Salvación para jóvenes migrantes a cambio de 25 mil mdd para el proyecto en 10 años. Es lo que ayer un grupo bipartidista de senadores acordó firmar tras lanzar Trump un ultimátum
No es todavía algo definitivo, pero está cerca de serlo. Un grupo de senadores republicanos y demócratas firmaron ayer un acuerdo que satisface buena parte de las exigencias del presidente Donald Trump para conceder amparo a los 690 mil soñadores que se ven en severo riesgo de perder la protección de DACA a partir del 5 de marzo, cuando empieza a vencer el programa.
El grupo, autodenominado “Caucus del sentido común” acordó conceder al mandatario los 25 mil millones de dólares que pide para levantar el muro en la frontera con México, aunque en lugar de asignarlos de golpe, los distribuiría proporcionalmente a lo largo de los próximos diez años.
Aun así, es novedoso que legisladores demócratas acaten la exigencia de financiar el muro, algo quizás fruto de la cercanía de la fecha límite para DACA, y del ultimátum que lanzó ayer el republicano, exigiendo que se apruebe su plan, o en caso contrario, los demócratas se arriesgan a un veto, que dejaría a los “soñadores” sin protección legal.
El acuerdo cumple con la promesa de Trump de dar amparo no sólo a los “soñadores”, sino a un total de 1.8 millones de migrantes indocumentados, pero disminuye también algunas de las exigencias del presidente respecto a rebajar el programa de migración familiar y eliminar la lotería de visas.
De hecho, el acuerdo, que impulsan senadores como del demócrata Tim Kaine, compañero de fórmula de la ex candidata presidencial Hillary Clinton, o la republicana moderada Susan Collins, no elimina el programa de lotería de visas. Tampoco restringe la migración familiar hasta el punto que quería Trump, aunque sí accede a hacer algunas modificaciones leves.
ESCOLLOS. Sin embargo, aunque los demócratas satisfacen en buena medida la exigencia más elemental de Trump para salvar a los “soñadores”, el muro, el plan todavía debe salvar varios escollos para aprobarse.
En primer lugar, paralelamente, congresistas republicanos insisten en la Cámara de Representantes en el plan Grassley, presentado esta semana y que se acerca muchísimo más a cumplir todas las exigencias de Trump.
En segundo lugar, no está claro que el plan bipartisano acordado ayer logre por el momento suficientes apoyos en el Senado para someterse a votación inmediatamente. Esto mantiene el nerviosismo en un contexto donde pesan las amenazas de Trump, que insiste en exigir a los demócratas que apoyen el plan Grassley.
El senador progresista Christopher Coons, por ejemplo, reconoció ayer que muchos demócratas pueden digerir mal el hecho de apoyar un acuerdo que presenta “un plan de seguridad fronteriza realmente robusto”, que implica un alto compromiso de gasto en la próxima década.
Aún así, la conservadora Collins se mostró optimista: “El presidente quiere resultados. Mi experiencia me dice que es mucho más sencillo lograr resultados si conseguimos un acuerdo bipartidista, y es lo que estamos intentando”.