Preocupa a ambientalista daño ecológico; el lugar era visitado por patos canadienses y aves extranjeras◗ Ya casi no hay visitas en el Bosque; sólo persisten un par de comerciantes y dos policías que cuidan el sitio
El lago del Bosque de Tláhuac, donde cada año llegan de visita patos de Canadá y aves extranjeras, se secó a consecuencia de una fractura por el sismo del pasado 19 de septiembre, y a las autoridades, tanto delegacionales como del Gobierno de la Ciudad, no les importa; es más, ni siquiera están interesadas en rescatarlo.
La delegación que encabeza Rigoberto Salgado, quien pertenece a Morena (partido que encabeza Andrés Manuel López Obrador), gastó 19 millones de pesos en su rehabilitación, en 2016; dos años después, ya no queda nada de lo que se pagó.
El lugar está desolado, no hay visitantes —aunque permanecen un par de comerciantes dentro del bosque, que intentan subsistir con ventas que cada vez son menos—; el lago está muerto; en medio, sólo trajineras varadas, lodo y la falla geológica de siete metros, causante de la desgracia ecológica.
Crónica realizó un par de recorridos por el sitio, ubicado en la colonia Santa Ana Poniente, recientemente conocida debido a que fue ahí donde abatieron a Felipe de Jesús Pérez, alias El Ojos, capo del cartel Tláhuac, Chalco.
Apenas pusimos un pie en el lugar, —a cargo de la delegación—, se percibía el ambiente desértico…
Las únicas personas que aparecieron fueron dos policías, quienes, a pesar de que el sitio cuenta con mapas para informar sobre las atracciones y servicios del sitio, se ofrecieron a acompañar al reportero a conocer el lago, o lo que queda de él.
En realidad, no conocían información alguna de la falla, se limitaron a decir que ellos sólo cuidaban el lugar; incluso, al principio prohibieron la utilización de cámaras, pero después, “si me das pa’el chesco, te dejo”.
Ya que se fueron, nos introducimos al espacio donde se encontraba la falla.
El terreno está seco, por lo que fue fácil el acceso, aunque había algunas zonas fangosas y con lodo, apenas pisabas y te hundías.
Llegamos al sitio, únicamente amurallado por piedras para evitar que los curiosos caigan o sufran accidentes.
Se puede ver el hoyo por donde se filtró toda el agua; incluso se pueden observar tubos y mangueras que eran necesarios para regular el líquido del lago. Ya no sirven.
Desde el punto en el que se encuentra dicha oquedad se puede observar la fractura, una grieta de más de 10 metros que atraviesa lo que era el lago, pues ya no hay lanchas ni aves.
DESASTRE ECONÓMICO. Los dos puestos de garnachas y dulces que se encuentran abiertos a orillas del lago, más allá de quien los atiende, se encuentran vacíos.
Sus propietarios nos mencionan que el día del temblor “parecía que se abría la tierra”, incluso “se escuchó un crujido y después se fue toda el agua”, mencionó Lupe, la señora que vende fruta, papas fritas y chicharrones preparados.
“El parque se descuidó justo después del sismo; al día siguiente, el agua comenzaba a bajar drásticamente”, agregó.
Lupe cuenta que antes del temblor, el lago era un atractivo turístico que generaba ganancias… “La gente venía a las lanchas en familia, su costo era de 50 pesos la hora, en la que podían recorrer todo el lago unas tres veces, pero al desaparecer el agua, el parque perdió su principal atracción, y nadie ha venido a revisar la falla”.
A casi seis meses de que apareciera la falla, los locatarios aseguran que no hay respuesta de la delegación ni del Gobierno central para recuperar el lago y el bosque. Dicen que si sigue así la situación, después de Semana Santa podrían perder sus negocios.
Desinterés de autoridades. Este reportero buscó la postura de la delegación respecto a la posibilidad de rescatar este sitio o brindar apoyo económico a quienes vivían del comercio en este pulmón de la CDMX. No obstante, no hubo respuesta alguna.
Más tarde, el delegado Rigoberto Salgado se comprometió a dar una postura; sin embargo, ya no contestó su teléfono. Mientras que el subdirector del Bosque de Tláhuac, León Hinojosa Yslas, no tuvo tiempo de tratar el asunto.
En tanto, en la Secretaría de Medio Ambiente de la Ciudad de México (Sedema) dijeron desconocer el tema y, cuando se les informó, explicaron que ellos no tenían atribuciones para solucionar el problema, que era responsabilidad de la delegación Tláhuac.
PREOCUPACIÓN. El ambientalista Alan Jiménez, de la asociación civil Comunalidades Vida y Dignidad, mostró su preocupación por el olvido y desinterés por recuperar el lago artificial.
Por ello hizo un llamado a todas las autoridades correspondientes para preservar un sitio de gran valor biológico y cultural.
“Debemos demandar a las autoridades, como la del Gobierno de la Ciudad de México, a su Secretaría de Ambiente (Sedema) y a la misma delegación Tláhuac, que se revise este caso; no podemos permitir que un sitio que albergaba fauna como patos canadienses, y que ayuda al entorno no sólo visual, sino ambiental del lugar se extinga”, comentó en entrevista.
Mencionó que no es la primera vez que un lago está en riesgo de desaparecer.
Recordó la oquedad que se formó en Xochimilco a principios del año pasado, y de la problemática de la conservación del lago de Chapultepec, en la que parece mostrarse un desinterés por los derechos de los ciudadanos, como son los de merecer espacios dignos para la recreación y de preservación del medio ambiente y al aire limpio.
Explicó que dichas autoridades deben realizar estudios y explicarlos a la sociedad, esto después de mencionar la cantidad de fallas que se han encontrado en la capital tras el sismo de septiembre.
“El impacto al ecosistema del lugar está en riesgo y no podemos permitir que se pierda la visita de especies a esta ciudad, también afectará a largo plazo la flora, que depende del uso del agua para poder seguir creciendo y éstos cumplan la función dentro de la cadena alimenticia”, agregó Jiménez.
Bosque de Tláhuac
Patrimonio histórico y ambiental
El Bosque de Tláhuac ocupa alrededor de 58 hectáreas. No es la primera vez que sufre daños de esta magnitud, después del temblor de 1985, gran parte del lugar fue remodelado debido a que también se secó por una falla, pero fue rescatado por el gobierno en ese año. En enero pasado, la delegación Tláhuac presumió que iniciaría los trabajos de rescate y terminarían en dos semanas; no fue así.