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SERPIENTES Y ESCALERAS

 
En medio de las indefiniciones políticas del proceso electoral actual, algunas cosas van quedando claras: la gubernatura de definirá entre tres candidatos. De los seis posibles aspirantes sólo tres están en condiciones de ganar; los otros no tienen la fuerza, la estructura o la rentabilidad suficiente.

 

Además de estrategia, la política también es de tiempos y circunstancias. Los generales de los partidos miden escenarios, diseñan planes y marcan rutas a seguir, pero les resulta imposible anticipar el comportamiento ciudadano o las coyunturas sociopolíticas. Hoy en Morelos estamos frente a un escenario cambiante, incierto, donde el tiempo avanza y las definiciones aún no llegan. A pesar de ello comienza a haber claridad en un punto: la gubernatura es una carrera de tres.

La forma como se han procesado las precandidaturas de los partidos anticipan lo que veremos en unas semanas más en campaña. En todos lados hay discordia, nadie ha podido procesar con facilidad sus decisiones internas y en algunos casos, como el PRI, el proceso de selección de candidato los eliminó antes de iniciar la competencia.

Por cuestiones estadísticas, de percepción pública y de ingeniería electoral, la carrera por la gubernatura se está cerrando a tres propuestas. Uno de los cuatro partidos grandes, el Revolucionario Institucional, se hundió antes de zarpar, se aniquiló a si mismo y sigue haciendo de su proceso de selección interna un ejercicio de autoflagelación que lo aleja cada día más de la gubernatura. Por su divisionismo, por la mala imagen nacional y el pésimo candidato que tienen en Morelos, el Partido Revolucionario Institucional está fuera de la competencia.

A pesar de que podría haber al menos un par de candidatos más en la carrera (Alejandro Vera por el Partido Humanista y Fidel Demédicis por la vía independiente), la elección va a definirse entre las propuestas de la coalición Juntos Haremos Historia con Cuauhtémoc Blanco Bravo como abanderado, la alianza PRD- PSD cuyo precandidato es Rodrigo Gayosso Cepeda  y la coalición PAN-MC con Víctor Caballero Solano como representante.

El duelo entre estas tres propuestas será interesante y tiene varios puntos desde los cuales se puede observar.

A unas semanas de que arranquen las campañas y poco más de cuatro meses de que se instalen las urnas, la ventaja la lleva el futbolista: Cuauhtémoc es el mejor visto de los tres, es el más conocido, el más popular y quien la gente considera que va a ganar; Morena es el partido más reconocido, el de mayor intención de voto y el de más simpatía por la personalidad de López Obrador. Son, electoralmente hablando, la mezcla perfecta.

La dupla Cuauhtémoc-Morena es atractiva, representa una esperanza para muchos y genera empatía por el discurso nacional de AMLO y la postura dura contra el gobierno estatal que ha mantenido el alcalde de Cuernavaca. La fuerza de esta oferta radica en la popularidad del candidato y la simpatía del partido; pareciera que son la fórmula ideal, imposible de alcanzar, pero aún falta tiempo y muchas cosas pueden pasar, como una sanción de la Fepade a Cuauhtémoc Blanco, por ejemplo.

Rodrigo Gayosso es el candidato con más tiempo en calle y con más estructura partidista; el perredista ha trabajado la candidatura desde hace tres años, lo hizo desde el partido y ahora como precandidato. El PRD ha afiliado a más de 200 mil personas en los últimos años y esa base, dicen, es el punto de arranque para competir por la gubernatura.

El proyecto del abanderado de izquierda se sustenta en la suma de liderazgos y la fuerza que tienen desde los diferentes espacios que gobiernan; son un partido que ha agrupado a figuras de todos los colores y cuentan con muchos recursos para ir a campaña. Su expectativa es hacer efectivo el voto de la militancia, que su estructura funcione y que sus propuestas logren convencer a los indecisos. La pulverización del voto con varios partidos disputando la gubernatura es un elemento que favorece a quienes tienen más estructura, como el PRD.

El panismo lanzará a Víctor Caballero, un hombre serio, de formación médica, con experiencia de gobierno, pero que nunca ha ido a campaña. El PAN es una marca fuerte en Morelos, sobre todo en la zona metropolitana, que goza de la simpatía de la clase media y tiene un voto cautivo que le da una buena posición de arranque.

Acción Nacional no es un partido de estructuras, su voto es producto de la empatía social y en algunos casos, de la preferencia por descarte. En Morelos la apuesta de la alianza PAN-MC es meterse entre la lucha de dos, convertirse en el tercero en discordia con una oferta que sea atractiva porque representa un cambio con sentido: ni la continuidad del PRD, ni las ocurrencias de Morena. Caballero arrancará en tercer lugar, pero podría avanzar rápidamente si el candidato se deja moldear y su discurso llama la atención del votante.

La competencia por la gubernatura de Morelos se ha cerrado en tres propuestas, cualquiera de ellos está en condiciones de ganar y será el ciudadano, con sus votos y sus opiniones en los próximos meses, los que irán definiendo la posición que ocupará cada una de esas propuestas en la carrera gubernamental.

Cuauhtémoc Blanco es el candidato del cambio por desquite, Rodrigo Gayosso es el de la continuidad con reconciliación y Víctor Caballero el del cambio con rumbo. La simpatía, la estructura y la propuesta se van a diputar el futuro de Morelos para los próximos seis años.

  • posdata

Contra la voluntad de Jorge Meade y sin el apoyo de Matías Nazario, Víctor Saucedo se registró como precandidato del PRI a la presidencia municipal de Cuernavaca con el respaldo de los sectores de ese partido. La llegada del ex funcionario de la Lotería Nacional a la candidatura no estuvo libre de presiones, no fue sencilla de procesar y al final se concretó porque Saucedo no se dobló y sus adversarios se quedaron sin elementos para detenerlo.

La carrera de Víctor en la capital no es sencilla, carga con la pesada loza de un partido mal visto, el lastre de un precandidato gubernamental repudiado y el divisionismo de un PRI que ha sido incapaz de procesar sus decisiones sin confrontarse.

No será fácil para Saucedo ganar la contienda, lo primero que necesita es una estrategia, luego un equipo y después recursos para ir a campaña; hoy no tiene ninguna de las tres cosas.

Ganar Cuernavaca no es fácil para el PRI, pero tampoco es imposible; es más fácil que el Revolucionario Institucional recupere el gobierno capitalino con Víctor Saucedo que Jorge Meade se acerque al tercer lugar de la carrera gubernamental. En Cuernavaca el PRI tiene un voto duro importante y podría convertirse en el refugio de muchos priístas que ya ven perdida la carrera estatal, pero estarían apostando por Cuernavaca como el punto de resurgimiento de ese partido.

Víctor Saucedo podría venderse como la alternativa seria para sacar adelante a la capital del desastre en el que se encuentra actualmente; el priísta no es visualmente atractivo: su rostro es adusto y su trato está muy lejos de ser afable, pero si sus estrategas entienden el escenario se darán cuenta que lo que en principio podría ser un problema, puede aprovecharse como una oportunidad al ofrecer un hombre maduro, serio, formal y experimentado. Un gobernante serio para una ciudad con problemas serios.

Víctor podría convertirse en el candidato a vencer si consigue establecer rápido un plan de trabajo que vaya más allá de las ocurrencias que hasta ahora ha mostrado su esquelético equipo de trabajo. El precandidato necesita armar estructura en calle, tiene que reunirse con los liderazgos capitalinos y debe aprovechar los espacios vacíos que han dejado los otros partidos.

En paralelo tiene que definir un plan que incluya trabajo en tierra, presencia en medios y un manejo adecuado de información e imagen en donde lo presenten como la propuesta seria y confiable para gobernar una ciudad sumida en el caos y el deterioro. Un punto más: Víctor Saucedo tiene que esconder a su hijo para evitar que cometa alguna de las imprudencias que le han caracterizado a lo largo de los años. Hoy Iván es el que le pesa a Víctor.

Víctor Saucedo no es el mejor candidato, pero puede convertirse en un buen alcalde; tiene experiencia en los tres niveles de gobierno, preparación profesional en materia jurídica y administrativa, relaciones políticas e ideas que pueden revertir el deterioro de la capital. El punto débil del priísta es su carácter, pues a pesar de los años sigue siendo un hombre explosivo, irascible, sensible a la crítica y absolutamente manipulable por su familia.

La de Cuernavaca puede ser la última oportunidad política de Saucedo; él decidirá si actúa de la misma manera que quienes critica o arma un proyecto para ganar.

  • nota

Cuauhtémoc Blanco se registró de manera formal en los tres partidos que cobijarán su candidatura. El alcalde dejó ir el tiempo de precampaña y ahora deberá esperar a que la ley le permita nuevamente moverse.

El equipo del futbolista luce confiado, demasiado confiado; no han hecho nada o al menos no muestran nada de lo que podrían presentar en la campaña. Frente a ellos los demás equipos trabajan a marchas forzadas, saben que el adversario a vencer es el futbolista y consideran que la fama, aunque importante, puede no ser suficiente para garantizar el triunfo.

El exceso de confianza se paga muy caro en política.

  • post it

Cosas curiosas que ver en estas campañas. El candidato del PRD, quien representa la continuidad del gobierno actual y el que parecería más interesado en proteger los intereses del régimen de Graco Ramírez ha dicho (al menos de dientes para afuera) que combatirá la impunidad, la corrupción y promoverá el estado de derecho. Víctor Caballero, el candidato del PAN arrancó su precampaña hablando de corrupción, de malos manejos y de la necesidad urgente de poner un alto a los excesos y actuar contra los malos funcionarios. Jorge Meade, el candidato del PRI va en sentido contrario: afirma que no se actuará contra la corrupción, dice que lo mejor es ver para adelante y anticipa que no hará nada contra los funcionarios actuales, porque no vale la pena revisar lo que se hizo con anterioridad.

Cosas curiosas en estas campañas: parece que el candidato de Graco no es el del PRD, sino el del PRI.

  • redes sociales

Al cerrar la semana alguien lanzó una campaña negra contra la síndico capitalina. No conozco a Denisse Arizmendi, nunca he cruzado palabra con ella ni he tenido la oportunidad de tratarla, pero jamás he escuchado nada que me haga dudar de su honorabilidad o de su conducta; si algo existiera, es un tema de índole privado que ni en ella ni en nadie puede utilizarse como estrategia política.

Frente al ataque oculto en el anonimato hubo pocas reacciones de parte de los actores políticos y precandidatos; sólo Javier Bolaños (Tremendamente COBARDES quienes atacan a una mujer desde el anonimato. Muy grave lo que pasa en Cuernavaca. Y las cámaras no grabaron nada??) y Rodrigo Gayosso (En mi vida y en mi gestión como presidente del PRD Morelos he sido defensor de los derechos humanos, de las libertades cívicas y el respeto a las mujeres. La igualdad de las mujeres es un componente central para resolver los problemas sociales, económicos y políticos de México. / Repruebo enérgicamente los ataques contra la síndico de Cuernavaca Denisse Arizmendi. Exigimos a las autoridades estatales y municipales que investiguen y procedan contra los autores de estos actos. La violencia de género no es un asunto de mujeres, es responsabilidad de todos) se manifestaron al respecto. El resto, incluyendo al presidente municipal de Cuernavaca, callaron.

Lo que vimos la semana pasada contra la funcionaria municipal es lamentable, representa un acto de violencia que no se puede permitir ni en este ni en ningún caso. Si no se llega al fondo de este tema y se ubica y se castiga a los responsables, este tipo de actos se repetirán. La impunidad es la madre de todos los delitos.

Comentarios para una columna optimista:

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