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SERPIENTES Y ESCALERAS

 

 

La carrera por la gubernatura de Morelos es de tres: Cuauhtémoc Blanco, Rodrigo Gayosso y Víctor Caballero. Los representantes de las tres coaliciones compiten en una elección en la que cada uno tiene su propia estrategia. El primero confía en la popularidad de su carrera como futbolista, el segundo apuesta a la fuerza de su estructura y el tercero pretende mover conciencias. Ninguno tiene asegurado el triunfo.

 

Todas las encuestas ubican a Cuauhtémoc Blanco Bravo como el más fuerte aspirante a la gubernatura de Morelos; la distancia que saca el futbolista sus rivales oscila entre los 8 y los 12 puntos, dependiendo la encuesta. La ventaja que lleva el edil al resto de los aspirantes es buena, pero no definitiva; sin un equipo profesional, una buena estrategia y estructura, esa ventaja se puede revertir antes de que el ciudadano acuda a votar.

En el equipo americanista hay una mezcla de júbilo y desconcierto ante una elección que parece ganada, pero necesita mucho trabajo para concretarse. En algunos la algarabía es manifiesta desde todos los ángulos por la fama personal del futbolista, suponen que todo está escrito y nada cambiará las cosas; en otros existen dudas sobre la manera como se enfrentará el proceso y la novatez política de quienes acompañan al edil; la ventaja es buena, pero no definitiva, piensan.

Frente a Blanco Bravo hay equipos de campaña que observan y actúan, que tienen presente la ventaja del deportista, pero saben que los números son reversibles si se conjugan ciertos factores. El acompañamiento del candidato en espacios clave como la capital y los principales municipios del estado serán determinantes para la suma o resta de votos. En ese punto MoPeT sigue sin traducir la simpatía por AMLO en propuestas electoralmente rentables.

Un punto clave en la carrera por la gubernatura son los tiempos: el candidato puntero está dejando ir el primer trimestre del año y consecuentemente, la mitad del tiempo que pudo utilizar para hacer proselitismo. Peor: en este tiempo MoPeT no ha construido una estructura electoral sólida, no ha diseñado una estrategia de medios, no tiene un plan de gobierno, no tiene propuestas de campaña ni tampoco ha podido definir las candidaturas en todos los espacios. Todo se resume en la fama de Cuau.

En el PAN-MC la historia es otra: el equipo que acompaña al doctor Caballero está tomando las cosas en serio, ha contratado un equipo de consultoría profesional y armó un cuarto de guerra en el que participan diversos actores con conocimientos diversos. El equipo del médico no busca dar una pelea digna, piensan en ganar y para eso apuestan fuerte y aprovechan todas las coyunturas que se les presentan, empezando por el desgaste de sus dos rivales.

Los azules saben que su candidato es poco conocido y están conscientes de que ninguno de los dos partidos que le respaldan tiene estructura, por eso su apuesta es a la propuesta, a ganar la simpatía popular y a colocarse como la alternativa intermedia entre la continuidad del PRD y el cambio radical que ofrece MoPeT. Estadísticamente Víctor Caballero es poco conocido, pero puede crecer porque tiene pocos negativos; si logran atraer la atención del electorado el panista podría convertirse en la oferta que llame la atención, incluso, de varios sectores de Morena.

Del lado del PRD no hay confianza, por el contrario, entienden que la carrera es cuesta arriba y que necesitan de todo el tiempo, los recursos y los apoyos necesarios para ganar. El desgaste del gobierno estatal es grande y eso pega a las candidaturas del PRD, de ahí la apuesta a la estructura, a la propuesta y a la suma individual de fuerzas en todos los espacios en competencia.

El PRD camina por tres vías: tiempo, estructura y manejo de imagen. Lo primero es su base: el perredista ha aprovechado cada minuto que le concede la ley para moverse, lo hizo en la precampaña, lo hará en la intercampaña y seguirá durante la carrera constitucional. Lo segundo es su fuerza y esperanza: a lo largo de tres años el Sol Azteca ha logrado afiliar a más de 200 mil personas y la meta es que todos salgan a votar; si lo consiguen, Rodrigo Gayosso se metería de lleno a la contienda con altas posibilidades de ganar. Lo tercero es la clave de los dos puntos anteriores: el abanderado de izquierda tiene manejar su imagen de tao forma que posicione sus ideas, matice sus negativos y coloque en la percepción que su candidatura es fuerte y rentable.

Las carrera por la gubernatura ya comenzó, aunque no todos los equipos se han dado cuenta de ello. Los datos que ofrecen las encuestas son interesante, pero también representan un elemento engañoso; estadísticamente hay figuras que aventajan, que parecen tener la mesa puesta, pero se requiere de otros elementos para concretar la victoria. En todas las elecciones es importante la percepción, pero esta cambia a lo largo de la campaña y necesita de acompañamiento para traducir la popularidad en votos.

Cada candidato trae su plan de trabajo: uno confía en su popularidad, otro apuesta por la estructura y el tercero quiere volverse la tercera vía. Ganar una elección, sobre todo una gubernamental, no es cosa sencilla, ni tampoco algo que se pueda lograr sólo con simpatía y ocurrencias.

Más aún: gobernar Morelos no es poca cosa.

  • posdata

El registro de Cuauhtémoc Blanco como precandidato a gobernador quedó muy lejos de lo que algunos esperarían del candidato puntero en las encuestas. Mal organizado, con poca asistencia y casi nula representatividad política, el acto merecería un análisis serio de parte de quienes están en el equipo de estrategia del futbolista.

Al formalizar su participación en la contienda electoral el alcalde anunció que sacaría a su familia del estado por temor a las represalias que (dice) vendrán de parte de sus adversarios. El munícipe fue enfático en su crítica al gobierno estatal y a su titular, reiteró que lucha contra la corrupción y su objetivo es encarcelar a los malos funcionarios. El tono que utilizó el americanista fue duro y desafiante, aunque también temeroso.

La organización de los eventos de registro fue contrastante con el mensaje político y el temor del alcalde a ser agredido durante el proceso. Además de poco nutrido y representativo, los eventos de Cuauhtémoc Blanco en los tres partidos reveló la enorme desorganización que hay en ese equipo y la profunda fragilidad en su equipo de seguridad. El precandidato llegó a las tres sedes sin que hubiera logística previa y quedó expuesto a cualquier contingencia; si en verdad existe temor de que pudiera ser víctima de alguna agresión ¿Por qué lo expusieron de esa manera?

Cuauhtémoc Blanco es el precandidato puntero de las encuestas, es la figura que todos observan y al que se le considera el candidato a vencer. A pesar de ello la desorganización de su equipo es enorme; en Morena observan con preocupación la falta de seriedad en el trabajo político y la ausencia de talento en la construcción de la estructura que se necesita para ganar.

Más aún: la hipótesis de que Blanco Bravo podría quedar fuera de la contienda antes de que se instalen las urnas crece cada día en las filas de Morena; aquí y en la CDMX hablan de la fragilidad jurídica de la candidatura y de al menos dos expedientes muy duros (uno local) que podrían reventar en las próximas semanas y que dejarían fuera al edil antes de que arranque la contienda.

A unos días de que concluya el plazo legal para registrar a los candidatos en la coalición MoPeT siguen sin llegar a acuerdos ni tener definiciones en las candidaturas, empezando por Cuernavaca. La gente cercana al futbolista no sólo está pecando de confiada, también está descuidando al resto de los contendientes y sustentando el triunfo en la fama.

Tres aspectos tiene que resolver el futbolista antes de que sea demasiado tarde: 1- Necesita un equipo de campaña profesional. 2- Tiene que atender y (si puede) resolver sus pendientes legales y 3- Necesita una estrategia de campaña que vaya más allá de los aplausos mediáticos.

En Morelos y en la Ciudad de México hay muchos interesados en bajar a Cuauhtémoc Blanco de la candidatura. Si eso sucediera, AMLO no defendería legalmente al futbolista, sólo lo utilizaría como una pieza más de su campaña.

¿Ya pensaron eso en el quipo del futbolista?

  • nota

El novel secretario de gobierno se lanzó contra el obispo de Cuernavaca. ¿No hay alguien en el gabinete que pueda atender los problemas sin tener que recurrir a la violencia verbal?

¿O es que el nombre del juego es “Pego y después averiguo”?

  • post it

La contienda electoral del 2018 será en las calles, en los medios de comunicación y en las redes sociales. La búsqueda del voto y su defensa se dará con estructura, pero la atracción de los votantes se logrará a partir de un buen manejo de información en medios de comunicación y en las redes sociales.

Una buena estrategia de campaña debe incluir el todo: la estructura que apuntalará al candidato de principio a fin, pero también la manera como se relacionará con los ciudadanos en las calles, el sentido de la información que generará y la imagen que proyectará hacia el votante.

Para todos los precandidatos fue clave el arranque de la campaña, todos necesitaban que desde el principio se les ubicara como una propuesta atractiva y competitiva; iniciar perdiendo, es decir, que desde el arranque la gente los considere un proyecto derrotado es un error estratégico que se paga muy caro y puede ser definitivo en la contienda.

En una campaña como la actual los estrategas de comunicación son tanto o más importantes que los operadores electorales. Simple: la estructura es para mover, pero la imagen permite que los operadores tengan a quien movilizar.

  • redes sociales

Mensajes falsos, perversos, con la intención de confundir y engañar a la población. Eso dice el comisionado de seguridad de los audios que circularon a media semana y en los que se alertaba de un ataque a policías federales.

Falsos fueron al final, es cierto. La pregunta es ¿Quién es capaz de producir ese tipo de materiales y con que objetivo?

Ojalá el equipo de inteligencia del poderosísimo C5 de Morelos pueda resolver semejante incógnita.

  • es viernes

En medio del ajetreo actual es buen momento recordar algo de lo que comentaba mi querido Germán Dehesa:

“Joven amigo, no te equivoques, no estamos estudiando y adquiriendo saber para imponernos a los demás, sino para quererlos, conocerlos y entenderlos mejor. El éxito, la acumulación de bienes, la fama, el poder son, en el mejor de los casos, logros menores y muy frecuentemente desviaciones fatales. Por estos caminos desviados hemos llegado a nuestros actuales desastres. ¿Por qué? Porque no son retos a la altura de lo humano. Lo nuestro es procurar y distribuir con disciplina, con justicia y con lúcida pasión la belleza verdadera y la verdad que, me consta, es de una belleza aterradora.

Los demás son asuntos menores, distracciones, perversiones, pequeñeces. Así pues, no te creas que la felicidad es una dádiva azarosa, intermitente y fortuita. La felicidad es el más alto deber de la inteligencia y nuestro estado natural. Nunca pierdas esto de vista si es que quieres llegar a la tierra prometida. Del mismo modo, nunca olvides que la plena felicidad sólo prospera, florece y engendra todos los aromas, todos los colores y todas sus canciones en el territorio de la justicia. No te agobies por eso; si la felicidad te habita, te moverá necesariamente a la justicia. Si en tu pecho hay una estrella, todos la verán; si esto no sucede, es que simplemente creerás ser dichoso, pero serás en realidad un infeliz.”

Dicho esto: Hoy toca.

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