Primera semana de campaña
Concluyó la primera de ocho semanas de campaña por la gubernatura de Morelos; luego del arranque no hay cambios en las posiciones, aunque comenzamos a ver ciertos matices en el discurso de campaña y la actitud de los candidatos.
Cuauhtémoc Blanco Bravo sigue a la cabeza de la carrera y mantiene el mismo tono de discurso. Más suelto al hablar, el futbolista insiste en meter a la cárcel a Graco, le pide a la gente que le den la oportunidad de hacer algo por el estado y en contra de los delincuentes: “primero voy a ir por el gobernador”.
El futbolista se nota más a gusto en la campaña, comienza a lucir como un candidato y la simplicidad de su discurso le permite establecer un contacto rápido con la gente. Al representante de Morena le ayuda su fama como deportista, pero lo catapulta el profundo resentimiento de la gente en contra del gobernador. Mientras los votantes sigan aplaudiendo la promesa de ir tras el gobernador, Cuauhtémoc no necesita ninguna otra propuesta de campaña para ganar la elección. Gobernar es otra historia.
Víctor Caballero viene atrás del primer lugar, acorta distancia, pero no hay claridad de que lo pueda alcanzar en el tiempo que le resta a la contienda. Caballero es un hombre bueno, poco conocido, pero apreciado por quienes le estrechan la mano. Su discurso ha sido sumamente rosa, basado en la idea de que la gente quiere escuchar propuestas y no conflictos.
Al candidato del PAN le respalda un equipo de especialistas de campaña que con base en la teoría le dicen lo que debe decir y cómo lo debe de decir. El problema es que esos consultores no son de Morelos ni han vivido el infierno en que se ha convertido el estado en los últimos cinco años. El discurso de Caballero todavía no prende y su figura no despierta simpatías por la tibieza de sus mensajes y porque no se anima a decir lo que la gente quiere escuchar. Las propuestas de Víctor para sacar adelante al estado son buenas, pero para aplicarlas primero tiene que ganar la elección.
Rodrigo Gayosso saca fuerzas de flaqueza y mantiene un ritmo alto de campaña; el abanderado del PRD tiene una buena planeación de campaña y un discurso estructurado con propuestas concretas para cada área, echa mano del mercadeo para vender su figura y se apoya en diferentes medios para tratar de generar percepción de triunfo.
El Gayo ya mimetizó su discurso con el del gobernador Graco Ramírez, resalta los logros de este gobierno, presume los avances que ha tenido el estado en los últimos cinco años y hasta repite las frases de la campaña perredista del 2012. La fuerza de Gayosso es su estructura y pareciera que eso tiene convencido al candidato de que ganará la elección, de ahí que ahora se le note más seguro, un tanto arrogante, como si fuera el puntero de la contienda. Con el mal humor social que hay, no me parece la mejor idea presumir al gobierno en una campaña.
En esta primera semana hemos visto poco aún de los candidatos, las campañas no prenden y sus figuras parecen estar lejos de lo que la gente espera de ellos. En términos de popularidad el candidato más atractivo es Cuauhtémoc Blanco, las propuestas más interesantes de campaña las tiene Rodrigo Gayosso y la identidad y buena imagen están del lado de Víctor Caballero.
Uno de los tres ganará la próxima elección, pero en las siete semanas que nos separan de la jornada electoral aún pueden suceder muchas cosas.
En el cuarto de guerra de Cuauhtémoc priva el desorden y la división, hay dos grupos muy bien definidos que ven la contienda de manera distinta y eso se refleja en la operación de campaña; unos sienten que ya ganaron y que sólo resta esperar, otros piensan que faltan muchas cosas por hacer y meten presión. Al candidato lo mantienen aislado de los problemas y por ese motivo no se da cuenta de lo que pasa a su alrededor.
La fama de Cuau y la simpatía por Morena es lo único que tiene ese equipo; no tienen estructura (Eliacin Salgado es un operador electoral falso), su manejo informativo es deficiente, el discurso se centra en un sólo punto, su área logística no hace bien el trabajo y están muy lejos de tener la estructura necesaria para promover y defender el voto. Los cerebros del equipo están convencidos que los arrastrará la ola obradorista y creen que la elección se gana con aplausos.
Del lado de Víctor Caballero las cosas caminan con más orden, pero también existe mucha simulación. Han contratado a tantos consultores y expertos en todas las áreas que al candidato, alguien que conoce bien el estado, lo están convirtiendo en un muñeco de ventrílocuo que sólo dice lo que sus asesores le ordenan.
Por eso ahora además de ser tibio, Caballero luce sintético; el médico no despierta emociones, no provoca empatía, ni consigue mostrarse como la opción más viable para quienes buscan un cambio positivo en el estado. Tanta asesoría en el cuarto de guerra azul ha terminado por alejar al médico de su esencia y de lo que sabe; Morelos es un estado lastimado y ofendido, la gente quiere soluciones, pero también exige justicia. Un candidato que parece proteger los intereses de sus patrocinadores no es lo que esperan los ciudadanos.
Rodrigo Gayosso es el hombre orquesta de su campaña; él genera las ideas, elabora los discursos, define la estrategia, genera los acuerdos, arma las giras y hasta diseña la publicidad. El empuje del candidato es enorme, pero el desgaste que esto trae consigo también lo es.
La meta obvia del candidato perredista es ganar la elección o al menos quedar en segundo lugar; en cualquier escenario el cálculo contempla obtener un buen número de diputados locales y refrendar el triunfo en la mayoría de las presidencias municipales. Si no gana la elección y no obtiene una buena presencia en la cámara, el perredista tendrá un complicado futuro político personal.
En una campaña de dos meses, cada día es clave. El discurso, las propuestas, el manejo de imagen y la estructura, son algunos de los ingredientes necesarios para ganar la elección.
Entendamos algo: con una sociedad tan politizada y un ambiente social tan polarizado, los sentimientos del electorado son fundamentales a la hora de emitir un voto.
- posdata
Luego de muchos meses y decenas de millones de pesos invertidos el gobernador de Morelos inauguró el Museo de Arte Sacro en la Catedral de Cuernavaca. A la ceremonia de apertura acudieron secretarios del gobierno local y algunos funcionarios federales, pero ningún representante de la iglesia católica.
El distanciamiento entre el jefe del ejecutivo y el obispo de Cuernavaca es absoluto y ni la intervención de algunos líderes políticos y empresarios ha logrado restablecer el trato entre ambos, a pesar de la reciente insistencia de Graco Ramírez.
A propósito de la apertura del museo y la relación entre la iglesia y este gobierno, retomo las reflexiones que me envía un importante miembro de la grey católica:
“Ironías de la vida: Un gobernador ateo inaugura un museo religioso. Su familia destruyendo templos y un descendiente de los Garrido de Tabasco destruye la fe y las personas de Morelos... pero por otro lado inaugura un museo. Uno arrastró la imagen de la Virgen María en San José El Calvario y este piensa que posar junto a la imagen de la virgen en el museo le atraerá votos.
En esta coyuntura electoral piensa que el pueblo es tonto y que con tomarse una foto al lado de San Francisco le va a ir bien; quizá esperaba que la iglesia se pusiera de tapete para recibirlo, pero no. Está tan solo que apenas acuden a su convocatoria los que no les queda de otra.
La iglesia ha resistido sus embates y sabe que se trata de un gobierno agónico. ¿Qué pensaría o qué sentiría al entrar a un lugar en donde no lo quieren? ¿Será cinismo o es lo que todo buen político debe hacer por la supervivencia?
Hay ausencias que dicen mucho más que las palabras”.
- nota
Manolo Agüero ha demostrado que es un político que como aquel personaje de Chespirito, La Chimoltrufia, como dice una cosa dice otra. Hace poco más de tres años siendo diputado local votó en contra de la reelección de alcaldes y desde la tribuna expresó su desagrado por la reforma que lo permitiría. Enfundado en un traje XL de honestidad, el robusto legislador de rebelde cabellera pidió que se asentara en actas su rechazo a la reelección. “Yo Manuel Agüero Tovar estoy totalmente en contra de la reelección”. Hoy quiere ser reelecto como presidente municipal de Jiutepec.
Hace tres años, en campaña, este mismo personaje criticaba a los gobiernos pasados, en particular al de Miguel Ángel Rabadán, a quien acusaba de haber desviado al menos 200 millones de pesos del ayuntamiento. La semana pasada en un acto público el candidato del PRD presentó a Miguel Ángel Rabadán como nuevo integrante de su equipo de campaña.
El lema de la administración de Manuel Agüero en Jiutepec fue Gobierno Amigo. A la vuelta del tiempo y tomando como base lo que hizo al frente del gobierno la gente de ese municipio tiene claro que Manolo es amigo, pero de lo ajeno.
Estos son los números en Jiutepec:
Deuda Pública de Jiutepec: 212 millones 887 mil 99 pesos.
200 millones contratados el seis de octubre del 2010 por Miguel Ángel Rabadán Calderón con Banca Múltiple BBVA para Inversión Pública Productiva; el crédito se terminará de pagar en el 2025.
12 millones 887 mil pesos contratados el cuatro de agosto del 2016 por José Manuel Agüero Tovar con Banobras para Inversión Pública Productiva; el crédito se terminará de pagar en el 2018.
Saldo al 31 de diciembre del 2017: 143 millones 105 mil 364 pesos
- 138 millones 445 mil 932 pesos a Banca Múltiple
- 4 millones 689 mil 432 pesos a la Banca de Desarrollo
Después de Cuernavaca y Cuautla, Jiutepec es el tercer municipio más endeudado de Morelos, de acuerdo a datos del Registro Público Único de Financiamiento y Obligaciones de Entidades Federativas y Municipios de la Secretaría de Hacienda.
¿Quieren que siga la corrupción? ¡Voten por Manolo Agüero!
- post it
Ahora dicen que el candidato de la coalición Juntos Haremos Historia en Cuernavaca será Raúl Iragorri. El dato es extraoficial, surge del interior del equipo de campaña de Cuauhtémoc Blanco, pero el propio empresario lo ha confirmado al señalar en un video que “Está listo”.
Hasta hoy está registrado José Luis Borbolla, aunque después de aquel sorpresivo video de Hugo Erick Flores anunciando la llegada de Gilberto Alcalá nadie ha sabido nada del también presidente del PES en Morelos.
Legalmente el candidato es Borbolla, porque no ha renunciado, aunque políticamente el abanderado es Alcalá y por rumores sería iragorri. Lo que sucede en esa coalición es una tragicomedia, es una historia de errores que echa por tierra las posibilidades de triunfo de esa alianza en la capital del estado.
Frente a este cochinero hay quienes se benefician: Javier Bolaños del PAN, José Luis Urióstegui como Independiente y Víctor Saucedo del PRI. Si Morena y PES no logran pronto un acuerdo, la alcaldía quedará en uno de esos tres partidos.
Lamentable: lo que no han logrado los enemigos de la coalición lo está logrando las ambiciones internas.
- redes sociales
Por las locuras de la consejera presidenta y la falta de pericia de los otros consejeros, el IMPEPAC ha dejado de ser garante de una elección transparente en Morelos.
Isabel León insiste en pedir dinero, dice que es inhumano no apoyar al organismo, pero al interior se habla de sus excesos, de sus gastos y del maltrato al que tiene sometido al personal.
El INE ya metió la mano en el órgano electoral morelense, aunque eso no garantiza que las cosas saldrán bien. Pasada la elección es importante que se revise la actuación del IMPEPAC y el desempeño de sus integrantes. El costo social y económico que representa ese organismo es muy alto si se compara con sus resultados.
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