Incognitapro

SERPIENTES Y ESCALERAS

La personalidad de los aspirantes a la gubernatura contará mucho en la campaña. Frente a un electorado indeciso, en muchos casos molesto y ávido de soluciones, el tono que pongan los aspirantes puede mover el ánimo de los votantes. La que viene no será sólo una elección de propuestas, también lo será de personalidad.

 

 

La inercia nacional va a impactar en Morelos, pero no necesariamente definirá la elección estatal. Desde 1988 el voto morelense ha sido para la izquierda en las elecciones presidenciales, pero no siempre ha beneficiado a quien la encabeza la contienda por la gubernatura. Algunos suponen que la elección ya está definida porque el PRI se desfondó y el PRD va cuesta arriba, pero aún no comienzan las campañas y falta mucho para tener claridad sobre lo que sucederá el día de la elección. Quien se confíe, pierde.  

Ya hemos hablado de las fortalezas y debilidades de los partidos y las coaliciones, cada uno de ellos plantea un camino diferente de ir a campaña, pero en todos los casos hay un elemento más que analizar: la personalidad del candidato. Conectar con el electorado es un elemento que va a influir en la decisión final del votante.

Cuauhtémoc Blanco es un hombre que a pesar de su fama pública y su actividad profesional es introvertido y poco afecto a entablar conversaciones. El alcalde es más bien monosílabo, evade los debates y sólo está a gusto cuando está con sus amigos y aborda temas de fútbol o cuenta historias de su carrera profesional. A lo largo de dos años que lleva en el cargo Cuauhtémoc Blanco no ha concedido una sola entrevista superior a los diez minutos, nunca ha planteado un plan de gobierno ni habla de temas que tengan que ver con números, leyes, programas, administración pública o ideas de gobierno.

El deportista es un hombre que redujo su discurso a lo básico, tomó como argumento principal (único) su pleito con el gobernador y utiliza esa lucha como pretexto para justificar la falta de resultados en su gobierno. Cuernavaca vive el peor momento de su historia, está sucia, descuidada, insegura y sumida en la corrupción gubernamental. Si tomamos como base lo que dice el alcalde, el causante de los baches, de la basura, de la violencia y de los moches es Graco Ramírez.

Hasta ahora el discurso le ha funcionado a Cuauhtémoc Blanco, el enojo ciudadano contra el mandatario estatal es tan alto que la gente acepta esa justificación y concede al futbolista la razón cuando utiliza ese pretexto para justificar la inoperancia municipal. Puede ser que el discurso le alcance para ganar la campaña, lo peligroso es que una vez al frente del gobierno estatal no habrá disculpa para justificar la ineficiencia, a menos que como Yunes en Veracruz, se la pase culpando al gobierno anterior.

Víctor Caballero es un personaje reconocido y respetado en la comunidad, es un hombre discreto, aunque también pusilánime en su actuar como funcionario público y representante popular. El médico está sujeto a una transformación mercadológica personal para potenciar sus virtudes profesionales y matizar su tibia personalidad; sus estrategas lo venderán como la tercera vía, como la alternativa para quienes no quieren continuidad, pero tampoco el cambio radical que ofrece el futbolista. Su campaña será disruptiva, pero sin entrar en confrontación con nadie.

Caballero no iba a ser el candidato del PAN, no tenía ni los elementos partidistas ni la fuerza política necesaria para vencer a la dirigencia estatal, pero recibió el apoyo de Movimiento Ciudadano, quien hizo suya su candidatura y dobló al comité estatal. El diputado local es militante panista, pero de facto es un candidato naranja que aceptó competir bajo las reglas que le fijaron sus patrocinadores. El planteamiento de campaña del doctor será propositivo, con algunos matices críticos, pero en ningún caso atacará al gobierno estatal ni perseguirá a nadie de la actual administración. Víctor Caballero es el Plan B de Graco.

Rodrigo Gayosso tiene más personalidad y capacidad de debate que los demás candidatos, pero también carga con el enorme peso de un gobierno muy desgastado y los odios que ha acumulado el mandatario a lo largo del sexenio. El perredista es un hombre audaz que gusta de la confrontación y no rehúye a los debates, pero su reto es, primero, convencer a  su militancia de que están en la pelea y luego recuperar la confianza de quienes se sienten agraviados o molestos con el gobierno actual.

El punto clave para Gayosso no está en la conquista del ciudadano molesto (es muy difícil recuperar la confianza de alguien), sino en lograr matizar el enojo colectivo y aparecer como una oferta de continuidad, pero a la vez distinta a la personalidad, estilo y actitud del gobierno de nueva visión, algo así como continuidad con reconciliación. Pero sobre todo (principalmente), un punto clave para el triunfo de Gayosso está en ubicar y convencer a nuevos electores, es decir, encontrar a los sectores que históricamente no votan y hacerlos salir a votar a su favor.

Alejandro Vera registró su candidatura por Nueva Alianza luego de que ese partido rompió su acuerdo estatal con el PRI. El ex rector es un hombre preparado cuyo argumento de campaña, igual que el del alcalde capitalino, es la lucha contra el sistema actual y el titular del gobierno. Pero a diferencia del futbolista el académico tiene más capacidad de argumentación, ha estado presente en diversas luchas ciudadanas y se convirtió en el más severo crítico del gobernador en los últimos años.

Vera Jiménez es una figura llamativa que pudo ser una candidatura muy fuerte si estuviera apoyada por otro partido; bajo las siglas de Nueva Alianza es muy difícil que el ex rector consiga competir por la gubernatura, aunque es probable que desplace al PRI y le quite votos a Cuauhtémoc Blanco. El discurso social del universitario es bueno, aunque el cierre de su rectorado y el gravísimo problema económico que vive la UAEM lo lastimó mucho socialmente y sembró la duda de su probidad, incluso, entre la comunidad universitaria.

Jorge Meade es un político de la vieja escuela, demagogo en lo público y pragmático en privado cuya argumentación versa en la suma de voluntades y la unidad partidista, pero sólo de dientes para afuera. El ex delegado de la Sedesol formó parte del Gumac, un añejo grupo político conformado por ex líderes estudiantiles que en su tiempo fue una importante corriente política en el PRI, pero se disolvieron por la personalidad, estilo y ambiciones de Meade Ocaranza.

La designación de Jorge Meade como candidato fue la gota que derramó el vaso en el PRI, el gumaco no tiene el carácter para conciliar, ni calidad moral para llamar a la unidad. Su historial de engaños y traiciones le ha aislado de muchos sectores sociales y su manera de tratar a los demás le ha distanciado de diversos actores políticos. El discurso de Meade es soso, no convence ni genera emociones, es un mensaje tibio que evade hablar de corrupción, de inseguridad y de combate a la impunidad. Para el priísta todo en Morelos está bien, incluso lo que se hizo mal.

En la oferta electoral para los morelenses en el 2018 no hay un personaje que luzca como el líder que necesita el estado; todos tienen virtudes y ventajas, algunos cuentan con características personales que les destacan y otros con el respaldo de un partido que los potencializa. Ante ello el reto del ciudadano es mayor, habrá que poner atención a los detalles, analizar con cuidado las propuestas y entender la importancia de votar por alguien que no represente sólo un desquite mediático, sino que nos proporcione como estado la posibilidad de salir adelante.

Gobernar no es una tarea sencilla, se requiere de capacidad, de proyecto, de inteligencia, de actitud y carácter para sacar adelante al estado.

Morelos necesita reconciliación.

  • posdata

La división al interior del PRI es inocultable y el jueves pasado estuvo a punto de provocar la dimisión de su dirigente estatal. Fueron muchas horas de negociación interna y jaloneos entre quienes mediaron entre el candidato Jorge Meade y el presidente Alberto Martínez.

En esta historia se juntaron el hambre y las ganas de comer: uno, el candidato, es un sujeto prepotente y ofensivo, de malos modos y altanero, al que le gusta imponer, sobajar y cuyo estilo de negociación empieza con la agresión. El otro es un tipo ladino, de poca preparación y afecto a los acuerdos en lo oscurito, sin convicciones políticas ni valores personales que se dejó mangonear por Francisco Moreno, el peor ejemplo que puede existir de la política.

El duelo de personalidades añadió a la mezcla las ambiciones de cada uno; los dos personaje sirven al mismo amo, pero cada uno quiere llevar las riendas de la negociación. El jaloneo comenzó por la designación de candidaturas y el reparto de posiciones, pero incluyó temas personales que estuvieron a punto de hacer renunciar a Martínez Dorantes de la presidencia.

Luego de muchas horas de diálogo Alberto Martínez se mantuvo en el cargo, pero el daño por el amago de su renuncia estaba hecho. Hoy el PRI luce internamente descompuesto, dividido y desmotivado. Hacia fuera se ve peor: la tunda que se lleva todos los días el candidato priísta en medios no la recibe ningún otro de los aspirantes a la gubernatura.

Lo dicho: es un problema de personalidad.

  • nota

El fin de semana los partidos de izquierda comenzaron a definir sus propuestas a diputados federales y senadores por Morelos. El primero en dar a conocer su lista fue el PRD, quien sin el PAN ni MC decidió que la fórmula al senado la encabecen la presidenta del PRD estatal Hortencia Figueroa Peralta y el ex diputado local Ricardo Calvo Huerta. En los cinco distritos federales que conforman Morelos los candidatos del Partido de la Revolución Democrática serán Dulce María Arias Atayde, María Guadalupe Jiménez Tovar, Raúl Tadeo Nava, Julio Espín Navarrete y Francisco Navarrete Conde, del primero al cinco, respectivamente.

Del lado de Morena-PES aún falta por formalizar a quienes competirán en los distritos federales, pero ya quedó definida la fórmula al senado de la república; la encabeza la diputada federal Lucía Meza Guzmán y el hermano del senador con licencia Rabín Salazar, Radamés Salazar Solorio; las dos posiciones se las quedó Morena.

La decisión del PRD de romper el acuerdo nacional del Frente modificó el escenario de tres partidos, pues al hacerlo obliga al PAN y a MC a postular candidatos propios, toda vez que no pueden modificar el acuerdo inicial.

Que las dirigencias locales del PAN y MC rompieran con el PRD fue un duro golpe para Rodrigo Gayosso, pero también salió muy caro al Frente. Item más: la información que posee el PRD sobre el manejo de panistas y naranjas a lo largo del sexenio, dicen, conocerá la luz pública durante la campaña.

  • post it

El video se compartió por miles en las redes sociales; era la reunión de perredistas en la Ciudad de México, en donde se definirían las candidaturas al congreso federal. Las imágenes son grotescas: golpes, empujones, sillazos, patadas y todo tipo de agresiones; lo que se veía era más parecido a un choque entre bandas de Tepito que un evento político convocado por tres partidos, supuestamente, democráticos.

Los comentarios sobre los hechos fueron en su mayoría de crítica; algunos vertían opiniones políticas y otros más descalificaban al PRD por el actuar de sus militantes. Sólo Reporte Índigo consignó que la trifulca la iniciaron los perredistas de Morelos, pero no abundó en el detalle, quizá porque no conoció a ninguno de los golpeadores.

Quien observe a detalle el video se dará cuenta que entre los participantes hay cuatro personajes conocidos, dos de ellos funcionarios del gobierno de nueva visión.

  • redes sociales

Comienzan las intercampañas. ¿Quién logrará aprovechar más el tiempo y diseñar la mejor estrategia. El tiempo y comunicación son claves.

Comentarios para una columna optimista:

eolopacheco@elregional.com.mx

Twitter: @eolopacheco

Facebook: Eolopachecomx

Instagram: eolopachecomx

Ámbito: 
Local