Primeros saldos de una simulación
Hace unos días, en una sobremesa, traté de explicar a una pareja chilena inteligente y muy experimentada en la política de visita en el país qué es esto que estábamos viviendo y que llamamos precampaña. Luego les intenté explicar qué es eso que llamamos intercampaña. Fue un poco vergonzoso.
Hemos construido una ley electoral bizarra e inútil que ha llegado, en esta elección, al extremo del ridículo.
Sabemos desde noviembre del año pasado con absoluta certeza quiénes serían los contendientes principales en la boleta del 1 de julio y aún así nos recetamos los últimos meses simulando que están en algún tipo de competencia interna.
Ahora se supone que ninguno de los tres podrá pedir el voto, pero lo harán de mil maneras desde hoy al último día de marzo cuando por fin, legalmente, empezarán las campañas.
En medio de tanta simulación, los candidatos andan en lo suyo.
Andrés Manuel López Obrador se mantuvo líder en todos los sondeos y con una ventaja nada despreciable.
La tranquilidad de López Obrador tiene, también, algo que ver con que sus adversarios siguen trenzados en una lucha entre ellos por conseguir el segundo lugar que, según la teoría de sus asesores, les puede acarrear el voto del otro al final de la campaña. Está por verse.
El último reporte de oraculus.mx, que hace el “poll de polls ”, ha visto en estos dos meses consolidarse a Anaya en el segundo lugar, pero lejos del primero. Anaya logró consolidar las candidaturas del Frente a gobernador en Jalisco, Puebla, CdMx y Veracruz, todas entidades con padrones importantes, a las que apuesta para que le traigan votos.
El candidato del PRI sigue en búsqueda de un mensaje, tarea complicada a partir del logotipo que lo arropa, aunque en la última semana comenzó a hablar de enmendar errores cometidos por el gobierno, que la estrategia de seguridad había quedado corta, que había que ser autocrítico; por lo pronto, parece que sigue enredado en el dilema entre ciudadano y priista.
Y a partir de hoy, comenzamos otra vacilada. Todos dirán que el adversario está haciendo campaña cuando no se debe y todos la harán.
El primer saldo claro de esta elección es que la ley electoral es un mal chiste que solo suma a la decepción con políticos y partidos.
Twitter: @puigcarlos