Inseguridad, la otra herencia
El desfalco financiero no es lo único que heredará Graco Ramírez al próximo gobierno. Además de un estado mal administrado y un poder ejecutivo abultado, el perredista dejará a su paso una entidad sumida en la violencia, con una policía ineficaz e instituciones comprometidas con el crimen organizado. El daño que causó la familia Ramírez-Cepeda a Morelos es enorme y tomará muchos años remediar; Cuauhtémoc Blanco recibirá una entidad quebrada, insegura y con altos niveles delictivos. La violencia y la inseguridad son elementos con los cuales el tabasqueño intentará desestabilizar al gobierno del futbolista.
La manifestación del lunes en Cuautla y la de ayer en Ayala son una advertencia de lo que recibirá el ex seleccionado nacional cuando tome protesta del cargo de gobernador. El enojo social por el clima de inseguridad es enorme y representa el primer gran reto del próximo régimen. El tema es muy grave, difícil de afrontar y sumamente peligroso porque se va a politizar.
El Mando Único es una estrategia fallida porque el gobierno del PRD utilizó la seguridad para hacer negocio y a la policía para reprimir a sus opositores, no para enfrentar a la delincuencia. Graco Ramírez no resolvió el problema que le heredó Marco Adame, en algunos casos lo empeoró y sobre todo generó una gran molestia ciudadana que ahora le tocará atender a Cuauhtémoc Blanco.
El desafío es enorme porque el problema también lo es; la delincuencia se ha apoderado del estado desde hace tres sexenios y la violencia se desató los últimos doce años; con Marco Adame quedó al descubierto la red de complicidades entre los narcotraficantes y el gobierno del PAN y con Graco Ramírez se han multiplicado las modalidades delictivas, al tiempo de que se agudizó la violencia en todo el territorio estatal.
Durante su campaña el candidato del PES a la gubernatura morelense dijo que con él no habría Mando Único; “la gente no lo quiere, nadie confía en él y no ha dado buenos” resultados, repetía de manera insistente Cuauhtémoc Blanco. Lo que nunca dijo el futbolista es qué habría en lugar del modelo actual de seguridad y quién se encargaría de combatir al delito en el estado.
A unas semanas de que tome posesión del cargo el problema delictivo se agrava y comienza a mostrar un nuevo rostro: las autodefensas. Las manifestaciones contra el Mando Único son legítimas porque la gente está cansada de la inseguridad y el cobro de piso; pero el problema de inseguridad también puede ser politizado y utilizado como un arma social en contra del gobierno; así lo hizo Graco Ramírez contra Jorge Carrillo Olea y así lo piensa hacer nuevamente contra Cuauhtémoc Blanco.
Es en este punto donde el gobernador electo y su equipo deben poner atención: las inconformidades ciudadanas por la inseguridad son legítimas, pero el tema fácilmente se puede volver político. Explico:
Unas semanas antes de la elección del 01 de julio Graco Ramírez dijo a su gente cercana que estaba listo para dar la batalla desde la oposición, presumió que contaba con los recursos económicos y el liderazgo de su hijo Rodrigo Gayosso para poner en jaque al futbolista; presumió que había varias maneras de desestabilizar al próximo gobierno, empezando por la inseguridad y alardeó con los recursos económicos que le respaldaban para llevar a cabo dicho plan. Hoy comenzamos a ver cómo lo piensa hacer.
La inseguridad, a diferencia de la corrupción, es una lucha que no se puede dar de manera frontal, porque el enemigo no está a la vista. Cuauhtémoc Blanco puede perseguir a Graco Ramírez por corrupto, pero no puede utilizar la misma estrategia contra la delincuencia organizada porque no sabe quienes son ni en dónde están; contra el tabasqueño puede interponer de inmediato una denuncia, pero contra los causantes de la violencia la actuación es distinta y mucho más complicada, sobre todo si junto a ellos está un político con muchos recursos económicos y el conocimiento de cómo se maneja la policía estatal.
El perredista ha utilizado a la Policía Morelos como una extensión de su poder político: para reprimir a sus críticos, para perseguir a sus opositores y para disolver inconformidades sociales; Graco Ramírez tiene a través de Alberto Capella una radiografía del problema en el estado, conoce cómo y en dónde operan los grupos delictivos, pero sobre todo de qué manera se mueven las fuerzas públicas del estado. Esa información le puede servir, como ya lo dijo a su gente cercana, para desestabilizar al próximo gobierno.
El problema de violencia e inseguridad en Morelos es muy grave, ha causado más de 400 muertes violentas en lo que va del año y representa uno de los principales enfados de la gente con esta administración. El enojo de la gente es legítimo y las inconformidades válidas. Pero además de ello el tema puede utilizarse como una herramienta de presión política para provocar inestabilidad y malestar ciudadano contra el gobierno de la coalición.
Basta saber lo que ha hecho Ramírez Garrido como gobernador para anticipar lo que puede hacer desde la oposición para desestabilizar al gobierno de Cuauhtémoc Blanco. Recordemos que ya lo hizo contra Jorge Carrillo Olea.
- posdata
La transición no ha sido ni será sencilla en Morelos; ni el gobernador saliente ni el entrante han mostrado disposición para que el proceso de entrega-recepción se desarrolle en armonía y con civilidad.
Cuauhtémoc Blanco no ha querido hablar con Graco Ramírez, únicamente le envió una carta en la que le pedía que diera indicaciones a su equipo para que iniciaran el proceso de entrega de la administración; el perredista respondió con la misma moneda: reformó la ley para que su gobierno no tuviera que otorgar documentos a la administración entrante.
Así detalla la revista Proceso la transición en Morelos:
“El gobierno de Graco Ramírez decidió enturbiar el proceso de entrega-recepción de su administración a la del gobernador electo Cuauhtémoc Blanco Bravo, al reformar el acuerdo que establece los lineamientos para dicho procedimiento, con lo que permitirá al perredista no entregar información documental fundamental para la nueva gestión.
De última hora, publicado en una edición de alcance en el Periódico Oficial “Tierra y Libertad”, el pasado 13 de julio, Graco Ramírez se blindó al hacer posible que la entrega-recepción se realice “sin que esto implique la entrega de documentación alguna”.
El artículo 3 del Acuerdo precisa que la Comisión de la Administración saliente iniciará de inmediato los trabajos para la transferencia de información sobre el estado que guardan los asuntos y recursos financieros, humanos, materiales, obras y programas, jurídicos y generales, pero sin documentación de por medio.
La reforma deja el proceso de entrega-recepción en reuniones en las que los funcionarios salientes simplemente darán datos de manera verbal a los funcionarios entrantes, sin que exista sobre la mesa documentación que sirva de evidencia de que, efectivamente, ese sea el estado que guardan los asuntos.
En otro párrafo del mismo artículo el acuerdo que establece los lineamientos de entrega-recepción reitera que “por conducto de la Comisión se proporcionará a la comisión de enlace de la administración entrante la información que se requiera respecto de las secretarías, dependencias y entidades de la administración pública estatal, conforme el ámbito de su competencia, sin que esto implique la entrega de documentación alguna”.
Según el documento, la Comisión de Enlace del gobierno de Graco Ramírez se integrará por el secretario de Gobierno Ángel Colín; el secretario de Hacienda Jorge Michel Luna; de la jefa de la oficina de la gubernatura Paola Gadsden de la Peza; de la secretaria de la Contraloría Adriana Garza; el secretario de Administración Fernando Solís Domínguez y el consejero jurídico José Anuar González Cianci.”
Las diferencias entre el gobierno saliente y el entrante son inocultables; durante tres años Graco persiguió política y personalmente a Cuauhtémoc Blanco, le complicó la vida en el ayuntamiento de Cuernavaca, promovió su destitución como alcalde, lo acusó de tener vínculos con el crimen organizado y hasta lo intentó culpar de un homicidio. Ahora toca el turno al futbolista de estar al frente del estado, en la misma silla de quien lo llama torpe, ignorante, delincuente y se burla de su físico.
El tiempo mostrará que sigue en esta historia.
- nota
La falta de resultados en materia de seguridad y el incremento de la violencia ha provocado que en algunos puntos del estado surjan autodefensas.
En el oriente y la zona montañosa de Morelos la gente ha comenzado a organizarse para defender su patrimonio y a sus familias; son ciudadanos que se juntan, que instalan retenes y están armados; el secretario de gobierno reconoce su presencia en municipios como Totolapan, Tlalnepantla, Tlayacapan, Atlatlahucan, Zacualpan de Amilpas y Yautepec, pero se rehúsa a llamarlos autodefensas.
Por el contrario, para el comisionado de seguridad estos grupos ciudadanos no existen: “se los digo con conocimiento de causa y mucha certeza; los invito a que vayan a cualquier parte del estado para que comprueben que aquí no hay autodefensas” dice Alberto Capella.
Pero la presencia de estos grupos es real, está documentada y puede constatarse en las imágenes que publican algunos medios de comunicación y comparte la gente a través de las redes sociales. La molestia por los niveles delictivos provocó que al inicio de esta semana se llevaran a cabo bloqueos carreteros en la zona oriente de la entidad.
Este nuevo brote de inconformidad social por a inseguridad aparece a unas semanas de que concluya el régimen de Graco Ramírez y dará la bienvenida como gobernador a Cuauhtémoc Blanco. El problema delictivo es real, es latente desde hace varios años y representa uno de los principales problemas que padece nuestra entidad.
Además, si las pasiones se desbordan y el tema se politiza, la inseguridad y la violencia pueden convertirse en el primer gran elemento de presión para el próximo gobierno y la bandera de quienes tratarán de desestabilizarlo.
Ojo: Graco Ramírez está preparando su defensa legal, pero también su estrategia política contra Cuauhtémoc Blanco.
- post it
Otro asalto a un cuentahabiente de banco. Otra vez los ladrones sabían con precisión quién acababa de retirar dinero y cuánto llevaba. De nueva cuenta el robo se comete a plena luz del día y los delincuentes huyen.
Esta historia se ha vuelto cotidiana en nuestra entidad: roban a un ciudadano, la policía acude al llamado de las víctimas, implementa operativos de búsqueda y casi siempre los asaltantes logran evadir el brazo de la justicia.
El gobierno ha invertido miles de millones de pesos en un nuevo sistema de seguridad que incluye más de mil cámaras, cientos de patrullas y un moderno y carísimo centro de inteligencia cuyas antenas satelitales captan pornografía rusa y hasta los canales encriptados de HBO. Lo único que no detectan son a los delincuentes.
El robo a quienes retiran dinero del banco se ha vuelto común en Morelos; los pillos saben cuándo y quienes sacan efectivo. ¿A ninguna autoridad se le ha ocurrido investigar al personal de los bancos?
- redes sociales
¿Se habrán dado cuenta en el equipo del gobernador Cuauhtémoc Blanco el problema que les están cocinando en el gobierno de Graco Ramírez?
¿Entenderán los movimientos del tabasqueño y el por qué de sus últimas decisiones?
¿Notarán que el problema de inseguridad crece y se manifiesta de una forma poco usual y sumamente peligrosa para el siguiente régimen?
¿Ya vieron la bomba de tiempo que les están dejando los alcaldes salientes?
Otra vez ¿Quién llevará las riendas políticas del estado en la próxima administración?
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