En México cada año nacen alrededor de 397 mil 428 bebés cuyas madres son menores de edad, de las cuales alrededor de 8 mil 621 tienen menos de 14 años, de acuerdo con un estudio del Instituto Nacional de Perinatología (Inper) que analiza datos obtenidos en 2013 y 2014.
Lo grave es que la mayor parte de los embarazos se origina por falta de acceso a anticonceptivos y violaciones de parte de conocidos y parientes cercanos, informó Josefina Lira Plascencia, jefa de la Unidad de Investigación en Medicina en el Adolescente del Inper.
De las menores que se embarazan, 77 por ciento tiene alto riesgo de tener bebés con bajo peso al nacer, así como de padecer infecciones vaginales o preeclampsia, enfermedad caracterizada por hipertensión arterial que se ha convertido en la primera causa de muerte materna y afecta 8.6 por ciento de los casos.
“En 2014 tuvimos 36 muertes maternas de niñas menores de 14 años por cada 100 mil bebés nacidos vivos y 38 de adolescentes de 15 a 19 años, una cifra muy alta, aunque ha venido disminuyendo, ya que en 2013 tuvimos en total 71 muertes en menores de 14 años y en 2011 se registraron 78”, detalló.
EL CASO DE ALICIA
En este centro de alta especialidad, donde se tratan los casos ginecológicos de alto riesgo, atendieron en 2013 a Alicia, una niña que desde los seis años de edad fue abusada sexualmente por su padre y a los nueve años tuvo su primer embarazo.
“La niña llegó al instituto procedente de Michoacán. Fueron las autoridades de aquella entidad que determinaron su traslado debido a la gravedad del embarazo. Su padre biológico abusaba de ella desde los seis años y la mamá negó en todo momento haberse dado cuenta de las violaciones y dio parte hasta que se dio cuenta de que a la niña le creció el vientre”, recordó Lira Plascencia.
La especialista explicó que con Alicia —una de las 8 mil 621 menores de 14 años— el Inper realizó un control prenatal con base al protocolo que tienen dirigido a adolescentes para disminuir todos esos riesgos, incluyendo la preeclampsia, que puede causar convulsiones seguidas de un estado de coma.
“La intervención de control inmediata, a pesar de lo avanzado del embarazo, impidió que desarrollara alguna complicación médica. Se le programó para tener un parto vía cesárea porque era muy pequeña, tenía 1.30 centímetros de estatura. Le preguntamos si deseaba ver al bebé al nacer; ella prefirió no oír ni saber nada”, recordó la experta.
“El anestesiólogo la durmió y no tuvo ningún contacto con el recién nacido, un varón sano, de hecho decidió darlo en adopción, por lo que hicimos todos los trámites legales”, detalló.
El padre de Alicia fue remitido a las autoridades y el DIF determinó quitarle la custodia a la madre, porque no creyeron su versión de que ignoraba las violaciones, por el contrario, sospechaban que lo estaba encubriendo. “La menor fue trasladada a una casa hogar y le perdimos la pista, porque ya no continuó con el apoyo psicológico que se les ofrece”, comentó.
VÍCTIMAS DE VIOLACIÓN
“Hicimos una evaluación de 2 mil 315 embarazadas menores de 16 años y la violación sexual la encontramos en 1.7 por ciento, pero cuando comparamos la casuística en menores de 14 años sube a 6.3%. Esto nos lleva a pensar que, a menor edad más embarazos son producto de abuso sexual”, detalló Lira Plascencia.
No obstante, la experta acotó que la cifra de violaciones puede ser mayor, ya que no todas las victimas denuncian esa agresión.
Los principales abusadores, refirió la especialista, son familiares como tíos, padres, esposos de sus hermanas (cuñados) y amigos. “Son víctimas de los hombres de su propio núcleo familiar o de un círculo cercano a ellas”.
El embarazo adolescente en México, abundó la ginecóloga del Inper, es un problema grave de salud pública que ha ido creciendo; según a la Encuesta Nacional de la Dinámica Demográfica (Enadid), en 2006 había 70 embarazos por cada mil menores de edad y en la actualidad se elevó a 77.
Pero al embarazo se suman otras complicaciones, dado que seis de cada diez no utilizaron anticonceptivos durante el primer contacto sexual, lo que conlleva, además, a contraer infecciones de transmisión sexual (ITS), tales como VIH/sida y virus del papiloma humano (VPH) que puede derivar en cáncer cérvicouterino
De acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística y Geografía, cada año se registran más de 2 millones 102 mil embarazos y 19 por ciento (397 mil 428) es en menores de edad.
“En 1990 el embarazo adolescente era de 18 por ciento, ahora es de 19 por ciento”, abundó la experta tras referir que solo en el Inper, entre 2010 y mayo de 2016, han atendido 8 mil 350 embarazadas de entre 9 y 16 años.
Las estadísticas de la Secretaría de Salud establecen que la incidencia de embarazo adolescente es cuatro veces mayor en el medio rural y en extractos socioeconómicos más desfavorecidos.
Oaxaca, Guerrero, Chiapas y Puebla son las entidades donde se registra el mayor número de menores encinta, de acuerdo con Carlos Welti, miembro del Instituto de Investigaciones Sociales de la UNAM.