Si bien es cierto que desde el gobierno estatal, Graco Ramírez y su pareja Elena Cepeda, hacen hasta lo imposible para intentar heredarle el trono a su hijo y cómplice Rodrigo Gayosso Cepeda, la lucha del autodenominado “Gayo” parece ser a estas alturas totalmente estéril.
Y es que el abanderado de PES-Morena-PT, Cuauhtémoc Blanco Bravo sigue punteando las encuestas y su principal discurso sigue siendo ir contra los corruptos que aún despachan en el Poder Ejecutivo del estado.
Si lo anterior llegara a suceder, no por ajuste de cuentas o revanchismo, sino por justicia social, se deberá profundizar en una investigación a fin de deslindar responsabilidades acerca del presunto aunque evidente enriquecimiento ilícito de los tres arriba mencionados.
A nivel de percepción, se insiste en torno a que con dinero público, Graco, Elena y Gayosso han adquirido bienes por el equivalente a miles de millones de pesos, algunos cientos, en el propio estado, aunque las mayores sumas e inversiones estarían en el extranjero. Aquí se mencionan adquisiciones con el uso de prestanombres.
Por ejemplo, prolifera la versión sobre la compra de cerca de cinco mil metros cuadrados con residencia incluida, de la que fuera propiedad de la señora Purita Prieto, quien fuera una de las principales concesionarias de la Coca-Cola, por parte de Elena Cepeda, vía Antonio Erazo, por algo así como 140 millones de pesos. Erazo es uno de los constructores más favorecidos por Rodrigo Gayosso en esta etapa de saqueo que se vive en Morelos.
De Graco se habla de cuantiosas inversiones en el ramo inmobiliario, en Puebla. El hijastro, metido en el lavado de dinero mediante aplicación de moches en contratos de obras públicas y ahora resulta que igualmente sería el propietario de la empresa responsable de los comedores de escuelas de tiempo completo mediante la venta de los paquetes alimenticios.
Lo antes señalado son minucias frente al alcance de todos los negocios y hasta trasferencia de depósitos bancarios en el extranjero y compra de bienes en el continente europeo. Es decir, una cuantiosa fortuna a partir del robo del dinero del pueblo, por eso quieren prolongar el mandato con el hijo, para evitar la cárcel y mantenerse en la impunidad.