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SERPIENTES Y ESCALERAS

 
 

En la teoría la coalición Juntos Haremos Historia tiene todo para ganar las próximas elecciones en Morelos: el partido más aceptado y el candidato más popular; en la teoría. En la práctica esas condiciones han provocado exceso de confianza y despertaron muchas ambiciones políticas.

 

El exceso de confianza es el peor enemigo de un candidato en campaña. Andrés Manuel López Obrador va por su tercera elección y a diferencia de las dos ocasiones anteriores hoy se nota mucho más prudente y cuidadoso en su actuar. El tabasqueño sabe que la ventaja que le conceden las encuestas es alta, pero entiende también que el electorado es impredecible y que en política las cosas cambian de un momento a otro. AMLO ya aprendió, pero otros aún no lo hacen.

La prudencia y el pulcro actuar de López Obrador contrasta con el desaseo que se ve en la coalición Juntos Haremos Historia en Morelos. Desde la definición de la candidatura de Cuauhtémoc Blanco pasando por encima del trabajo de Rabín Salazar, hasta lo visto ayer con el enésimo cambio de candidato en Cuernavaca, lo que veo es que al equipo de campaña del futbolista le urge orden.

A nadie le queda duda que la popularidad del futbolista y la esperanza que despierta Morena son una mezcla muy rentable en campaña; todos saben que Blanco Bravo es un candidato que sobresale del resto de porque fue victimizado por el gobernador y queda claro que el discurso antigraquista sumado a la ola de Morena colocan al ex seleccionado nacional como puntero en las encuestas.

Pero quienes conocen de política y a la gente del estado saben que Morelos es una entidad con un alto nivel de politización, muy bien informada, en donde los ciudadanos no votan en cascada y desde hace años saben (y lo hacen) diferenciar su sufragio.

Morena como marca es una plataforma muy rentable para cualquier político, la esperanza que despierta el Movimiento de Regeneración Nacional y la empatía que ha logrado Andrés Manuel con la gente sirve para que hoy casi cualquier candidato que compita bajo esas siglas tome ventaja de sus adversarios. El punto a analizar es que la marca Morena no funciona en automático y la fama de AMLO, si no se sabe aprovechar, se diluye.

Hace tres años todas las encuestas colocaban a Morena como el enemigo a vencer en Morelos, no había estudio en el que no destacara el Movimiento de Regeneración Nacional y este hecho, en lugar de poner a trabajar al partido y a sus candidatos, lo que provocó fue que se agudizaran las pugnas internas por las ambiciones personales. Al final de la elección Morena no ganó nada: ni un distrito, ni un municipio.

Tres años más tarde la oleada de Morena es todavía más grande que antes, la fuerza de López Obrador parece muy difícil de detener y pocos dudan que el tabasqueño vaya a convertirse en el próximo presidente de México. En Morelos la combinación Morena-Cuau también se antoja muy difícil de superar, pero pareciera que dentro de ese equipo de campaña están pecando de confiados y más preocupados en repartirse el gobierno antes de ganar la elección.

El primer gran error es el distanciamiento que hay entre el candidato Cuauhtémoc Blanco y Rabín Salazar; el segundo no ha podido superar que perdió la candidatura (aunque aceptó con gallardía la decisión) y el primero supone que una elección se gana sólo con popularidad y que no necesita de nadie.

El desorden en el equipo de campaña de la coalición Juntos Haremos Historia en Morelos es evidente, en lugar de estar diseñando una estrategia y trabajando en la estructura necesaria para enfrentar una elección de estado, piensan que la ola nacional los arrastrará y que la gente saldrá a votar por el simple hecho de que hay un futbolista famoso en la boleta.

Lo que no miden los estrategas de ese equipo es que los morelenses saben votar diferenciado desde hace varios años, que en Morelos la votación siempre ha superado la media nacional y que al votante no le espanta tener representantes populares con distintas siglas. Un ejemplo reciente: Morelos es el único estado del país en donde todos (todos) los partidos conservaron el registro.

Hace tres años Cuauhtémoc Blanco se inició en política, llegó como candidato a Cuernavaca aún siendo futbolista profesional y durante el proceso electoral se despidió de las canchas y fue objeto de diversos homenajes dentro y fuera del territorio nacional; es decir, fue candidato en su mejor momento como deportista. Aún así es el alcalde menos votado de la historia.

Tres años más tarde Cuauhtémoc Blanco inicia campaña en un escenario distinto: sigue siendo un ídolo del fútbol, pero su desempeño como autoridad municipal no fue la mejor. Muchos están convencidos de que el gobernador no lo dejó trabajar y por eso no hizo un buen papel como presidente municipal, pero otros tantos lo cuestionan y no lo consideran una buena opción para gobernar el estado.

Es posible que frente al enorme rechazo contra el gobernador, el discurso antigraquista y con la ola de Morena Cuauhtémoc Blanco se convierta en un candidato fenómeno que arrase en las urnas; si son inteligentes y replantean el camino, dejan de lado la soberbia, dejan de pelearse y suman a los diversos liderazgos, la distancia de diez puntos que los separa del segundo lugar puede ampliarse.

Pero si continúa el desorden interno, se siguen dividiendo, toman malas decisiones, plantean mal la campaña y no ofrecen algo más que cárcel a Graco, la ventaja con el segundo lugar puede acortarse y les va a complicar la elección.

Hablémoslo en un lenguaje que entiendan: si no anotan, descuidan la defensa y se meten autogoles, van a perder el partido.

  • posdata

Alguien tendría que explicar a los ciudadanos qué está haciendo la coalición Juntos Haremos Historia con la candidatura de Cuernavaca. Esos partidos fueron los últimos en registrar a su candidato porque algunos militantes de Morena interpusieron un recurso de inconformidad contra la candidatura de Gilberto Alcalá.

Una semana después las tres dirigencias nacionales de los partidos enviaron un documento firmado al IMPEPAC en el que designaban como nuevo candidato de la coalición al dirigente estatal del PES José Luis Gómez Borbolla; varios días pasaron antes de que el ex secretario particular de Rabín Salazar, registrado por Morena para apartar el espacio, aceptara renunciar a la candidatura para que pudiera ser anotado el Choche Borbolla. Ayer por la noche finalmente fue registrado José Luis y menos de 24 horas más tarde su dirigente nacional anunció a través de un video colocado en redes sociales que ya no competiría quien recién habían registrado, porque a petición del candidato Cuauhtémoc Blanco el candidato debía ser Gilberto Alcalá.

Dicen que hoy vendrá a Morelos Hugo Erick Flores a acompañar a José Luis Borbolla a que presente su renuncia a la candidatura y a registrar personalmente al ex árbitro profesional; es el único camino: legalmente un acuerdo político no vale para las instancias electorales, pues para hacer efectiva la designación de Alcalá, primero debe renunciar Borbolla.

Pero más allá de esta desaseada operación política y de las evidentes pugnas dentro del equipo de campaña de la coalición en Morelos hay un elemento más a observar ¿Y los ciudadanos?

¿Cómo le explican estos tres partidos a la gente de Cuernavaca su incapacidad para ponerse de acuerdo y postular a un sólo candidato?

¿De qué manera se puede confiar en un proyecto político que ha demostrado que no tiene la capacidad de acordar, ni tampoco sabe procesar de manera civilizada sus diferencias?

José Luis y Gilberto son gente decente, son personas queridas en la ciudad y exitosas en sus respectivos ámbitos; uno es un empresario que decidió incursionar en política y el otro es un ex árbitro que fue diputado, luego se volvió comentarista y ahora pretende administrar la ciudad.

Personalmente creo que cualquiera de los dos es un buen candidato, pero me parece terrible la forma como los han tratado a ambos. Borbolla empezó hace unos días a preparar su campaña con la confianza de su dirigencia nacional de que sería postulado, pero fue su candidato a la gubernatura quien le cortó la cabeza. Gilberto apenas va a ser postulado y tal vez ni siquiera tiene preparadas las ideas eje de su campaña.

A menos de dos semanas de que arranquen las campañas en Cuernavaca, Morena, el PES y el PT todavía no se ponen de acuerdo entre ellos.

  • nota

El mensaje de la diputada federal Lucía Meza es contundente ¿Dónde está el dinero de la reconstrucción?

La candidata al senado de la república por Morena no es la primera que denuncia el tema, ni la única que observa que algo extraño ocurre en el fideicomiso creado para ayudar a los afectados por el sismo.

Son más de 7 mil millones de pesos lo que esta administración apartó para la reconstrucción de las zonas dañadas y siete meses después de la tragedia los afectados siguen denunciando que el apoyo no llega.

La Sedatu ya relevó al delegado estatal porque el dinero no fluyó de manera oportuna y porque los jojutlenses acusaron a Rodrigo Peña de lucrar con la tragedia; Rosario Robles vino a Morelos, dio la cara a las víctimas y dijo que el gobierno federal ya había entregado todo el dinero comprometido, pero que el gobierno de Morelos NO había entregado un sólo peso.

Los mismos señalamientos que la gente hizo al ex delegado de Sedatu los ha venido haciendo en contra del coordinador estatal de reconstrucción, pero en el caso de Morelos en lugar de que se escuche a los paisanos, se revisen las denuncias y se exija a Sergio Beltrán Toto que de la cara a los afectados, insisten en protegerlo, en rechazar os cuestionamientos y en volver a victimizar a los afectados.

Lo dicho ayer por Lucy Meza es puntual: “Ante la calumnia y los ataques recibidos exigimos a Sergio Beltrán Toto y Alexis Ayala den una explicación pública de porqué cambiaron las reglas de operación del programa Unidos por Morelos, donde pretenden cancelar los apoyos para 18 mil damnificados.

Yo no miento, aquí está la prueba, el decreto publicado el 18 de abril del 2018 (5593) en el periódico oficial Tierra y Libertad... no dudamos que estos recursos que pretenden cancelar sean utilizados para las campañas políticas del PRD”

Antes de Lucy Meza fue Juan Carlos Martínez Terrazas, el dirigente estatal del PAN, quien señaló la falta de claridad en el manejo del dinero “son más de 7 mil millones de pesos que se quieren desviar a las campañas”. Otros actores políticos, sociales y muchísimos ciudadanos han dicho lo mismo, pero nada ha pasado (hasta ahora) porque el señor Beltrán Toto es intocable.

Habrá que ver de que manera pueden explicar en unos meses, más allá de una rueda de prensa, el destino de tanto dinero. Si Beltrán Toto y Alexis Ayala están colocando el dinero de los damnificados en las campañas, será mejor que lo hagan con un candidato que gane, porque en caso contrario la revisión será profunda y las consecuencias pueden ser terribles para los operadores... porque los candidatos no firman.

Insisto: a Graco Ramírez le costó muy cara la polémica por el mal manejo de las despensas a los damnificados. ¿Cuanto le va a costar que se hable del desvío del dinero para la reconstrucción?

  • post it

Según diversas encuestas, como partido, Morena encabeza la preferencia electoral en Cuernavaca. Cuando se le pone nombre, José Luis Borbolla conserva la ventaja sobre Javier Bolaños, quien aparece en el segundo lugar.

Puede ser que Gilberto Alcalá mantenga esa circunstancia, pero en ambos casos es claro que no se gana sólo con encuestas. Si confirman a Gilberto (en esa coalición cualquier cosa puede pasar), el silbante tendrá que armar un equipo de campaña en horas y luego preparar la estrategia para competir en la zona donde Cuauhtémoc Blanco tiene más desgaste social.

Dicen que lo que mal empieza mal acaba; quizá sea lo que ocurra en Morena. Javier Bolaños debe estar feliz por lo que sucede, bebiendo tranquilamente en Don Atilo, mientras que para José Luis Urióstegui esta indefinición le ayuda a fortalecer su discurso ciudadano.

¿Y Víctor Saucedo? Perdido, como su partido.

  • redes sociales

Las dudas matan, dice el refrán popular. Al candidato Cuauhtémoc Blanco le da comezón tener a su lado a figuras que representen a la mafia del poder local, por eso se mantiene lejos de casi todos.

Pero su desconocimiento de la gente lo hace cometer los errores que quiere evitar; no quiere tener cerca a nadie “de aquellos” pero varios “de aquellos” ya se colaron a su equipo o comienzan a acercársele en campaña. Dos ejemplos: Tania Valentina y Diego Gómez.

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