Ryan anuncia que la Cámara de los Representantes votará hoy dos propuestas migratorias republicanas; una legaliza soñadores y la otra no. Ambas financian la construcción de la valla fronteriza
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, firmó ayer una orden ejecutiva para detener la separación de los niños inmigrantes de sus padres cuando estos son detenidos en la frontera, luego de soportar días de durísimas críticas vertidas desde todos los sectores de la sociedad estadunidense.
“No me gustaba ver las familias separadas ni los sentimientos que me provoca”, admitió tras ser tachado de inhumano y cruel hasta por su propia esposa, la primera dama Melanie Trump.
A partir de ahora, los hijos podrán quedarse con sus padres en centros de detención de inmigrantes, “por tiempo indefinido”, como dejó escrito la orden de Trump. Sin embargo, activistas plantean presentar demandas legales porque contraviene un acuerdo al que el gobierno federal se comprometió en 1997 y que prohíbe que los menores detenidos en la frontera pasen más de 20 días privados de su libertad.
Votación crucial. El escándalo desatado por las imágenes de niños indocumentados llorando en sus jaulas y llamando a sus papás ha generado mucha urgencia por resolver entre los congresistas estadunidenses, ya que temen ser castigados en las elecciones legislativas de noviembre.
Poco después de que Trump diese marcha atrás, el presidente de la Cámara de Representantes, Paul Ryan, anunció que hoy votará la cámara baja sobre dos proyectos legislativos: uno más moderado que ofrece 25 mil millones de dólares para el muro a cambio del acceso a la ciudadanía para los “soñadores”.
El segundo proyecto, más duro e impulsado por el republicano Bob Goodlatte, niega la ciudadanía a los “soñadores” e incluye algunas polémicas propuestas, como el uso obligatorio por parte de las empresas de un programa informático para verificar el estatus migratorio de sus empleados.
Ryan se ha pronunciado a favor del proyecto de ley más moderado, puesto que tiene más posibilidades de reunir los 218 votos necesarios para que se apruebe en la Cámara de Representantes, donde los republicanos tienen la mayoría con 235 escaños.
Sin embargo, Trump no se ha posicionado claramente a favor de ninguna de las dos propuestas legislativas, por lo que aún no se ha logrado un consenso entre el ala más moderada del Partido Republicano y su flanco más conservador, que suelen unirse en torno a la figura del presidente.
Rebelión de las aerolíneas. Dos de las principales aerolíneas estadunidenses, United y American Airlines, anunciaron ayer que no transportarán a menores indocumentados que hayan sido separados de sus familias con motivo de la llamada política de “tolerancia cero” de la Casa Blanca.
La decisión de ambas compañías, que podrían haber sido empleadas por las autoridades para trasladar a menores desde los pasos de entrada a Estados Unidos hasta alguno de los más de cien centros de acogida repartidos por el país, supone un nuevo revés para Trump.
“Nosotros unimos a las personas, no las separamos”, dice American en un comunicado, en el que asegura, que no tiene conocimiento de que sus aviones hayan sido empleados para trasladar a menores indocumentados y señala: “Estaríamos profundamente decepcionados en caso de que haya sido así”.
El boicot antiTrump se consumó con el anuncio de siete gobernadores demócratas, los de Connecticut, Delaware, Carolina del Norte, Pensilvania, Nueva York, Virginia y Rhode Island; y dos republicanos, Massachusetts y Maryland, de que cancelan sus aportes a la militarización de la frontera con México con la Guardia Nacional ordenada por Trump, por la política de separar familias detenidas.