Hacen ver, o intentan hacer creer que estas desapariciones de jóvenes y niñas no sucede en la tierra del general Emiliano Zapata. El problema es mayúsculo, muchas familias viven con el Jesús en la boca porque no encuentran a sus seres queridos. Y de estos temas, a nuestros políticos no les interesa hablar. Es más, muchos piden a gritos que hablemos de las cosas buenas que suceden en la entidad y no de los conflictos que se registran en Morelos.

Sin embargo, es loable mencionar del esfuerzo que se hace por parte de algunas instituciones como sucede con el Instituto de la Mujer, cuyo presidenta es Teresa Domínguez Rivera y líderes transportistas, quienes implementaron la campaña "¡Si tocas, te vamos a denunciar!", con la finalidad de frenar el acoso sexual particularmente en el transporte público.

El punto en concreto es instalar cámaras de video vigilancia que además de contribuir a disminuir la violencia e inseguridad en las unidades, tiene como propósito fundamental disminuir o erradicar el acoso que padecen las mujeres en general al interior de las unidades del transporte con itinerario fijo.

La idea es buena, pero la SMyT se comprometió a obligar a los transportistas a mejorar las unidades después del último incremento al pasaje y no se ha cumplido; además del compromiso que hicieron con el pueblo para capacitar a los chóferes y tampoco lo han llevado a cabo; anunciaron que ya no habría checadores y éstos siguen funcionando. Es decir, casi todas las propuestas han sido viables pero no fructifican. Ojalá y por el bien de las damas ahora si se blinde este tipo de proyectos que buscan tener éxito pero que a decir de los líderes sociales, solo es otro buen deseo porque al final, se convierten en programas electoreros que concluirán cuando termine el proceso electoral el primero de julio.

 

SIGUEN LAS DESAPARICIONES DE MUJERES.- Las denuncias se hacen de manera constante y permanente, muchas madres y padres claman a los gobiernos federal y estatal que localicen a sus hijas y solo encuentran silencio. Solo hay complicidad, los gritos van al cielo y jamás hay respuestas a sus plegarias. Lo triste, lo lamentable, y verdaderamente preocupante son las desapariciones de personas y peor aún porque van enfocadas sobre todo a jovencitas y en muchos de los casos a niñas.

La denuncia que hizo Susana Díaz Pineda del Centro de Derechos Humanos “Digna Ochoa”, es un ejemplo de ello. El año que recién concluyó fue de los más violentos en la historia reciente de Morelos y tan sólo en este ramo, se tuvo un registro de 253 mujeres que fueron desaparecidas. Mientras que en el 2016 se tuvo por fortuna, una disminución de 103 casos registrados que fueron alarmantes de igual manera.

Pero y ¿cómo se tienen estos datos de desaparecidas? Simple, por la recopilación de las fichas de búsqueda que son emitidas por la propia Fiscalía General del Estado, luego entonces, es la misma dependencia de procurar justicia la que sabe y conoce perfectamente que este es un problema mayúsculo, delicado y sensible por lo que representa el tema.

Y por si no fuera mucho todo esto, la propia activista mencionó que los datos de 253 casos de mujeres desaparecidas es sólo el reflejo de las denuncias que se han presentado en la Fiscalía, pero es mucho más grave el problema al cual todos le corren, se niegan a declarar, a emitir una opinión y exigir respuestas, sanciones y castigos penales para los responsables por lo que la complicidad se da en diversas instituciones y hasta en los representantes populares que callan estos delitos sin importarles resolver el dolor que provoca a las familias la desaparición de sus seres amados. Por ello, es criminal que la cifra negra se incremente en casi 800 casos de mujeres que están desaparecidas desde el año en una de las poblaciones más pequeñas del país.

 

FEMINICIDIOS.- Hay quienes insisten en que hablemos cosas buenas de Morelos, de las alegres y bonitas que a los políticos en general les encanta declarar, aunque sean mentiras, del desarrollo que tiene el estado y de muchas cosas positivas. ¿Pero y de los feminicidios quien habla? ¿Qué funcionario tiene las agallas de informar del tema diciendo la verdad?

La mayoría le rehúye, nadie quiere tocar temas espinosos y menos aún cuestionar al gobernador Graco Ramírez por el fallido modelo policiaco que implementó en Morelos con el Mando Único. Quién le da respuesta a las madres y padres de las cuatro mujeres que recientemente fueron localizadas sin vida, tanto en la zona sur y como en el oriente, víctimas de feminicidio”.

Ojalá en este proceso electoral, los precandidatos al gobierno se comprometan no a implementar medidas para resolver los casos de las desapariciones y los feminicidios, sino que exijan se investigue y castigue a los responsables de estos delitos y acaban con la impunidad que tanto daño le hace a la sociedad. Lo triste, es que los precandidatos que se mencionan para suceder al actual titular del poder Ejecutivo, tienen todo menos compromiso social y menos aún, de hacer un cambio real y profundo en la procuración y prevención de la justicia. Triste realidad.

 

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