CON JUAN CARLOS MARTÍNEZ TERRAZAS, LA RENOVADA Y MÁS CORRUPTA SAGRADA FAMILIA DEL PAN…
La designación de los hermanos de Juan Carlos Martínez Terrazas, presidente del comité estatal del PAN, como primer regidor en la fórmula para buscar el ayuntamiento de Cuernavaca y otro hacia la diputación federal plurinominal causó divisionismo y una severa fractura en sexagenario instituto político.
En las redes sociales, los panistas de tradición y ex militantes criticaron la postura de Juan Carlos en impulsar a sus hermanos Daniel y Adrián en cargos de elección popular, sin hacer la talacha que hicieron todos antes de lograr una posición privilegiada.
Los errores, por ser todavía un político imberbe, de Juan Carlos Martínez Terrazas también traen consigo la crítica de los ex militantes, quienes prefirieron renunciar a Acción Nacional antes de salir quemados.
La postura del chamaco en impulsar en las listas de candidatos plurinominales a su hermano Daniel Martínez Terrazas, fue la primera división que provocó, luego la de darle a su hermano menor Adrián la primera regiduría en la fórmula que encabeza Javier Bolaños Aguilar, a los panistas morelenses les dejó un mal sabor de boca.
Y habrá que recordar las palabras del joven cuando tomó protesta como dirigente del PAN en Morelos, asumió el compromiso de no hacer del instituto político un ente que otorgue trabajo a los familiares de los dirigentes.
No fue todo, otro de sus compromisos fue abrir el Partido Acción Nacional hacia toda la sociedad, ser impulsor del régimen democrático en Morelos y también reconocer la trayectoria de sus compañeros.
Sin embargo, al momento lo único que ha reconocido como militante panista Juan Carlos Martínez Terrazas es a sus hermanos, así como también a otros ascendientes sanguíneos.
Antes, los panistas gustaban de lavar la ropa sucia en casa y ahora su tradición quedó en el pasado, porque han sido varios los excesos en que ha incurrido su dirigencia.
Hay en su interior quienes también tachan de machista, xenofóbico y de otros adjetivos al presidente del Comité Estatal albiazul, quienes también lo considera como un personaje déspota e impositor.
Los disidentes panistas, incluso algunos del grupo que lo apoyó para ser presidente de Acción Nacional, han utilizado las redes sociales para quejarse, porque al interior del instituto político priva la sordidez.
Hay militantes panistas que han iniciado diversas páginas en redes sociales, para decir lo que les prohíben al interior de su partido y sobre todo con las amenazas de expulsarlos.
Viejos simpatizantes del PAN también advierten la posibilidad de alejarse en estos procesos electorales, porque ya el instituto político dejó de formar los grandes cuadros filosóficos por el bien común.
Juan Carlos Martínez Terrazas, para la mayoría de sus compañeros, ha utilizado el cargo que se le confió con fines personales, familiares y de beneficio hacia sus amigos.
Usa el PAN como un negocio personal, una marca o bien una franquicia dedicada en buscar una buena chamba, tanto a sus ascendientes y pares de la misma sangre.
La mala actuación de Juan Carlos Martínez Terrazas con sus compañeros le ha dejado como consecuencia el abandono del panismo de su sede estatal, para solamente trabajar en los comités municipales.
El voto duro del PAN mantiene un enojo contra su presidente, porque son los que aportan el trabajo dentro y fuera de los procesos electorales y al momento también siguen sin ser considerados no para ocupar una candidatura, sino ser partícipes en quienes deben de ser sus abanderados.
Ese voto duro es el que incluso aporta dinero, materiales, personal para trabajar en las campañas de los candidatos del PAN a cargos de elección popular, los que siempre habían sido considerados por los expresidentes del instituto político que consideran como una opción de gobierno.
La actuación del joven Juan Carlos Martínez Terrazas es inestable ante sus compañeros de partido, pero condescendiente con su familia que hasta los tiene con buenos empleos dentro del sector público. ¡Que con su PAN se lo coma!