Aumento de solicitudes, ante escasez de alimentos y situación política que prevalece en ese país; rechaza el gobierno mexicano que exista una alerta por esto
Tras la crisis humanitaria en Venezuela, las solicitudes de refugio a México por ciudadanos del país sudamericano creció en un mil 19 por ciento en sólo un año, al pasar de 361 casos contabilizados en 2016 a cuatro mil 42 peticiones el año pasado, según datos de la Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados (Comar) de la Secretaría de Gobernación (Segob).
Expertos de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) y de la UNAM coinciden en que el aumento de solicitudes de refugio a México se debe principalmente a la escasez de alimentos en Venezuela, así como la situación política negativa que prevalece en aquel país.
El dato:
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La figura de refugio se establece en función de las circunstancias de las personas, como motivos de raza, religión, nacionalidad, género u opinión política.
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2 mil 734 venezolanos fueron rechazados al entrar vía aérea.
En sólo 12 meses, Venezuela escaló del cuarto al segundo lugar en el número de peticiones para refugio, rebasando a países como El Salvador o Guatemala, que contaban con tres mil 132 y 76 solicitudes más en 2016, respectivamente.
Édgar Corzo Sosa, quinto visitador de la CNDH, afirmó que la figura de refugiado les permite quienes la solicitan trabajar, ser libres, y demás derechos que cualquier ciudadano mexicano posee, pero también tiene ciertas prohibiciones.
“Tienen limitaciones políticas, el derecho a reunirse con fines políticos, el derecho a votar, pero en general tiene los derechos que cualquier mexicano. Los apoyos a este tipo de personas son más bien por parte de los albergues, que son los que aceptan su estancia por primera vez, pero la condición de refugiado puede ser permanente y después de integrarse a la sociedad como naturalizado, pero con otras condiciones”, dijo a La Razón.
La profesora Martha Elena Garibay Ochoa, especialista en migración internacional de la UNAM, aseguró que el aumento de solicitudes de refugio a México se debe principalmente a la escasez de alimentos en Venezuela, así como la situación política prevaleciente en ese país.
La académica señaló que, de no pararse el flujo migratorio en la nación sudamericana, éste puede aumentar y trasladarse hasta la frontera norte, donde tendría otras consecuencias negativas para nuestra nación, por lo que planteó que se genere una alerta por esta situación.
“Es un requerimiento que el Gobierno mexicano puede llegar a tener como de seguridad nacional, porque también necesitamos un mecanismo para identificar a los migrantes y el objetivo de su petición de refugio. Si el número se mantiene a la alza se debe emitir una alerta”, explicó.
Sin embargo, la Unidad de Política Migratoria de la Segob expresó a La Razón: “No se tiene conocimiento de que exista algún tipo de alertamiento para la entrada de venezolanos. No existen focos rojos. Las circunstancias actuales que enfrentan los venezolanos y el importante incremento en el arribo, en las de regularización, en las de refugio y de protección complementaria, ameritan que todas las autoridades involucradas en la atención de esta población apliquen los preceptos legales y reconocimiento de derechos que establecen las leyes mexicanas para todas las personas extranjeras”.
De enero a marzo de 2018 se han documentado mil 501 casos de venezolanos que solicitaron residencia temporal por primera vez y 424 han obtenido la residencia permanente por reconocimiento de refugio, de los cuáles, 13 ya residían en México.
“Tuve que huir cuando tenía 16 años”
Dionisio Sarabia llegó solo a México en 2017, cuando apenas tenía 16 años de edad, dejando atrás a su madre y una hermana. Él, como muchos otros venezolanos, busca huir de un régimen represor que tiene sumido a su país en una profunda crisis económica y política, además de encontrar mejores oportunidades de vida.
“Participé en las marchas antimaduristas el año pasado, vi cómo a mis amigos se los llevaban presos agentes del Sebin (policía política de Venezuela), y cómo eran reprimidos por las fuerzas de seguridad. En algún momento llegué a pensar: ‘ese podría ser yo’”.
Aunque otra de sus hermana tiene residencia en México, la única opción para conseguir una estancia legal era pedir refugio por razones humanitarias.
“Estuve más de seis meses yendo a Comar a firmar, como en un régimen de presentación, todas las semanas. Ya está por salirme mi residencia permanente. Ahora sí voy a poder inscribirme en la escuela y buscar un trabajo para ayudar a mi mamá y mi hermana que se quedaron en Venezuela”, asegura Sarabia.