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OBSERVADOR POLÍTICO

 

 

 

Para los militantes priistas, el PRI literalmente en Morelos está muerto. El otrora partido político de las masas, de los magnos eventos, del instituto que gobernó a México por más de siete décadas el pasado primero de julio quedó destruido tanto a nivel nacional como en lo local, ya que aquí apenas alcanzó una votación que apenas supera los 42 mil de un total de poco más de 700 mil sufragios que se registró para gobernador. Un pésimo candidato en la figura de Jorge Meade –El malo- Ocaranza, la división que provocó entre los candidatos y el rechazo entre la militancia, y los auto robos que trataron de ocultarse, son solo ejemplos del porque hoy son un partido de risa y tristeza.

EL RIP.- En la historia del priismo morelense quedará inscrito el 31 de enero del 2018 como una noche funesta, cuando ese día se designó sin consultar a las bases sino entre acuerdos cupulares, a Jorge Meade Ocaranza como el abanderado de este partido para contender por el Revolucionario Institucional. Atrás quedaron personajes que intentaron competir y participar en una elección que desde un principio se antojaba harto complicada por la presencia del lado contrario, de un candidato como Cuauhtémoc Blanco Bravo, amparado y respaldado por un partido recién nacido pero con Ángel como lo es MORENA, aunado al PT y PES. Otros que aspiraban a ese cargo fueron Rosalina Mazari Espín y Matías Nazario Morales, quienes punteaban en la delantera para buscar la precandidatura al gobierno de Morelos por el tricolor.

Otros que se quedaron en el camino y jamás aparecieron en la campaña de Meade Ocaranza -quien pese a ser originario de la Ciudad de México, él juraba que era morelense-, son: el dirigente cañero Amado Orihuela Trejo; el delegado federal del ISSSTE, Guillermo del Valle Reyes; el legislador Francisco Moreno Merino, y Samuel Palma César, funcionario federal del ISSSTE. De todos, ninguno se veía con espolones no para ganarle sino para hacerle competencia a Blanco Bravo. Pero de todos, el peor fue y sigue siendo Jorge Meade, quien lo único que provocó fue la división, la confrontación y leal a sus principios, se convirtió en un sparring como fue el acuerdo de principio a fin, con Graco Ramírez el gobernador y su candidato del PRD, Rodrigo Gayosso Cepeda. Lo que es hoy es el PRI, en lo que quedó sumergido, es obra y gracia del hartazgo social pero también, de los errores cometidos desde la dirigencia tricolor que jamás le apostaron a ganar sino simplemente a ser comparsa del gobierno en turno. Esa es la triste realidad del Revolucionario Institucional.

Al final, tristemente nos damos cuenta de que no nos equivocamos en nuestras apreciaciones con quien llegó a ser comparsa de Graco Ramírez y el PRD, para tratar de frenar y bloquear al candidato que se perfilaba como el ganador en la figura de Cuauhtémoc Blanco, a quien siempre criticó de manera severa, y a quien de tonto no lo bajó nunca. Quizá ahora como mandatario electo, su forma de pensar cambie.

Solo recordar lo que escribimos antes de las elecciones y con el subtítulo de “Alibabá y los 40 ladrones”.- Este fin de semana los operadores políticos del PRI en los 33 municipios del estado se quedaron sin su respectivo pago, el motivo, el robo –quizá fue auto robo- de tres millones de pesos y donde los conocedores del tema, reafirman que solo sabían dos personas de la llegada de este dinero proveniente del Comité Ejecutivo Nacional: Jorge Meade Ocaranza, el candidato a gobernador y el delegado en funciones de presidente, Antonio Lujo. Sin embargo, por ser dinero no claro, no pueden hacer nada y por tanto, trataron de minimizar el hecho y han ocultado el posible auto robo. Esta es la historia que se vive en el PRI, donde están tratando de hacer creer que hacen campaña y el dinero está quedando bien resguardado para cuando pierdan la elección el uno de julio. Después, ya con recursos vendrá el apoderamiento –que ya empezó- de lo que queda del viejo edificio del PRI para quedarse con las prerrogativas y dentro de tres años, decidir e influir en las entrega de las candidaturas a los diferentes cargos de elección popular.

 

FRENÓ CUAUH AL TUCOC.- Antes de las elecciones los candidatos a gobernador impulsados por Jorge Meade Ocaranza, bajo el argumento de que era por Morelos, se reunieron y buscaron hacer un frente que se le denominó “Todos Unidos Contra el Cuauh”, y por ello, se dio la declinación –que rechazó e intentó hacer ver que fue una adhesión- de Nadia Luz María Lara Chávez en favor de Rodrigo Gayosso Cepeda, del PRD y PSD. Antes, se había dado la del ex rector de la UAEM, Alejandro Vera Jiménez, quien al final rectificó u fue el único que decidió respaldar al futbolista quien les ganó por goliza el día de la elección.

Lo triste fue el caso de Víctor Caballero Solano Pérez, quien se desfondó feamente en las últimas semanas y por ello, 15 días antes su Casa de Campaña estaba prácticamente abandonada… Desde muchos días antes tiró la toalla y dejó en el abandono a sus seguidores que aún confiaban en él. AL final, se sabe que también fue parte de ese show que se montó para favorecer al hijo del gobernador y por lo tanto, fue el primero que junto con Fidel Demédicis Hidalgo, el “perredista independiente”, decidieron no declinar en favor de nadie para seguir fracturando el voto pero que en realidad no les sirvió absolutamente de nada.

A una semana y días del proceso electoral que la lucha política por ser el sucesor de Graco Ramírez Garrido Abreu se veía que estaba entre dos candidatos: Cuauhtémoc Blanco vs Rodrigo Gayosso. Sin embargo, la derrota tan contundente del solaztequista evidenció  la calidad del candidato, su popularidad, el respaldo de una marca registrada como lo es MORENA y el arrastre de Andrés Manuel López Obrador, así como el rechazo social hacia el gobierno en turno.

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