¿Ya nadie podrá vencer a López Obrador?

—De acuerdo con la Poll of Polls de Oraculus, a su agregación de encuestas, o encuesta de encuestas, que abarca del 2 de febrero al 18 de marzo, y según sus propios cálculos, con base en esos ejercicios demoscópicos (Oraculus usa las 11 mediciones más cercanas a esta fecha), Andrés Manuel López Obrador se ubica cómodamente en el primer lugar, Ricardo Anaya conserva el segundo sitio, a pesar de las arremetidas en su contra (salvo en dos sondeos), y José Antonio Meade sigue en tercer lugar (en nueve de los 11 estudios).

—López Obrador es colocado con 39% de intención de voto y 11 puntos de ventaja (su rango va de 36% a 43%), seguido de Anaya con 28% (rango de 24% a 31%), y de Meade con 23% (rango de 20% a 26%). Margarita Zavala tiene 5% (rango entre 4% y 7%).

—Y si se toma su rango más alto (43%) y el más bajo de Anaya (24%), su ventaja de 19 puntos parece abrumadora. De hecho, esa distancia coincide con la penúltima encuesta dada a conocer, la de El Financiero (14 de marzo), donde AMLO tuvo 42%, seguido de Meade con 24%, y de Anaya con 23%. Son 18 puntos que parecen irremontables, ya que tendría que perder un promedio de seis por mes, lo cual no es imposible, pero sí difícil: tendría que cometer pifias monumentales mes tras mes.

—El margen de Oraculus (11 puntos) es muy  parecido a la más reciente medición (18 de marzo), la de Consulta Mitofsky, que en preferencia efectiva pone a AMLO con 41%, contra 29% de Anaya y 23% de Meade. Doce puntos de ventaja, colchón de cuatro puntos por mes para perder, para que lo empate Anaya.

La tendencia de Oraculus no marca eso, una posible caída, sino todo lo contrario: de enero a marzo AMLO pasó de 36% a 40%, mientras que sus rivales cayeron o se estancaron: Anaya pasó de 28% en enero a 29% en febrero y cayó de regreso a 28% en marzo. Meade pasó de 25% en enero a 23% en febrero y ahí se quedó en marzo, en 23%.

Parece que ya nadie alcanzará a López Obrador, pero 90 días son muchos: ya vimos que al día siguiente de su entrevista en MILENIO todos sus adversarios se le fueron encima, del Presidente para abajo (funcionarios, candidatos, empresarios, opinadores), lanzando proyectiles contra sus temas más polémicos, como echar atrás la reforma energética, el nuevo Aeropuerto Internacional de México, y sus propuestas de seguridad.

Y así van a estar de ahora en adelante, hiperactivos en una especie de Tuclo (Todos Unidos contra López Obrador), en una andanada cotidiana, que quizá haga parecer la arremetida contra Anaya como cosa de novatos, de amateurs.

Creo que esto se va a decidir en dos vertientes: una, si sus contrarios logran infundir suficientes miedos en las clases medias (como en 2006) para que no voten por él, y dos, si López Obrador doma a sus propios tigres, si gobierna sus propios excesos verbales.

Por lo pronto, al arranque de la campaña luce difícil que lo puedan vencer. Las gráficas ilustran que parece más factible que su movimiento consiga mayoría absoluta en el Congreso. ¿Eso es bueno o malo? Usted dirá…

jpbecerra.acosta@milenio.com
Twitter: @jpbecerraacosta