NO TODO es alegría y optimismo en la dirigencia nacional de Morena, pues entre sus integrantes también hay patadas -y muy fuertes- debajo de la mesa. Y si no lo creen, pregúntenle a Andrés Manuel López Beltrán, hijo de ya saben quién.
CUENTAN que el joven Andy, como lo llaman los morenistas, anda jaloneándose las riendas del partido con los otros dos pilares de la nomenklatura lopezobradorista: Yeidckol Polevnsky y Gabriel García Hernández.
CON este último, que es el secretario de Organización, López Beltrán tuvo un fuerte encontronazo. Resulta que García Hernández es íntimo amigo de Víctor Hugo Romo y por eso lo impulsó, por no decir que lo impuso, como candidato a lo que será la alcaldía de Miguel Hidalgo.
AL PARECER a Andy no le gustaban los negros antecedentes de Romo como delegado, pero nomás no pudo hacer nada para evitar que se convirtiera en candidato.
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SI NO hay cambio de última hora, en esta semana Cuauhtémoc Blanco dejará la alcaldía de Cuernavaca para irse a buscar la gubernatura de Morelos como abanderado de Morena.
Y AUNQUE las encuestas le hablan al oído, hay algo que inquieta al futbolista: quién se quedará en su lugar. Y es que si presenta una licencia definitiva, que sería lo lógico, al relevo entraría Juan Manuel Hernández Limonchi. Y eso es lo que tiene nervioso al Temo.
RESULTA que Hernández Limonchi es cercanísimo a Julio y Roberto Yáñez, los dueños del PSD, el partido que originalmente lanzó a la política al ídolo americanista. Obviamente, esto significaría para Blanco dejar al enemigo en casa y, sobre todo, revisándole las cuentas.
DE AHÍ que es muy probable que busque separarse por medio de una licencia temporal, aunque tenga que faulear la ley, con tal de dejar a un incondicional al mando en Cuernavaca.
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VISTO el cochinero que resultó ser el proceso de la recolección de firmas para los candidatos independientes, habrá que hacerle una misa de desagravio a Pedro Ferriz de Con.
DURANTE todos estos meses, al ex conductor de noticias lo tiraron de a loco con las denuncias que, un día sí y otro también, hacía sobre el asunto. Inclusive, cuando acusó que se traficaba con firmas, hubo quienes dijeron que hablaba por la herida.
OBVIAMENTE Ferriz no alcanzó el umbral de firmas requeridas pero, al menos, quedó claro que esta vez no exageraba.
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UNA COSA hay que reconocerle a Donald Trump: revolucionó la televisión en Estados Unidos, pues ayer logró que el mayor rating de un domingo por la noche se lo llevara... ¡una actriz porno!