El Ferrari maldito
El 11 de marzo de 2016 se dio a conocer un video grabado por una persona en Viaducto Tlalpan: el escolta que acompaña al conductor de un Ferrari rojo propina una brutal golpiza a un joven que va a bordo de una Duster blanca, y se les ha “cerrado”.
La violencia contenida en el video enciende las redes. El escolta abre la puerta, baja a empellones al chofer de la camioneta, lo golpea con un arma, lo arrastra por la calle, lo arrincona contra un muro y ahí vuelve a atacarlo salvajemente. Además de todo lo despoja de sus teléfonos y de una tableta, todo con valor de 18 mil pesos.
El resultado de la agresión: fisuras, esguince cervical, diversas contusiones.
El conductor de la Duster dirá después que oyó decir al conductor del Ferrari: “¡Ya güey! ¡Ya vámonos güey!”.
Todo explota. Ese día nace en las redes #LordFerrari como emblema de prepotencia. Se trata del empresario Alberto Sentíes Palacio, quien días después del escándalo se presenta a declarar amparo en mano: un juez le ha concedido la suspensión provisional “mientras se investiga su responsabilidad o corresponsabilidad en la agresión”. Sentíes asegura que jamás se percató de los hechos, y que al conocerlos despidió al escolta. “Ni modo que uno tenga escoltas para estar agrediendo a la gente”, dice.
La procuraduría señala que el elemento de seguridad, Sergio “N”, está identificado “y estamos en su búsqueda”.
Dos domicilios del escolta son cateados. Se confirma que no pertenece ni ha pertenecido a ninguna corporación policiaca. Sergio trabaja para una empresa de seguridad y fue recomendado por un tal Alfonso Zamorano. Era uno de los siete escoltas que velaban por la seguridad de #LordFerrari y su esposa.
El 18 de marzo el escolta aparece muerto en un hotel de Atizapán de Zaragoza. Personal de limpieza lo halla bocaabajo, tendido sobre la cama. La procuraduría capitalina encuentra entre sus ropas una carta póstuma escrita en una hoja de color rosa. En esa hoja se lee la palabra “Declaración”. Está fechada dos días antes del hallazgo.
Sergio “N” relata que cuando la camioneta se les cerró, “por medio del radiotransmisor que traemos él (Sentíes) da la indicación u orden de bajar al de la camioneta y ya que ve que no quiere da la orden de golpearlo y cuando ve que lo graban, me dice que ya lo deje, y, el video es la prueba de todo”.
Prosigue Sergio: “Al poco rato me marca y me dice que en su casa me atiende. Asimismo llego a su domicilio y nada a firmar (sic) la renuncia de la empresa… y me dijo ‘no tengas miedo, tengo todo arreglado’”.
“Y vea cuál arreglo, sólo me empinó a mí me deja solo con todo el paquete”, agrega Sergio.
La procuraduría asegura que la causa de la muerte es infarto al miocardio.
#LordFerrari va a reconocerlo al forense. Se queja de que su domicilio fue cateado y sus bienes asegurados. Dice que su esposa y sus hijos son víctimas de burlas y amenazas, que temen incluso salir de su domicilio. Exige que el Ministerio Público dicte el retiro en las redes sociales de todos los contenidos que afecten su derecho al honor.
Para entonces ha trascendido que sobre Sentíes, su suegro y su cuñado pesa una acusación de fraude genérico. En 2012, #LordFerrari y sus parientes políticos le habían ofrecido a una empresa gestionar, “a través de una sociedad especializada en financiamientos, un crédito económico en dólares americanos”. Le cobraron a los empresarios una fuerte suma por hacer el trámite, se apoyaron en documentos expedidos por una empresa inexistente, y desde luego el crédito no fue otorgado.
No es todo. Según la prensa, las autoridades advierten que de marzo de 2011 a la fecha, #LordFerrari tiene abiertas cinco averiguaciones previas por fraude.
Comienza el sainete de la justicia: jueces que conceden y jueces que niegan amparos. Lo detienen al fin en Miami, en octubre de 2016.
El 23 de mayo son perdonados por la empresa defraudada, al realizar la reparación del daño. #LordFerrari sale de las redes e ingresa en el territorio del olvido.
Hasta que el Ferrari rojo, conducido con exceso de velocidad, se impacta en un muro de contención, en un tramo de la carretera Cuernavaca-Chilpancingo (choca luego con un autobús de pasajeros de la línea Costa Line).
Según los testigos, el auto se comienza a incendiar; el conductor es rescatado por los escoltas que lo siguen en un BMW y desaparece de la escena, dejando abandonadas en esta a dos jóvenes colombianas de 22 y 25 años que reciben quemaduras en 90% del cuerpo. Una de ellas morirá en las primeras horas, en un hospital de Chilpancingo.
#LordFerrari dirá, de acuerdo con fuentes de la Fiscalía, que vendió el auto hace dos años. Las autoridades investigan las cámaras de Capufe en busca de indicios, y toda esta historia ocurre desde luego en un país que se llama México.
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