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OBSERVADOR POLÍTICO

 

Durante la administración del panista Marco Adame Castillo, muchos de los que vivimos en Morelos, anhelábamos la conclusión de su sexenio con la finalidad de que la nueva administración fuera mejor. No pasaron muchos meses para darnos cuenta de que se le extrañaba por la forma en cómo inició la gestión de Graco Ramírez. Hoy, a días de la conclusión de su sexenio, el perredista en una reunión con medios de comunicación, prácticamente pronosticó que “los periodistas morelenses lo van a extrañar”. Tan mal nos irá. La pregunta es: ¿Será posible un vaticinio de esa naturaleza con todo lo que se ha vivido en la entidad?

UN GOBIERNO DESTROZADO.- Los morelenses durante los últimos seis años hemos visto la forma de hacer política de la presente administración, como primer punto, ante un Estado débil, la prioridad fue dedicarse a salir de shopping al Congreso y comprar el mayor número de diputados de las diferentes fracciones parlamentarias al precio que fuera –con dinero público-, para tener el control del legislativo y tener accesibilidad en todas sus iniciativas. Eso se dio en la pasada legislatura y se replicó con mayor fuerza en esta que está por concluir. La corrupción se registró en el actual Congreso local donde los diputados fueron todo, menos honestos, virtud que quedó en el olvido porque dejaron por dinero decir la verdad, ya no fueron ser coherentes, rectos, íntegros, mucho menos decentes, recatados, razonables ni justos. La honestidad, la cual presumen la mayoría de los legisladores de la actual legislatura quedó tirada en el cesto de la basura, no les importaron sus representados no, aquellos por lo que ahora la mayoría están regresando a las calles a volver a pedir el voto para seguir robando, engañando al pueblo y continuar con su vida de lujos y viviendo como reyes a costa del dinero de la sociedad.

Los legisladores en su mayoría, hombres y mujeres para el caso dan lo mismo, incurrieron en actos deleznables, porque se convirtieron en sujetos despreciables que jamás tuvieron consideración de sus representados. Un ejemplo de ello, fue el saqueo multimillonario en el que todos los diputados, sin excepción están inmiscuidos. Desde Francisco Moreno Merino, Javier Estrada González, Hortencia Figueroa Peralta, Norma Alicia Popoca Sotelo, Víctor Caballero Solano, Edwin Brito, Mario Chávez Ortega, y en general toda la banda de legisladores que poco les importó llevarse el dinero que despedir a cientos de empleados a quienes les violentaron sus derechos laborales y humanos, al correrlos de la peor manera. Engañaros con volverlos a contratar en situaciones de ventaja y a otros amenazándolos para que firmarán su renuncia sin entregarles lo que por derecho y por ley les correspondía. Hoy, estos cínicos diputados, están en diferentes formas engañando a la gente, diciéndoles que son honestos, pulcros, decentes y que confíen en ellos para que les den su voto y seguir “representándolos” en los diferentes cargos de elección popular.

Estos diputados fueron los que contribuyeron a que hoy Morelos esté endeudado por más de 10 mil millones de pesos sin saber en dónde, cómo ni porqué se gastaron toda esa fortuna. Sin obras importantes y con un estado cada vez más pobre y con una mayor carencia que raya en lo absurdo y en la denigración total.

GRACO, SATISFECHO DE SU LABOR.- Mientras que para la sociedad el estado tuvo un retroceso económico, político y social de al menos 15 años, para el titular del poder Ejecutivo, Graco Ramírez, las cosas son diferentes y por tanto, se tuvieron logros importantes. Y como ejemplo, señala que la gran obra cultural hoy en día ha colocado a Morelos entre las tres entidades con esta infraestructura. Un ejemplo de ello, el museo Juan Soriano. Incluso, asegura Ramírez Garrido Abreu que Morelos compite con el Museo Júmex de la Ciudad de México; y el Museo de Arte Contemporáneo, de Monterrey, Nuevo León.  Jura y perjura que es el Juan Soriano es un museo que no rebasa las magnitudes de las inversiones y que se hizo en un momento, en el que los ciudadanos, atestiguaron del gran esfuerzo que se hizo para concluirlo. Lo mismo sucedió, para el ejecutivo, con el Centro Cultural Teopanzolco.

DIFRENCIAS CON LOS MEDIOS DE COMUNICACIÓN.- Graco Ramírez reconoce que su responsabilidad termina el 30 de septiembre al frente del Poder Ejecutivo, y pese a los intentos por derrocarlo se mantuvo hasta el final de su mandato. Y pese a que para muchos empresarios y sectores de la población el estado tuvo un severo retroceso, afirmó el mandatario que “hice todo lo posible por mejorar las inversiones y condiciones económicas del estado”. Entre la melancolía y la nostalgia de quien ya se va, recuerda algo el broche que le colocaron a su gobierno con las despensas que fueron hurtadas y que, fue aprovechado, insistió, en que fueron campañas falsas con la finalidad de lograr una confrontación política.

Quizá el talón de Aquiles haya sido la comunicación en su gobierno, puesto que reconoció el gobernador Graco Ramírez, que no tuvo las condiciones para propiciar un acercamiento con los medios de comunicación. Y ante los cuestionamientos, las interrogantes y el rechazo social contra el jefe policiaco, Alberto Capella Ibarra, el titular del Ejecutivo, afirmó que el hombre de sus confianzas en el tema de la prevención del delito, no estará vinculado a proceso como muchos vaticinan.

Este fue, uno de los escasos, escasísimos encuentros que tuvo en su sexenio, pero la reunión se dio, a días de que deje de ser gobernador con un reducido grupo de representantes de medios de comunicación, con quienes se sinceró, en parte, de los errores así como de lo que faltó por hacer durante su gobierno. Al final, pese a todo lo vivido, asegura, que los periodistas lo extrañarán. ¿Será?

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