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VIDA POLÍTICA

LOS NUEVOS TIEMPOS ELECTORALES…

Ocho serán las personas que busquen la confianza ciudadana para arribar al Poder Ejecutivo, de los que seis van con el aval de uno o más partidos políticos, un independiente y una mujer.

Por la desilusión que hay hacia los partidos políticos por parte de los votantes, sobre todo los jóvenes, se prevé que la participación en las urnas no será mayor al 56 por ciento del padrón electoral.

Y es cierto, porque ahora bajo el número de jóvenes y personas que fueron a los módulos del Instituto Nacional Electoral para obtener la credencial, o bien reponerla para hacer algún trámite.

Para poder ganar el gobierno de Morelos en los más de un millón 400 mil empadronados, suponiendo que el abstencionismo sería del 48 por ciento, por el número de aspirantes el voto quedó atomizado.

Es decir, el triunfador al gobierno estatal deberá tener entre 150 mil a 200 mil votos, pero también porque será una elección inédita y compleja el gasto mínimo que requiere alguien para ser competitivo y ligar el Ejecutivo es de cuando menos 250 millones de pesos.

Al momento, quienes tienen más capacidad para poder lograr alcanzar el poder son los tres partidos políticos con voto duro. Y sigue siendo el PRI con el mayor número de seguidores, a pesar de que muchos salieron para unirse al Movimiento de Regeneración Nacional.

Los panistas a pesar de la falta de liderazgos también por ser familias muy extensas tienen un sufragio que es efectivo y preciso, pero también el Partido de la Revolución Democrática (PRD).

Ahora, a pesar de ese voto tradicional de las tres grandes fuerzas tienen como adversarios candidatos de fama, que además por ser el partido de Andrés Manuel López Obrador su fuerza popular es mayor.

Entre la chiquillada, el Partido Humanista cuenta con un candidato honesto, quien también ha ocupado cargos de elección popular en el pasado y es un médico naturista reconocido entre la comunidad.

La única mujer es avalada por el Partido Verde Ecologista de Morelos quien rompió con su añeja alianza que tuvo en el pasado con el PRI, para también tener otras candidaturas comunes con el PRD y el Socialdemócrata (PSD).

El único candidato al gobierno independiente también tendrá que trabajar demasiado los 60 días de campaña, porque ahora no podrá someterse a los viejos cierres de campaña en los que llenaban plazas públicas.

Sin duda será una campaña interesante, en donde ahora el candidato oficial tendrá que remontar cifras y quizá hasta cambiar su discurso, porque le viene una competencia demasiado difícil, en la que ni con dinero podría lograr el triunfo.

Pero también el problema está en el órgano administrativo electoral, en donde la situación camina muy lenta por la falta de presupuesto, pero también por desconocimiento legal de algunos de sus consejeros electorales.

La conformación del Instituto Morelense de Procesos Electorales y Participación Ciudadana, hoy deja muchas dudas, suele aprovechar esa falta de liderazgo para que sus consejeros utilicen las sesiones únicamente para intereses personales, o partidistas.

En resumidas cuentas, ahora si será necesaria la observación detalladas sobre la forma de actuar de quienes buscan un cargo de elección popular, de denunciar cuando haya abusos, excesos y también la cooptación del votante.

Por eso es que el costo del sufragio aumentará su valor y podría llegar a los mil pesos, el día de la jornada comicial porque quien logre mayor número de votos sabe que recuperará su inversión con los negocios que hay en el Poder Ejecutivo.

Lo mismo pasa con los ayuntamientos y el Congreso local, porque saben que ahora más que detentar el poder hay cada vez más formas de generar ganancias, solamente con la privatización de servicios.

Este voto del año 2018 será diferente al del 2015 más ahora que quedó desechada la frase acuñada por Porfirio Díaz y replicada por Francisco I. Madero: sufragio efectivo no reelección.

Los que buscan ser reelectos también tendrán dificultades al volver a salir en busca del voto, debido a que muchos abandonaron a la sociedad y dedicaron su tiempo en la vanidad personal.

Quizá también sea un proceso electoral de los insurrectos como ahora también se autonombran los milenials, quienes hoy mantienen desde sus redes sociales sus formas para evitar que los votantes salgan hacia las urnas, porque consideran que el tiempo de los partidos políticos en el poder ha caducado.

Sin embargo, habrá que darle oportunidad de hablar a quienes buscan la representación popular, que lo hagan con respeto hacia la sociedad y con congruencia en su plataforma, no con promesas que –como siempre- no van a poder cumplir

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