EL ABUSO DEL PODER EN MORELOS…
El estar al frente de un espacio público o de representación popular en cualquier región del mundo y del país, tiene una gran responsabilidad, porque se puede ser grande o bien por un “simple” error de humanos caer en el desprestigio histórico.
En la historia de México y de Morelos, hay grandes personajes que lograron muchos avances para el país y en un acto de soberbia y prepotencia perdieron todo, entre éstos podemos mencionar a Agustín de Iturbide quien fue clave para que España reconociera la autonomía de nuestra nación.
Sin embargo, Agustín de Iturbide entre la soberbia y el pretender volverse soberano cayó en la gracia de varios caudillos y libertadores de México, tanto que dejó de reconocerse como héroe y ser un traidor.
Otro personaje con grandes apasionamientos y ser el verdadero ganador de la batalla del 5 de Mayo es Porfirio Díaz, porque fue quien organizó a los pueblos indígenas para defender la nación y pelear hasta vencer al entonces mejor Ejército del Mundo: el francés de Napoleón III.
Díaz también mantenía relaciones cordiales con el Libertador de América, Simón Bolívar, con quien pretendió consumar su dicho de hacer de México hasta Argentina una sola nación.
Porfirio Díaz acuñó contra Benito Juárez la frase: “No reelección” y tras la muerte del creador de las Leyes de Reforma fue electo Presidente, en aquellos tiempos por cuatro años, y el oaxaqueño estuvo por 30 años en el poder nacional.
La soberbia y el poder perdió a éstos grandes personajes de su realidad, de saber que no son eternos ni dioses, de que nadie tiene la capacidad de construir un Olimpo como también en su momento otro personaje al nivel internacional intentó hacerlo: Adolfo Hitler.
La vida es una gran justiciera de volver a los hombres a su realidad, lo decía Aristóteles y Platón que ningún hombre puede ser más grande que el otro, en aquellos tiempos las mujeres no eran consideradas ni como humanas.
Pero hoy estamos en el siglo XXI, en donde hay redes sociales, ingeniería, pragmatismo, pérdida de la filosofía y de la civilidad entre seres humanos, para convertirnos en simples generadores de conceptos.
Hoy condenamos y hacemos leña del árbol que cae sin distinción, calificamos al otro con conceptos y descalificativos sin hacer un examen de conciencia, la vanidad está sobre todos y más en las redes sociales.
Un ejemplo reciente es el error cometido por el ex dirigente del Partido Revolucionario Institucional, Alberto Martínez González, quien por un exceso de soberbia y autoritarismo dejó de ser autoridad moral, persona con ética y hasta culminó con su carrera personal.
Sin embargo, ¿quién está exento de ese tipo de errores y más aún cuando en su vida pensó ganar más de 100 mil pesos mensuales, pero que recibió más allá de esas cantidades cambió su vida y pensó que por ello es más que sus semejantes?.
Así les pasa hoy a quienes tienen un cargo público y en su pequeño coto de poder creen que pueden dominar al personaje con menos oportunidades, o asalariado y hasta llegan a insultarlo.
Alberto Martínez González es un ejemplo de lo que pasa aun y cuando se tiene “fuero”, en ese mismo margen de vida están la mayoría de sus compañeros de Legislatura local y a veces no por excederse en una copa.
Hay varios diputados, están en campaña y quienes a pesar de que continúan en el cargo, continúan con la comisión de errores e ilegalidades pero su vanidad y soberbia no les deja ver más allá.
Ahí está un ejemplo más: el del diputado que inició como del Movimiento de Regeneración Nacional y pasó a las filas del Movimiento Ciudadano Manuel Nava Amores, que es muy amoroso con las que tienen entre 20 a 25 años de edad.
No es el único, hay otros que hasta dan el Registro Federal de Causantes, para que sus felonías sean pagadas con recursos del Poder Legislativo, tanto que hasta aumentan lo que realmente pagaron en un 200 o 300 por ciento.
Decía Don Luis Spota: El poder vuelve soberbios a los inteligentes y locos a los ignorantes, es real y hay diputados como los hermanos Julio César y Roberto Carlos Yáñez Moreno que han utilizado la curul para muchos asuntos, que hoy los tienen envueltos en un escándalo que la Subprocuraduría de Investigaciones Especializadas contra la Delincuencia Organizada (SIEDO) los vigila y podría dar con muchos errores cometidos por la dupla.