Los datos de OBG revelan un clima de negocios muy favorable, mismo que lo seguiría siendo hasta el año que viene.
Por ejemplo, 88 por ciento de los CEO tiene expectativas positivas o muy positivas y fueron más optimistas que a fines de 2017, 73 por ciento tiene intención alta o muy alta de invertir en los próximos 12 meses.
Un punto interesante de la encuesta fue el cambio en la percepción sobre Andrés Manuel López Obrador. Una pregunta sumada a las encuestas 2018 fue: ¿Cuál cree que sería el impacto más significativo de una posible Presidencia encabezada por este candidato? “El cambio en solo tres meses, al ver el avance en las encuestas, fue llamativo: pasaron de decir a inicio de 2018 que él representaba un riesgo catastrófico a decir ahora que lo ven como un líder pragmático y que en su gestión al frente de CdMx no le fue tan mal”, me explica Harry van Schaick, editorial manager de OBG.
¿Qué les preocupa? Entre las respuestas más representativas (positivas o negativas) están que haya políticas económicas nacionales anti empresariales (24.32 por ciento); modificaciones de las reformas estructurales, sobre todo la energética (20.27); políticas comerciales proteccionistas (14.19); aumento del gasto del sector público (12.16); una mala gestión fiscal (6.08); una postura más dura contra la corrupción y la violencia (6.08), y caída en la desigualdad económica (4.05).
¿Quiénes fueron los encuestados? CEO de empresas privadas (98 por ciento), de multinacionales (52), locales (34) y regionales (14 por ciento).
“A pesar de que muchos ejecutivos hablan de una tormenta perfecta —entre elecciones y renegociación del TLC— saben que los fundamentales de la economía son positivos, con una inflación baja, un crecimiento estable y exportaciones record a EU. Hay incertidumbre pero son optimistas”, agrega Van Schaick, quien personalmente entrevistó a muchos CEO. “El año pasado algunos me decían que México podría convertirse en Venezuela. Ahora no, porque no hay un país más abierto al mundo que éste (con todos sus tratados) y eso es difícil de modificar”, agrega.
Y un dato aún más poderoso aún: en los cruces de la encuesta quienes son más optimistas son los CEO mexicanos, que osan decir (solo puertas adentro de sus despachos) que “vale la pena intentar un nuevo camino”.
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