Después del primer debate presidencial del 22 de abril, Andrés Manuel López Obrador afirmó que salió ileso, airoso y libró el encuentro, e incluso aseguró que subió de 48 a más de 50 puntos en la intención del voto al no caer en ataques, por lo que seguirá con esa estrategia en los dos siguientes encuentros.
A pesar de que evitó las confrontaciones, ayer, en mítines en el Estado de México, López Obrador lanzó varios ataques directos al panista Ricardo Anaya y al candidato del PRI, José Antonio Meade, a quienes pidió que pierdan con dignidad las elecciones del 1 de julio, puesto que —bromeó— “ya se les mojó la pólvora”.
Anaya señaló a su vez que no noqueó a López Obrador porque eso lo reservará para la elección del 1 de julio, el día “importante”.
Dijo que el tabasqueño quedó exhibido como un hombre sin explicaciones a sus propuestas “absurdas”, que está lleno de contradicciones y de ideas antiguas.
“Muy pronto va a entender [López Obrador] que nosotros le vamos a ganar de manera contundente la elección”, afirmó.