Los temas 'agrios' como la renegociación del TLCAN y las elecciones presidenciales, no deben ser una preocupación para la nota crediticia del país, consideró la calificadora .
Los temas ‘agrios’ para la economía mexicana, como la renegociación del TLCAN y las elecciones presidenciales del próximo 1 de julio, no deben ser una preocupación para la nota crediticia del país en los próximos meses, de acuerdo con la calificadora Moody’s.
La agencia mejoró la perspectiva de la deuda soberana de México de ‘negativa’ a ‘estable’ y mantuvo la calificación en ‘A3’, al considerar que la renegociación del TLCAN llegará a buen término; a los sólidos fundamentos macroeconómicos del país, tras las reformas estructurales; y a que sin importar quién gane las elecciones presidenciales, será difícil que se debilite la economía.
A3
La nota 'A3' se ubica en el séptimo de los 10 escalones que tiene Moody's en su definición de calificaciones con grados de inversión.
Las obligaciones calificadas con 'A' se consideran de grado medio alto y están sujetas a un bajo riesgo crediticio.
Moody's agrega los modificadores numéricos 1, 2 y 3 a cada clasificación. El número 3 significa que está en el extremo inferior de esta categoría.
En julio de 2017, Standard & Poor’s revisó la perspectiva de la calificación soberana de México de ‘negativa’ a ‘estable’, con el argumento de que el país estaba respondiendo adecuadamente a presiones externas y a la volatilidad financiera. Un par de semanas después lo hizo Fitch bajo el mismo criterio, por lo que Moody’s es la última en unirse a la tendencia.
Miguel Messmacher, subsecretario de Hacienda y Crédito Público, elogió la acción de Moody’s, al considerar que es un fiel reflejo del buen manejo de las finanzas públicas y la solidez de la economía mexicana.
“Las tres calificadoras, Moody’s, Standard & Poor’s y Fitch están resaltando el trabajo que se vino haciendo durante el año pasado, desde el punto de vista de las finanzas públicas, reduciendo el déficit y la deuda, así como la implementación de las reformas estructurales, que a su vez han mejorado las perspectivas de crecimiento a largo plazo”, dijo en entrevista con El Financiero | Bloomberg.
En referencia al tema de que no importa cuál partido político gane la elección presidencial, Messmacher recordó que hay elementos constitucionales como la autonomía del banco central, la Ley Federal de Presupuesto y Responsabilidad Hacendaria y las reformas, que blindan de alguna manera y dan certidumbre ante cualquier cambio radical que quisiera implementar una nueva administración.
Reconocen disciplina
Gabriel Casillas, economista en jefe del Grupo Financiero Banorte, opinó que la decisión tomada por Moody’s es un reconocimiento a la disciplina fiscal del país.
“(Han) estado muy satisfechos con el manejo fiscal de esta administración en el sentido en que las reformas fiscal, apoyadas por la energética y la laboral, que ha incentivado la formalización, hicieron posible disminuir significativamente la dependencia de los ingresos petroleros”.
Por otro lado, Carlos Serrano, economista en jefe de BBVA Bancomer, coincidió en que la mejora de la perspectiva de la calificación de México es un reconocimiento al proceso de consolidación fiscal.
No importa el ganador
Un elemento clave para la mejora en la perspectiva de México ‘estable’, es la baja probabilidad que Moody’s da a que la próxima administración debilite los fundamentos crediticios del país, a través de un cambio fuerte en la dirección de la política.
“Cualquiera que sea el candidato y el partido que gane las elecciones presidenciales y legislativas, no está claro que el nuevo titular será capaz de alterar la dirección de la política o revertir las reformas ya implementadas”, aseguró Moody’s en un comunicado.
Para la agencia, el marco institucional del país limita los riesgos a la baja, ante posibles reversiones de políticas.
En tanto, dijo que los limitantes al crecimiento derivados de la renegociación del TLCAN están retrocediendo a medida que el compromiso entre los miembros del tratado se ha mantenido sólido.
“La probabilidad de que no se firme la renegociación es prácticamente nula y ese era el principal riesgo para la economía mexicana”, dijo Gabriela Siller, de Banco Base.
Con información de Víctor Piz, Jeanette Leyva y Clara Zepeda*