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TEMPLO MAYOR

L FAMOSO "moreirazo" ha pasado de lo escandaloso a lo increíble y lo insólito.

EL ESCÁNDALO estalló cuando Humberto Moreira, por medio de la falsificación de documentos y decretos, dejó una deuda de más de 34 mil millones de pesos en Coahuila. Apenas dejó el gobierno, su interino, Jorge Torres López -hoy prófugo de la justicia- realizó en 2011 una primera reestructura de los pasivos. Cuatro años después, Rubén Moreira renegoció oootra vez y, de paso, pidió otros 2 mil 500 millones.
LO INCREÍBLE es que después de siete años y de pagar más de 24 mil millones a los bancos -18 mil 443 millones de puros intereses- la megadeuda coahuilense ahora está en... ¡36 mil millones!
Y COMO la hacienda estatal no da más que para el pago de la nómina y el gasto corriente, el gobernador Miguel Riquelme va ahora por una tercera reestructura por hasta 37 mil millones, a pagar hasta... el año 2048.
LO INSÓLITO es que a la fecha no hay un solo responsable del desastre que tiene a Coahuila en la bancarrota.

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RESULTA CURIOSO, por no decir preocupante, el doble discurso que manejan los vencedores del proceso electoral. Si ellos hacen algo, ¡es bueno! Si otros lo hacen, ¡es una infamia!
AHÍ ESTÁ, por ejemplo, el caso de la aplanadora parlamentaria que tendrá Morena en el Congreso de la Unión y en más de la mitad de los legislativos estatales. Se da por descontado que van a usar su mayoría para aprobar sus leyes y darle sustento a "su" proyecto. Y eso es normal, se entiende: para eso se ganan las elecciones.
EN CAMBIO, si hoy en algún estado se pretende aprobar una reforma o un nombramiento... ¡es un atropello! Y vienen las movilizaciones y las protestas y las denuncias de los morenistas. Así ha pasado, por mencionar algunas entidades, en Sonora, Estado de México, Veracruz y de manera violenta en Hidalgo.
¿QUE LOS gobernadores se quieren blindar? Tal vez, pero ¿por qué sólo la próxima mayoría es legítima y no la actual? Como que esa concepción de la democracia suena más chipotuda que pareja.

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OJALÁ que a Claudia Sheinbaum le guste la costura, porque cada vez es más largo el hilo de los extraños manejos de la nómina capitalina.
CUENTAN que si bien Miguel Ángel Vázquez fue el operador de toda la movida desde la subsecretaría de Capital Humano, a quien rendía cuentas no era al secretario de Finanzas. La hebra lleva hasta al mismísimo Julio Serna, al que inclusive sustituyó como jefe del gabinete.
HABRÁ que ver si Serna se anima a aclararle a Sheinbaum todas sus dudas o si opta, como Vázquez, por aplicar la táctica de "yo no fui, no sé, ni me acuerdo".

Ámbito: 
Nacional