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VIDA POLÍTICA

ANA ISABEL LEÓN TRUEBA, LLEVARÁ AL “DESPEÑADERO” EL PROCESO ELECTORAL DEL 1 DE JULIO…

 

 

La pobreza por la que pasa hoy el Instituto Morelense de Procesos Electorales y Participación Ciudadana, es resultado de una mala relación entre su consejera presidenta, Ana Isabel León Trueba, con quienes hoy manejan las instituciones a nivel estatal e incluso nacional.

La investigadora, académica universitaria y defensora del medio ambiente, llegó a Morelos por recomendación del comisionado electoral del INE Marco Antonio Baños, más por amistad que conocimiento en la materia.

A lo anterior habrá que sumar la liga que sostiene Ana Isabel León Trueba con el candidato presidencial del partido del Movimiento de Regeneración Nacional, Andrés Manuel López Obrador.

No es lo único, el trabajo de la consejera presidenta ha sido de color rosa, porque solamente tiene visión para ver como equidad de género a las mujeres y no hay otros sectores más.

El Impepac, al momento ha realizado más de 80 eventos, de los cuales el 99.9 por ciento son para capacitación electoral de las mujeres, pero no ha pensado que hay otros géneros y trasgéneros en el estado.

Es una mujer que no suele salir para realizar relaciones públicas en beneficio del órgano administrativo electoral, tanto así que ni con los trabajadores suele tener contacto porque hay exceso de soberbia, que por cierto es general por parte de todos los consejeros electorales.

Su acercamiento con los medios de comunicación es nulo, solamente una reunión con éstos y eso por presiones del Consejo Estatal Electoral, porque para ella el área no es prioritaria ni necesaria.

Es por su falta de cultura del servidor público lo que ha ocasionado la crisis financiera y profesional dentro del Impepac, en donde ahora los consejeros la rebasan para correr a servidores electorales e imponer a incondicionales.

Eso ha provocado desestabilización al interior del órgano administrativo, incluso la división y las pugnas que hay entre los mismos integrantes del Ople, sobre todo los recién llegados quienes representan más los intereses de los partidos políticos que los de la sociedad.

Aunque Ana Isabel León Trueba fue designada para estar siete años al frente del Impepac, en tres años ha agotado su estancia porque demuestra carecer de liderazgo, confianza y hasta conocimiento del área.

Y esto es visto desde el Instituto Nacional Electoral, quien podría atraer la elección local porque al momento no hay las garantías para que haya un proceso electoral equitativo.

Lamentablemente, para León Trueba los consejeros que tenían experiencia y conocimiento del manejo electoral ya no están, incluso fueron los creadores de la equidad de género en la asignación de candidaturas en la verticalidad y horizontalidad. Estos exconsejeros son: Jesús Meza Tello y Carlos Alberto Uribe Juárez.

Tampoco tiene como secretario Ejecutivo, por grillas internas entre los consejeros, a Erick Santiago Romero, quien por su habilidad evitó que la elección del 2015 en Cuernavaca se cayera.

Ahora que habrá cambios en el gobierno estatal, los municipales y cambios en el Congreso local, así como la reelección en algunos cargos la realidad es que el Consejo Estatal Electoral está rebasado.

No hay un solo consejero con capacidad de resolver un conflicto como los que hoy se dan con las campañas adelantadas y constantes violaciones al Código de Procesos Electorales para el Estado de Morelos.

Xitlali Gómez Terán, Ixel Mendoza Aragón, Ubléster Damián Bermúdez son teóricos del área, pero en su primera experiencia en el proceso electoral pasado demostraron ignorancia.

Para el caso de la consejera Isabel Guadarrama Bustamante, su chamba se la debe al ex candidato del PRI al gobierno del estado, Amado Orihuela Trejo; mientras que José Enrique Pérez Rodríguez a pesar de haber sido secretario Ejecutivo del desaparecido Instituto Estatal Electoral, desconoce de la actual reglamentación y la plaza se la debe al Partido Acción Nacional.

Por su parte, Javier Arias Casas, ahí el PRD responde por él pero en determinado momento también el responderá del partido que milita y los procesos democráticos serán lo de menos.

Así, con un Consejo Estatal Electoral dividido, lleno de grillos y una consejera presidenta sin liderazgo, es mejor que por el bien del estado la elección sea atraída por el Instituto Nacional Electoral.

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