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SERPIENTES Y ESCALERAS

 

 

Gobernar no es un asunto sencillo, ni tampoco algo que pueda hacer una sola persona. Sacar adelante al estado depende de un equipo. Ese ha sido el problema en Morelos: quienes nos gobiernan tratan de hacerlo solos.

 

El próximo domingo se abre el periodo de registro de candidatos a la gubernatura de Morelos, ahí se formalizarán las aspiraciones y ya no habrá marcha atrás en los partidos. Hasta ahora son siete los aspirantes perfilados para competir en una elección caracterizada por el enojo ciudadano y la pulverización del voto. Ya conocemos a los contendientes, ya sabemos qué partidos los proponen y conocemos más o menos su trayectoria. Lo que no sabemos es cómo y con quien pretenden gobernar.

La historia se repite cada seis años: los candidatos llegan, presentan ideas, hacen propuestas, critican al rival, se elogian a si mismos y nos prometen mejorar las cosas por arte de magia. Eso no es malo, lo malo es que les creemos, que los aceptamos, que volvemos a confiar en ellos y damos por buenos sus planteamientos a sabiendas que en muchos casos son irrealizables. ¿De quién es la culpa?

El problema no es sólo la propuesta política o el planteamiento de gobierno, sino el equipo; hasta ahora ningún candidato ha dicho qué pretende hacer en caso de ganar la elección, cómo lo hará, ni mucho menos de quien se haría acompañar en el gobierno. Cierto, los tiempos no les permiten ir tan lejos porque recién acabaron las precampañas y apenas está transcurriendo la intercampaña, pero de cualquier manera los ciudadanos tendríamos que comenzar a analizar sus propuestas y a exigir que sus ideas sean realizables.

En independencia del humor social, lo que el ciudadano tendría que valorar con detalle es el futuro que quiere para su estado y su país en un momento tan complejo como el que estamos viviendo. No hay duda que tenemos problemas serios, pero es innegable que también hay cosas que van bien y se deben continuar. Bajo esa óptica la reflexión es simple: ¿Quién puede cambiar lo malo, preservar lo bueno y conducir las cosas hacia un mejor destino?

Para que Morelos avance debemos tener claro que las cosas no son fáciles de cambiar y la transformación no depende de una sola persona. Independientemente de la participación ciudadana, el primer paso es que quien gobierne el estado lo haga acompañado de un equipo capaz y eficiente que de resultados. No es posible pensar en un cambio a partir de un sujeto, ni mucho menos aspirar a que la situación mejore si seguimos cometiendo los mismos errores. La pregunta entonces es ¿Quién puede hacer mejor las cosas?

En el escenario de Morelos hay siete aspirantes a la gubernatura: Rodrigo Gayosso, Cuauhtémoc Blanco, Víctor Caballero, Jorge Meade, Alejandro Vera, Fidel Demédicis y Nadia Luz Lara (por orden cronológico de aparición). Cada uno de ellos tiene características particulares, representa propuestas distintas, pero coinciden en un mismo punto: nadie ha dicho con quién quiere gobernar.

La lógica de la política así se los marca, los candidatos no hablan de equipos de gobierno porque ello les implicaría (dicen) complicar sus acuerdos internos. Si le ponemos nombres, dicen, otros aspirantes al cargo se desaniman y el equipo se debilita. Pero los tiempos son distintos, hoy la sociedad está más informada, más politizada y exige más a quienes les piden su confianza.

La experiencia nos dice que no es posible gobernar solo, no hay manera de sacar adelante un estado sin acuerdos y es imposible obtener buenos resultados sin un equipo capaz y profesional. Por eso ahora la demanda ciudadana tendría que ir en ese mismo camino: ¿Con quién quieren gobernar?

Han sido tantos y tan graves los tropiezos y desatinos de las autoridades que los votantes tenemos que volvernos mucho más exigentes con quienes pretenden gobernarnos. Una buena idea sin alguien que la sepa aplicar no funciona, un buen propósito no pasará de ser un deseo si no existe un gabinete capaz de transformar la idea en realidad. Incluso la maldad gubernamental se puede contener si alrededor de quien toma las decisiones hay un equipo cuya formación y valores impide que las malas decisiones se propaguen.

Pensando en un buen gobierno, el equipo es tanto o más importante que el mismo gobernante. Jorge Carrillo, Sergio Estrada, Marco Adame y Graco Ramírez no se hicieron acompañar de un buen equipo de gobierno y eso impactó en los resultados. El próximo gobernador de Morelos no sólo tiene que ser una persona inteligente, también debe ser capaz de armar un gabinete que de resultados.

Es ahí donde puede comenzar a darse la diferencia: un candidato que se atreva a decirnos cómo y con quien pretende gobernarnos, que entienda la complejidad del estado y que tenga el arraigo que se necesita para comprender a la gente de Morelos. Aquel que haga compromisos concretos y de a conocer el nombre de quienes le acompañarán en puestos clave, puede ganar más rápido la confianza del votante.

Hacer campaña es fácil. Gobernar no lo es.

  • posdata

En medio de la crisis que dejó el sismo del pasado 19 de septiembre los diputados locales se dieron el lujo de construirse un palacio de 500 millones de pesos. Estos son sólo algunos de los elementos que justifican la edificación de una nueva sede legislativa en Morelos:

1-     Aprobaron sin discusión ni proyectos de obra o inversión varios créditos al gobernador Graco Ramírez.

2-     Retiraron a los municipios la facultad constitucional de manejar la disposición final de sus desechos sólidos, el alumbrado público, el manejo de los rastros y la policía. Todo lo anterior se lo entregaron al gobernador Graco Ramírez.

3-     Trataron de modificar la estructura y operación del Instituto de Crédito de los trabajadores del estado con reformas que aumentaban las tasas de interés; la presión social y de los propios trabajadores los hicieron dar marcha atrás en la decisión que ya habían tomado.

4-     Extinguieron el Tribunal Unitario de Justicia para Adolescentes, el único en su tipo en el país; luego lo revivieron por presión de abogados y sociedad.

5-     Sesionaron varias veces a puerta cerrada, de noche, sin acceso a medios de comunicación ni ciudadanos, custodiados por policías y sin transmisión. En esas reuniones, entre otras cosas, concedieron al gobernador la facultad legal de vender el patrimonio del estado.

6-     Jubilaron a varios de sus colaboradores y les otorgaron jugosas pensiones; algunos de los beneficiados por estas acciones son familiares de los diputados y otros ni siquiera llegaban a los 35 años de edad al momento de jubilarse.

7-     A los trabajadores de confianza del congreso les retiraron dos de los tres meses de aguinaldo que recibían. A muchos de ellos los despidieron sin liquidación y bajo amenazas.

Lo dicho: 500 millones es un pequeño lujo, pero los diputados sienten que lo valen.

  • nota

Reunidos en un hotel del norte de Cuernavaca los precandidatos de Morena en Morelos escucharon a su líder nacional durante su última visita a Morelos. Ahí López obrador habló y escuchó a los presentes, no más de 200 personas; una a una fueron externando opiniones e ideas sobre lo que estaba pasando en el estado y lo que se viviría en las próximas elecciones. Nadie, casi nadie, quiso dejar pasar el momento de hablar frente al candidato presidencial de la coalición Juntos Haremos Historia; salvo Cuauhtémoc Blanco.

Así lo comenta uno de los presentes:

Cuando le pasaron el micrófono al alcalde de Cuernavaca para que hiciera uso de la palabra, su reacción fue hacer una seña negativa con la mano; le insistieron, el propio Andrés Manuel le pidió que hablara, pero Cuauhtémoc Blanco rechazó el micrófono. “Es un hombre de pocas palabras, como Emiliano Zapata, pero con los pantalones bien fajados” dijo el tabasqueño tratando de justificar al oriundo de Tepito.

¿Y qué va a hacer cuando tenga que hablar en un mitin campaña? ¿O cuando tenga que ir a un debate contra tiburones como Gayosso, Vera, Fidel o Meade? ¿A poco se la va a pasar en silencio?. Hasta aquí el comentario moreno.

La anécdota es real y la reflexión básica: Cuauhtémoc Blanco tiene que prepararse para ir a campaña, no podrá evadir permanentemente el micrófono ni será suficiente el discurso contra Graco para convencer a todos sus votantes. El abanderado de la coalición Juntos Haremos Historia necesita entender su rol de candidato y prepararse para debatir. Si se le ha hecho complicado administrar un municipio, sufrirá mucho cuando tenga que gobernar todo un estado.

Una acotación como morelense: Cuauhtémoc Blanco NO es como Emiliano Zapata. En nada se le parece ni hay punto de comparación.

  • post it

Carlos Hernández es una de las figuras rescatables del PRI en Cuernavaca. Joven, empresario, comprometido, de conducta y trayectoria intachable, es uno de los cuadros nuevos y valiosos del tricolor al que no han dado oportunidad de crecer.

Por capacidad, compromiso, trabajo y lealtad, Carlos tendría que estar considerado en la planilla de regidores de Cuernavaca; no hay alguien con mejor perfil que él para encabezar la lista de regidores en un proyecto que necesita figuras frescas, que sume y no resten.

Si Víctor Saucedo es inteligente y entiende el reto que tiene enfrente no dudará en buscar perfiles como el de Carlos Hernández para que le acompañe en una cruzada que puede ser determinante en su vida política y vital para el priísmo de Morelos. Apostar por lo mismo de siempre, permitir imposiciones o dejar pasar figuras del congreso actual es un suicidio electoral que no sólo le pegará al candidato de la capital, también impactará al proyecto integral del PRI.

Veremos de qué está hecho el candidato. Veremos si vale la pena apostar por ese proyecto.

  • redes sociales

La crisis ha rebasado a los encargados de la reconstrucción en Morelos: ni el representante del gobierno federal, el frívolo e inepto delegado de la Sedatu Rodrigo Peña, ni el corrupto e impresentable encargado del fideicomiso estatal de reconstrucción Sergio Beltrán Toto, están a la altura de las necesidades de los damnificados.

De uno y de otro lado la queja es la misma: no dan respuesta, no atienden, no escuchan… ni siquiera dan la cara. En ambos casos la gente habla de prepotencia, maltrato, arbitrariedades, abusos y corrupción. Ni Rodrigo Peña, primo del presidente Enrique Peña Nieto, ni Sergio Beltrán Toto, operador de los negocios del régimen, tienen la voluntad, la capacidad y la sensibilidad para atender a los afectados. Uno y otros brillan por su arrogancia, por su vanidad y su desprecio a las clases más desprotegidas.

El tema comienza a escalar, son tantas las voces de queja y denuncia que dos diputados federales han señalado la necesidad de hacer algo, empezando por el cambio del funcionario federal. Lucía Meza y Javier Bolaños son dos representantes populares que entienden la gravedad del asunto.

Esto es parte de lo que dijeron la semana pasada:

Lucía Meza:

“Es indignante la insolencia de Rodrigo Peña, quien no da la cara, por eso le exigimos a Rosario Robles que ponga orden la SEDATU y cese de inmediato al delegado en Morelos porque ha sido negligente en ofrecer una respuesta a los damnificados… Exijo respuesta inmediata para las decenas de familias del municipio de Jojutla damnificadas por el sismo del 19 de septiembre que hasta el momento no han recibido la totalidad de los fondos comprometidos por los gobiernos federal y estatal para la reconstrucción de sus viviendas.”

Javier Bolaños:

“Exijo que se clarifique la distribución  de los dos mil 500 mdp asignados al Fondo de Reconstrucción para Entidades Federativas señalados en el Presupuesto del Gobierno Federal para este 2018 debido a que en Morelos decenas de familias tan solo del municipio de Jojutla, no han recibido un solo peso para que puedan reconstruir sus viviendas… solicitó también la urgente intervención de la Comisión Especial para el Seguimiento de la Reconstrucción, conformada en la Cámara de diputados con el fin de que investigue algún posible desvío de recursos etiquetados para los damnificados del sismo del 19 de septiembre”.

El mal manejo de ambos funcionarios no sólo afectan a los damnificados, también generan dudas sobre la probidad en el actuar de los gobiernos federal y estatal en el caso del desastre. Ambos personajes son intocables… hasta ahora.

Comentarios para una columna sonriente:

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