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OBSERVADOR POLÍTICO

 
 
Supuestamente, todas las familias damnificadas por el sismo del pasado 19 de septiembre, tendrían todo el apoyo de los gobiernos federal y estatal, sin embargo, y tristemente las cosas no han sucedido así. Hoy, cinco meses en muchos puntos como en la zona cero de Morelos, Jojutla, muchas familias siguen sin poder regresar a su casa por una sola razón: Ya no la tienen, porque desapareció con el telúrico y se convirtieron en montón de escombros. La situación que padecen es grave, no han tenido el apoyo económico ni psicosocial, es decir, están peor que al principio.

FONDEN.- A decir de las autoridades de ambos gobiernos, el Fondo de Desastres Naturales del que dispone México, se puede utilizar para resolver necesidades básicas de los damnificados y la reconstrucción o construcción de viviendas, reparación de infraestructura, incluso de monumentos históricos. Hoy, a cinco meses, la situación en cientos y quizá en miles de familias es precaria, deprimente, caótica y lo triste es que ya no hacen nada, pese a las agradables y maravillosas declaraciones de funciones de que están apoyando con material de construcción en algunas cuantas viviendas. Todo ello, pese a que el Fonden tenía desde el mes del temblor recursos que superaban los 9 mil millones de pesos, además de los 360 millones de dólares (mdd) que equivale a 6 mil millones de pesos. Esto sin descontar todo el multimillonario recurso económico que llegó de funciones, artistas, deportistas, empresarios, gobiernos internacionales y de la ayuda social. Nadie sabe dónde está el dinero, tampoco cuanto ingresó y dónde fue a parar porque a las familias que hoy siguen sin nada jamás.

Lucrar en estos casos es lamentable pero hacerlo con las familias que lo perdieron todo en muchos  de los casos hasta la familia, es no tener madre. Peor aún, no hay ningún funcionario señalado, acusado, detenido o encarcelado por haber hecho malversación de los recursos que casos, se han generado y varios con testimonio incluso de la propia sociedad que los ha denunciado pero que jamás ha trascendido su queja por la impunidad que tienen y que se corrompe, desde el propio gobierno y más aún, en pleno proceso electoral.

APOYO PSICOSOCIAL, PRIORITARIO EN UN DESASTRE NATURAL.- Especialistas del ramo como informó Claudio Barrales Díaz, de la Facultad de Ciencias Sociales y Escuela de Psicología de la Universidad Central de Chile, saben y precisan que durante los desastres naturales como un sismo, provocan conductas humanas de riesgo como el pánico, depresión y estampida, entre otros donde además hay conductas positivas que son conocidas como re silencias, es decir, con control emocional y en la que pueden ayudar a otros ofreciendo y dando atención a las recomendaciones de prevención.

En la conferencia denominada: “Psicología en Emergencias y Desastres”, que tuvo como sede el Centro de Investigación Transdiciplinar en Psicología (Citpsi) de la UAEM, destacó que luego de varios años de investigación han evidenciado que tras un desastre natural, la intervención por parte del gobierno –federal, estatal y municipal-, no debe ser solo médica, sino psicológica para estar preparados para otros posibles eventos. Pero debe haber grupos especiales para estar lo suficientemente preparados para poder asistir a la sociedad antes, durante y después de un sismo.

 

Aun pese a la investigación que realiza la Red de Universidades Latinas relacionado al tema, es fundamental saber cómo ayudar a la comunidad y sensibilizar a la sociedad y formar una cultura de prevención de los desastres, algo que no se tiene en México y menos aún en Morelos, porque es fundamental que además de los apoyos económicos y materiales, se tenga todo el respaldo que la sociedad demanda psicológicamente para estar preparada. Por qué, justamente, después de un sismo, como sucede a cinco meses del 19 de septiembre del 2017, la gente, la sociedad en general, debe estar lo más respaldada posible mediante la rehabilitación para reorganizar el tejido social con un único fin: qué la gente esté preparada para otros posibles siniestros… Algo que tristemente en Morelos escapa a esta realidad que se tiene que aplicar. Ejemplos, podemos enumerar varios en distintos municipios.

 

Urque que tanto el gobierno federal como el estatal, regresen a las zonas de desastre de Morelos para poder atender como se merece a la sociedad, que la escuche, que la atienda y la apoye, porque hay dinero para eso y más. Basta de ir se a tomar la foto, de salir en las redes de los apoyos paupérrimos que ofrecen y que traten de hacerse los salvadores y redentores de estas desgracias que se siguen viviendo. Es tiempo de ayudar y tenderles la manos a quienes más lo necesiten y dejen de lado el pensar en beneficiarse electoralmente. Hay políticos que no tienen madre, y aunque los menos sí tienen progenitora, porque cumplen con lo humanamente posible. Para ellos, nuestro respeto total.

EL PRI DE SIEMPRE.-  Las candidaturas para diputados locales y alcaldías fue el botín político por el cual se generó el enfrentamiento verbal entre el presidente del PRI, Alberto Martínez González y Jorge Armando Meade Ocaranza, candidato a gobernador por este partido. Los dos se desgreñaron metafóricamente y se acusaron de todo. El primero amenazó con renunciar a la dirigencia y el segundo con apropiarse de espacios de representación popular para su gente. Un tercero salió al quite: Amado Orihuela Trejo, quien pidió la primera regiduría y sindicatura en los 33 municipios de la entidad, algo que es además de un exceso un abuso. Otra vez, amenazó con irse al PRD, partido del cual desde hace varios años no ha salido. La camiseta del líder cañero es tricolor aunque su corazón es amarillo y con un sol muy grande. Lo cierto es que pese a todos estos conflictos internos, señalamientos por venta de candidaturas y acusaciones de todo, para el líder tricolor y candidato a gobernador, hoy más que nunca lo que prevalecen en el PRI, dicen, es la unidad.

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