Incognitapro

QUEBRADERO

Guerra sucia, apenas empieza

 

 

Las campañas van entrando en los terrenos del “todos contra todos” y del se vale lo que sea para desacreditar al de junto.

No hay quien no tenga su lado oscuro y flaco; la clave está en descubrirlo, para lo cual se puede llegar a pagar millones de pesos. Más de alguno se puede prestar a la farsa, la mentira o para hacer público algún hecho que coloque en evidencia a alguno de los candidatos.

En elecciones pasadas, Cuauhtémoc Cárdenas fue víctima en varias ocasiones de campañas sucias. En el noticiario 24 Horas, el más visto por muchos años, su conductor presentó, de alguna manera dolosa, a presuntos medios hermanos del ingeniero, con el objetivo de exponerlo.

Al final, este hecho, junto con haberle enviado a unos travestis a una conferencia de prensa en Veracruz, se asegura que fue el hoy gobernador de dicho estado, no le hicieron mella. Por ahí no iba la posibilidad de desacreditarlo, pues no tenía cola que le pisaran. Lo que sí le afectó fue la caída del sistema y la trampa; esto fue lo que impidió su triunfo.

Ejemplos de guerra sucia hay muchos; algunos pasajes tienen etiqueta de inolvidables. Recordamos al ingeniero porque el caso se convirtió en un elemento emblemático, y porque trataron a toda costa de bajarlo, sin importarles su vida privada. “Son capaces de cualquier cosa”, nos dijo acerca de este asunto, en aquellos años, el ingeniero Cárdenas.
Falta mucho por ver en esta campaña. Da la impresión de que en el casi de López Obrador, si no tienen un tema realmente grande, no le van a hacer nada; seguirá bajo el efecto teflón. Si algo le puede afectar seriamente al tabasqueño son sus negativos, que en los últimos días pudieran haber crecido.

Los que lo quieren no lo van a dejar de querer, aunque para algunos el que se haya reunido o pactado con Elba Esther, el gobernador de Chiapas y Gómez Urrutia, entre otros, ha provocado que más de uno le tome distancia. Lo que puede producir su derrota no es una guerra sucia en su contra; su problema puede estar en la posibilidad de que se incrementen sus negativos.

La guerra sucia que sí puede traer severas consecuencias es la que han dirigido en contra de Ricardo Anaya. Diferentes versiones aseguran que al panista le encontraron su lado oscuro, con todo y cómplices. El gobierno lo venía midiendo desde hace tiempo, hasta que, supone, ha encontrado el camino para denunciarlo y evidenciarlo.

Ayer se ubicó en Canadá a Manuel Barreiro, quien se presume es el “lavador” de Anaya, quien podría ser una pieza importante del caso, según lo establecido por la PGR. El problema pudiera crecer para el panista y también para su familia, empezando por su suegro, porque no van a bajar la guardia.

Lo que es un hecho es que si no le encuentran al candidato a la Presidencia por el Frente irregularidades y violaciones a la ley, lo único que van a conseguir es fortalecerlo y, sobre todo, hacerlo víctima.

Si Anaya logra capear el temporal con elementos convincentes, la elección será de dos. El PRI y José Antonio Meade pasarían a un lejano tercer lugar, más lejos del que están en este momento.

Las guerras sucias tienen como eje atacar el lado oscuro de los candidatos. No hay quien no lo tenga; la clave es su tamaño y saber si no están aderezadas con fuego amigo.

RESQUICIOS.

Así nos lo dijo ayer la maestra Margarita Zires, de la UAMX: El RUMOR, desde la perspectiva de los medios de comunicación, es falso. Sin embargo, paradójicamente puede ser cierto o falso; lo que sí es seguro es que para que funcione bien, tiene que ser verosímil y plausible, de acuerdo con la opinión pública; circula porque la gente lo cree.
Algunos de los RUMORES circulan por gente que sabe de lenguaje y simulan un mensaje como una noticia verdadera. Respecto al RUMOR del sismo de magnitud 8.7, que ocurriría esta tarde, tiene una función emocional, como muchos otros; expresa miedo y angustia de lo que la gente ha vivido en la capital.

Ámbito: 
Nacional