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USO DE RAZÓN

AMLO: el privilegio de engañar (disparo de la deuda) Fin de la serie

 

Hay memoria. Hemerotecas.

La Auditoría Superior de la Federación estableció –2005– que la deuda del Gobierno del Distrito Federal y la falta de ingresos propios tenían a la capital del país en situación próxima al “riesgo financiero”.

En su Informe a la Cámara de Diputados, en el rubro “endeudamiento” del Gobierno del DF, apuntó:

“Se detectó que, en el mediano plazo, la sostenibilidad fiscal (del GDF) se verá afectada negativamente ya que los ingresos disponibles se han estancado, mientras que el nivel de pagos del servicio de la deuda se incrementará significativamente”.

Los años de riesgo para el Distrito Federal identificados por la ASF eran 2007, 2008 y 2009. En esa época, el nuevo jefe de Gobierno reestructuró exitosamente la deuda gracias a la labor técnica y profesional de economistas egresados del ITAM (donde dice AMLO que no saben de economía).

Vamos con detenimiento y números, porque la mentira de la “no deuda” es muy grande.

Cuauhtémoc Cárdenas dejó el gobierno capitalino en 1999 con una deuda de 22 mil 962 millones de pesos.

Al cierre de 2004 faltaban apenas dos mil millones de pesos para que esa deuda se duplicara, pues el endeudamiento de López Obrador alcanzó la cantidad de 42 mil 31 millones de pesos.

Esa cifra era superior al 50 por ciento del presupuesto anual aprobado para todo el Distrito Federal en 2005.

La capital del país concentra alrededor del 10 por ciento de la población total de México, pero la deuda que dejó López Obrador representaba el 33.35 por ciento de la deuda de todos los estados del país en aquel entonces.

Ahora ese porcentaje representa sólo el 14.7 por ciento de la deuda del total de entidades federativas.

¿El jefe de Gobierno con la entidad más endeudada del país, nos asegura que no va a aumentar la deuda si llega a presidente?

¿Le creemos? Sería tanto como creerle que los economistas del ITAM son malos, cuando ellos resolvieron el desastre que dejó con la deuda del Distrito Federal.

Antes de cerrar la serie sobre El privilegio de engañar, no está demás ver cómo se le cayó la recaudación cuando fue jefe de Gobierno. Las cifras contenidas en la Cuenta Pública de los años 2001, 2002, 2003 y 2004, que Crónica tomó de la página electrónica del GDF, nos ilustran el descalabro:

En el rubro “ingresos propios”, es decir impuestos, derechos y aprovechamientos, el gobierno de López Obrador obtuvo en 2001 la cantidad de dos mil 626 millones 701 mil pesos menos de lo proyectado.

Similar fue el comportamiento en 2002, año en que captó 242 millones 537 mil pesos por debajo de la meta. En 2003 se aproximó a su pronóstico, pues dejó de obtener únicamente 27 millones 421 mil pesos. Sin embargo, en 2004, el GDF dejó de percibir, o sea de cobrar, mil 865 millones 900 mil pesos.

Mientras el secretario de Finanzas de AMLO, jugaba en el Bellagio de Las Vegas el dinero de los capitalinos, ¿cómo fue la caída de la recaudación en 2004? La Comisión del Distrito Federal de la Cámara de Diputados la desglosó de la siguiente manera:

Caída en impuestos en general: 4.6 por ciento. Caída en ingresos por concepto de impuesto predial: 8.2 por ciento. Caída en impuestos por adquisición de inmuebles: 11.7 por ciento. Caída en ingresos por tenencia de vehículos: 9.9 por ciento. Caída en ingresos por rifas, loterías y sorteos: 13.7 por ciento. Caída en ingresos por cobro de agua: 8.9 por ciento.

¿Y a cuánto ascendieron los ahorros por combate a la corrupción –como ofrece en esta campaña– cuando fue jefe de Gobierno?

Todos lo sabemos: cero.

Después de esta serie de ocho entregas, en la que hemos visto corrupción, inseguridad, protección a criminales, desprecio a la ley, demagogia y deuda, vale la pena cerrar con esta frase que encontré del subcomandante Marcos, dicha antes de la elección de 2006:

“Si López Obrador gana, nos va a partir la madre a todos”.

Ámbito: 
Nacional