No hubo nocaut
Como era previsible, los candidatos presidenciales dirigieron sus baterías al candidato puntero, López Obrador, cuya ventaja en las encuestas muchos consideran irremontable.
Al candidato de Morena le llovió en su milpita. Eludió muchos golpes, pero otros lo tocaron.
Si alguien esperaba un nocaut tendrá que esperar al siguiente debate.
Ayer Andrés Manuel estuvo contra las cuerdas pero salió caminando por su propio pie.
Tampoco quedó claro quién entre Ricardo Anaya y José Antonio Meade puede ser beneficiario de un eventual ejercicio de voto útil, como opción para competir con el tabasqueño.
Desde luego los voceros de todos los candidatos se declararon ganadores, pero eso ya se sabía.
Independientes al alza
Los candidatos independientes aprovecharon su oportunidad.
El Bronco y Margarita Zavala, que no tienen recursos públicos, y casi no tienen spots en radio y televisión, tenían que sacarle jugo al debate. Lo hicieron.
La ex primera dama se dirigió de manera directa a las mujeres en busca de apoyo de género y Jaime Rodríguez hizo su presentación a nivel nacional, a partir de su particular estilo de decir las cosas.
Su gesto de mostrar una bala, fue el único momento emotivo del ejercicio.
Llegaron al debate con niveles mínimos en las encuestas. Será relevante saber si suben sus niveles de conocimiento y apoyo entre los ciudadanos.
Un paso adelante
El debate presidencial cumplió expectativas.
Dio elementos a los ciudadanos para conocer mejor a los candidatos presidenciales que ayer en la noche hicieron lo que pudieron.
El formato fue más ágil que en otras ocasiones, aunque por tramos, confuso.
Los candidatos se pasaron del tiempo en muchas oportunidades y les apagaron los micrófonos a cada rato.
Los conductores cumplieron, aunque por momentos los temas perdieron cauce.
¿El ejercicio tendrá impacto en las encuestas?
Lo sabremos pronto. Lo verdaderamente importante es que los ciudadanos voten mejor informados y que el debate haya contribuido a ello.
Michoacanos dan de qué hablar
Momentos antes del cierre de registros, Morena decidió apuntar al doctor José Mireles como candidato plurinominal al Congreso local.
Mireles fue de los primeros en tomar las armas para formar grupos de autodefensa en Michoacán para combatir al cártel de los Caballeros Templarios, que tenían al gobierno estatal en el bolsillo.
Se metió en infinidad de problemas y estuvo hospitalizado y detenido y ahora será diputado.
Otro michoacano, nada menos que el gobernador del estado, Silvano Aureoles acaparó la atención al decir que apoya la candidatura de José Antonio Meade.
Los de la alianza Por México al Frente pusieron el grito en el cielo. Los del PRD emprendieron un proceso para acusarlo de traición.
Algo que por cierto no hicieron con los perredistas que hoy son parte de Morena.
En fin, señales de que se avecina, en política, un fin de época.