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VIDA POLÍTICA

EL INFIERNO DE ENRIQUE ALONSO PLASCENCIA, Y LOS RECLAMOS DE UN PUEBLO COMO TLAQUILTENANGO QUE EXIGE VERLO ENCERRADO EN ATLACHOLOAYA….

 

La detención del candidato independiente a diputado federal por el Cuarto Distrito y alcalde con licencia de Tlaquiltenango, Enrique Alonso Plascencia, por sus presuntos nexos con la delincuencia organizada tiene una larga historia.

Habrá que recordar el pasado del nativo del municipio más grande, en extensión territorial, en Chiapas, lugar en donde fue reconocido como un auténtico “pollero”, al cobrar por pasar al país a centroamericanos cuyo destino final son los Estados Unidos de Norteamérica.

Dicen los que lo conocen que no era la única actividad, porque mantenía relaciones con la Mara Salvatrucha, que en Centroamérica es un grupo de personas dedicados a delinquir y para evitar ser apresados cruzan la frontera con México o bien con Belice.

Hay los viejos habitantes de Tlaquiltenango que pueden dar datos sobre Enrique Alonso Plascencia en su juventud, en su infancia y después de regresar de la frontera entre México con Guatemala.

No es, precisamente, Enrique Alonso Plascencia un personaje que provenga de una familia con decoro económico, al contrario provienen de los que llamó –en su momento- Luis Donaldo Colosio de la familia del esfuerzo.

De ahí que a su regreso de Chiapas a muchos de los habitantes de la localidad llamó la atención que haya adquirido un rancho, que durante su campaña electoral como abanderado del Partido de la Revolución Democrática al ayuntamiento haya dado mucho dinero y material de construcción, para sus votantes.

Y por si fuera poco, cuando llegó a la Presidencia Municipal de Tlaquiltenango adquirió una casa más, que ocupó como su oficina personal y dejó las riendas del Cabildo a sus hermanos.

Desde que inició como alcalde, Enrique Alonso Plascencia mantuvo hacia su persona, varias amenazas, intentos de secuestro y hasta de ser asesinado por integrantes de la delincuencia organizada.

De hecho, ningún presidente municipal de la zona recibió, en su momento, ese tipo de amenazas, porque saben que el ex alcalde podría tener relaciones con bandas delincuenciales.

A pesar de su extensa territorialidad, Tlaquiltenango es un municipio con muy baja población, pero en donde todos sus habitantes suelen conocerse, ahí todavía hay el concepto de la familia extendida y por ello también tiene un bajo nivel de inseguridad, porque entre sus habitantes casi todos son del mismo núcleo social o bien compadres.

La sociedad del municipio sabía en los pasos que caminó su hoy presidente municipal con licencia, Enrique Alonso Mendoza, incluso había quienes decían que algún día sería desaparecido, podría ser encontrado muerto y tirado en un paraje de la Sierra, entre otros.

Nada fue casual, porque al iniciar su gobierno municipal Enrique provocó el incremento de secuestros, extorsiones y el cobro de piso hacia los comerciantes, que con ello provocó el asesinato de al menos 30 de éstos y sus familiares.

Todos sabían que cada mes o cada 90 días el edil cambiaba de modelo de camioneta y cuando menos cinco personajes con armas largas atrás de él.

Por ello en Tlaquiltenango para la población no es una sorpresa que hayan detenido a su alcalde con licencia, porque hizo de su pueblo algo parecido a la película de “El Infierno” y muchos de sus habitantes padecieron de los excesos del ex edil.

Y ciertamente, Enrique Alonso Plascencia no era “El Cochiloco”, pero dicen que actuaba como tal, incluso con los integrantes de su propio cuerpo edilicio y hasta algunos de sus colaboradores.

Por ello, la Subprocuraduría Especializada en Investigaciones contra la Delincuencia Organizada (SEIDO) abrió una carpeta de investigación hacia el Tesorero del ayuntamiento de Tlaquiltenango, Andreu Patrón Indalecio, porque también desde ahí pudo darse el lavado de dinero.

Con el caso de Enrique Alonso Plascencia, no puede tampoco dejar de presumirse que hay venganza política, pero su pasado y presente lo delatan. Dicen nuestros viejos, que en en la vida, hay dos cosas que jamás se pueden ocultar, el amor y el dinero. A Enrique Alonso Plascencia lo ha delatado el dinero fácil, por ello, hoy debe pagar por sus fechorias.

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