Los banqueros esperan a ‘ya saben quién’
Hoy los banqueros están ansiosos de escuchar a los candidatos a la Presidencia respaldados por los partidos políticos, quienes se presentarán esta mañana en la Convención de los banqueros de México.
Bueno, en realidad, están ansiosos, sobre todo, de escuchar a Andrés Manuel López Obrador.
A José Antonio Meade lo conocen muy bien y la mayoría simpatiza con él.
Si se hiciera una votación entre los asistentes a la Convención, el triunfo del candidato del PRI-PVEM-Panal sería abrumador.
Han escuchado en diversas ocasiones los puntos de vista de Meade y han dialogado ampliamente con él respecto a múltiples temas.
A Ricardo Anaya lo conocen menos, pero, aunque la mayoría le da la razón respecto a que se ha usado facciosamente a la PGR para golpearlo, no despierta entusiasmo.
Y aunque, según he percibido en múltiples diálogos, el candidato que despierta menos simpatías es López Obrador, prácticamente todos reconocen su liderazgo en las encuestas y por lo mismo, perciben que podría ganar la elección.
Por esa razón, esperan ansiosos sus pronunciamientos esta mañana.
Más allá de simpatías, los banqueros reiteraron ayer que trabajarán con quien gane la elección del 1 de julio.
López Obrador será quien cierre las tres participaciones. El orden fue sorteado y así se determinó que abriera Meade, siguiera Anaya y concluyera AMLO.
Aunque los tres candidatos han estado presentes en diversos foros, quizás no vayan a encontrar otro de más relevancia que éste, tanto por el número como por la diversidad de empresarios que acuden como consejeros de la banca.
De manera concreta, habrá especial atención en sus definiciones de política económica y en sus posiciones respecto a temas como la reforma energética o la reforma educativa.
Será relevante la oportunidad de contrastar tanto las presentaciones de cada uno de los candidatos como su habilidad para responder a los cuestionamientos que se les formulen.
Ya le comentaré el próximo lunes cómo les fue a los candidatos.
Trump, el optimista
Algo le ocurrió al presidente Trump. En el marco del anuncio de los aranceles al acero y aluminio, y de la exención a México y Canadá dijo lo siguiente: “Tengo el presentimiento de que vamos a lograr un buen trato en el TLCAN, y si así lo hacemos, no será necesario imponer estas tarifas a México y Canadá”. No sólo se trató de un dicho. La exención anunciada fue por tiempo indefinido, esperando que se alcance un trato.
Pero, además, se anunció el encuentro de Trump con el líder de Corea del Norte, Kim Jong Un.
Hace apenas unos meses, parecía existir una gran amenaza para el mundo cuando los dos líderes mostraban su poderío nuclear y el mundo temblaba con estos alardeos.
¿Significa esto que podemos confiar que el presidente de Estados Unidos ya tiene una actitud más constructiva y positiva frente a quienes caracterizaba como sus contendientes? En absoluto. Cometeríamos un error si lo pensáramos así.
Ya sabemos que el presidente norteamericano es de arranques y fluctuaciones. Así como ahora parece ser constructivo y optimista, la próxima semana lo podríamos tener en la actitud negativa a la que nos tiene acostumbrados.
Así que, cuidado con Trump, el optimista.