Las campañas para gobernador de Durango entran en la recta final con el candidato del PRI, Esteban Villegas, con el 49% de la intención de voto, 9 puntos delante del candidato PAN-PRD, José Rosas Aispuro, quien cuenta con 40%.
Entre votantes probables, la diferencia se reduce a 7 puntos, con 49% para el priista y el 42% para el candidato de oposición.
Así lo revela una encuesta de El Financiero, realizada en la entidad con entrevistas cara a cara en vivienda del 12 al 15 de mayo a 1,020 electores, con un margen de error de +/- 3.1%.
De confirmarse estas tendencias el 5 de junio, el PRI refrendaría una vez más su control del estado, el cual ningún otro partido ha ganado. En la elección de 2010, la coalición PAN-PRD estuvo cerca de arrebatárselo, con 46% de la votación, quedando apenas dos puntos detrás del PRI, que obtuvo 48%.
A pesar de que la ventaja priista rumbo a las elecciones es solamente de un dígito, la mayoría de los entrevistados (51%) cree que el candidato del PRI será el triunfador de la contienda; el 27% cree que Rosas Aispuro puede ganar.
De acuerdo con el estudio, el apoyo a Villegas y Aispuro está fuertemente marcado por el nivel de escolaridad de los electores: el priista aventaja por casi 20 puntos entre los electores con nivel de escolaridad básica, mientras que el abanderado PAN-PRD saca 21 puntos de ventaja entre los que tienen estudios universitarios o de posgrado. Entre el segmento de escolaridad media hay un empate estadístico.
Por otro lado, Aispuro ha sido capaz de atraer al 55% de los electores apartidistas de la entidad, que representan un 43%. No obstante, Villegas cuenta con un sólido voto priista, que en proporción supera al panismo en razón de 3 a 1: hay un 39% de seguidores tricolores en la entidad, frente a 13% de simpatizantes del blanquiazul.
Según el estudio, el gobernador Jorge Herrera Caldera cuenta con el 69% de aprobación a su labor, confirmando que la opinión pública estatal le reconoce un buen trabajo. La encuesta de abril había registrado 64%.
De acuerdo con el sondeo, la ventaja que da la aprobación al candidato del PRI es de 2 a 1 sobre el candidato opositor: entre quienes aprueban al actual gobernador, 60% piensa votar por el candidato priista, mientras que 30% apoya al principal candidato opositor.