* LAS FOSAS Y EL SHOW
Demasiado protagonismo del rector universitario Alejandro Vera Jiménez y su cancerbero Indiana Jones. Quizás no fue esa su intención, pero convirtieron la apertura de las fosas de Tetelcingo, por lo menos durante cinco horas, en un show donde no pocos actuaron más con el ánimo de ganar reflectores que con el propósito de encontrar la verdad sobre la identidad de los cuerpos ahí sepultados. Para cumplir el propósito formal de tan importante e histórica diligencia, los involucrados, sobre todo quienes están adscritos a la UAEM y acatan los dictados del belicoso rector, deben entender la naturaleza de las operaciones: es una labor técnica y científica susceptible de ser obstaculizada de manera grave con payasadas y politización. Las víctimas merecen respeto, trato digno y este esfuerzo de identificación, pero no en el marco de un espectáculo mediático, ante lo cual es urgente el compromiso de mesura de los participantes.
Ante medios extranjeros, nacionales y locales Vera Jiménez demostró sus cualidades histriónicas y pretendió proyectar la imagen de que sus deseos son órdenes. Por esa irresponsabilidad estuvo a punto de cancelarse la diligencia. Fuera máscaras: él manda en la UAEM, pero no en todo Morelos. La exhumación, toma de muestras de ADN y “digna” inhumación se llevarán entre siete y 10 días. Al momento de redactar la presente columna (las 17:25 horas) apenas se habían localizado los primeros cuerpos, de 116. Es importante recordar, sin embargo, que la Fiscalía de Morelos y otras instituciones ya definieron 88 muestras genéticas, cuyas interpretaciones fueron enviadas a la División Científica de la Policía Federal, sin existir coincidencias en su base de datos. Esto significa la probabilidad de que ninguno de los cuerpos haya sido reclamado por nadie en ninguna parte del país. La complicada actividad en Tetelcingo podría resultar infructuosa. Deseo lo contrario, pero no descarto tal escenario.
Una constante en las alusiones hechas a la relación policías-sociedad, es la mala imagen persistente entre los primeros -desde hace años- pues con frecuencia se les ubica como parte de los males de los que deben protegerse los ciudadanos. Por ello se está llevando a cabo el curso “Derechos Humanos, seguridad pública y procuración de justicia”, con el cual se busca capacitar a los policías en estos rubros. Ayer comenzó en su etapa regional con la participación de elementos policiacos de Cuernavaca, Jiutepec, Temixco, Emiliano Zapata, Xochitepec, Huitzilac y Tepoztlán. Ahí el presidente de la Comisión de Derechos Humanos, Jorge Arturo Olivares Brito, destacó el beneficio de capacitar a los policías en el respeto a los derechos humanos, en lugar de actuar para sancionarlos cuando esos derechos no se respeten, y aseveró que el organismo no dificulta la labor policial, sino la apoya… con estricto respeto a las garantías y la ley.