CIUDAD DE MÉXICO.
Luego de que en 2017 la tasa de homicidios en México alcanzó niveles máximos históricos con 24 muertes por cada 100 mil habitantes, las políticas públicas referentes a la paz y la seguridad desempeñarán un papel central en la determinación de los resultados de las elecciones, plantea el Índice de Paz México 2018 (IPM) elaborado por el Institute for Economics and Peace (IEP).
De acuerdo con el reporte construir y fortalecer la confianza frente a la población e implementar una política de seguridad eficaz será clave para el ganador.
Entre los hallazgos del índice destacan que el año pasado hubo más de 29 mil asesinatos, que 69% de todos los homicidios se cometieron con armas de fuego y que la tasa de delitos con violencia subió 15.2% en comparación con 2016.
En total, en 2017 sólo siete de los 32 estados mejoraron su nivel de paz, en tanto que en 25 estados dicho nivel se deterioró.
Yucatán se ubicó como el estado más pacífico de México, seguido por Tlaxcala, Campeche, Coahuila y Chiapas.
Mientras que Baja California Sur se clasificó como el estado menos pacífico de nuestro país, seguido por Guerrero, Baja California, Colima y Zacatecas.
El informe concluye que no sólo creció la violencia a manos de los grupos de la delincuencia organizada, sino también la delincuencia común y la violencia interpersonal.
Los liderazgos dentro de los cárteles han sido quebrantados al neutralizar a 107 de los 122 líderes más influyentes para mediados de 2017. Esto provocó la fractura de los cárteles, lo cual aumentó la competencia entre ellos.
En este contexto, puede suponerse que muchos de sus miembros han recurrido a la actividad criminal común a medida que el riesgo de pertenecer a un cártel aumenta; esto contribuye al crecimiento de la delincuencia común”, explica.
Respecto al impacto económico de la violencia en México detalla que ascendió a 4.72 billones de pesos, lo que representa el 21% del PIB del país.